Cuando uno de los pilares del Thrash Metal de la Bay Area regresa con nuevo material, resulta imposible no sentir una profunda emoción. Este entusiasmo se multiplica al recordar que hablamos de Testament, una de las bandas que más firmes se han mantenido dentro del género a lo largo de las décadas.
“Para
Bellum” se convierte en el decimocuarto LP del conjunto, llegando cinco años
después del notable “Titans of Creation” (2020), periodo en el que el grupo ha
experimentado ciertos cambios en su formación, como la incorporación del
baterista Chris Dovas, cuyo estilo técnico y dinámico aporta un aire renovado y
vigoroso al sonido de la banda.
Desde
su propio título, una clara referencia al proverbio latino “Si vis pacem, para
bellum” (“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”), ya se vislumbra el
enfoque lírico que domina el álbum: una mirada crítica hacia los tiempos
modernos, donde el individualismo y la tecnología parecen someter
progresivamente a la humanidad. Este concepto se ve reforzado por la magnífica
portada de un artista de la talla de Eliran Kantor, cuyas obras han engalanado
lanzamientos recientes de bandas como Kreator, Helloween o los propios
Testament.
“For
The Love Of Pain” abre el disco con una dosis de brutalidad y caos, apostando
por un Thrash Metal salpicado de influencias Death en las voces guturales (¡qué
bestialidad por parte de Mr. Chuck Billy!), acompañado de una batería moderna y
extremadamente precisa. Sin duda, se trata de una auténtica declaración de
intenciones por parte del grupo y de uno de los cortes más extremos del LP.
Más
clásica resulta “Infanticide A.I.”, primer sencillo del álbum y una muestra
perfecta de cómo crear temas de Thrash tradicional sin renunciar a una
producción contemporánea. Chris Dovas vuelve a brillar con una batería
incendiaria, mientras que nuestro querido Chuck Billy continúa exhibiendo un
poderío vocal tan demoledor como siempre.
Confieso
que “Shadow People”, segundo single presentado, me dejó algo más frío. No
porque sea un mal tema, todo lo contrario, sino porque, tras un arranque
prometedor y amenazante, termina sintiéndose algo menos inspirado o logrado que
otras composiciones del disco.
Aunque
en su día despertaran ampollas entre los seguidores más clasistas con aquellas primeras y magnánimas baladas,
donde demostraron poseer una sensibilidad especial para este tipo de piezas, he
de reconocer que me gusta especialmente esta faceta más introspectiva de
Testament. “Meant To Be” es una Power Ballad que conquista desde los primeros
compases con sus arpegios acústicos, realzando los registros más limpios y
expresivos de Chuck Billy. También merecen mención los arreglos de cuerda que
la banda introduce para añadir un matiz emocional extra en una pieza que
incluyo entre mis favoritas del LP.
Y
tras la calma… ¡“High Noon”! Desde el primer grito de Billy se percibe que el
grupo tiene preparado un auténtico cañonazo thrasher que, sin alcanzar la
ferocidad de los temas iniciales, ofrece un corte veloz y repleto de Groove,
perfectamente integrado en la línea sonora que Testament ha desarrollado en el
nuevo milenio. Mención especial para el pequeño breakdown del minuto 2:08, que
antecede al solo de un siempre magistral Alex Skolnick.
Adoro
la fusión de melodías y la energía del Thrash clásico que el grupo despliega en
“Witch Hunt”, una pieza que, pese a su rudeza, encierra un notable gancho tanto
en las voces extremas y los coros como en los giros rítmicos que las guitarras
y el doble bombo imponen.
En
mi lista de preferidas del álbum no podía faltar “Nature Of The Beast”, un tema
que nos aplasta con una sólida dosis de Groove Metal, en el que Chuck Billy
demuestra que no necesita recurrir a los gritos para dejarnos sin aliento. De
hecho, este registro más contenido del vocalista es el que más disfruto y el
que me transporta a los discos más clásicos del grupo.
Entre
las canciones que más fácilmente se graban en la mente del oyente destaca “Room
117”, una pieza que se balancea entre riffs contundentes y pasajes más
relajados. Aquí también Chuck apuesta por esos tonos intermedios que tan buenos
resultados le suelen ofrecer.
Tal
vez “Havana Syndrome” no alcance la brutalidad de otros cortes del disco o de
trabajos previos, pero se agradecen composiciones que mantienen un ritmo firme
y constante a base de riffs martilleantes.
El
viaje culmina de manera épica con la compleja “Para Bellum”, que tiene todas
las papeletas para convertirse en mi favorita del LP. En ella, la banda
despliega todo su arsenal, apostando por una estructura cambiante que nos
conduce desde un inicio dramático y crudo, a unos versos intensamente agresivos
y una posterior sección de solos de primer nivel.
CONCLUSIÓN
Aún
es pronto para comparar “Para Bellum” con otros lanzamientos recientes del
grupo, pero tras varias escuchas me atrevería a afirmar que esta nueva entrega
de los titanes de la Bay Area poco, o nada, tiene que envidiar a “Titans Of
Creation” o a mi adorado “Brotherhood Of The Snake”. Testament continúa
demostrando su capacidad para crear álbumes que atrapan al oyente de principio
a fin, algo realmente admirable a estas alturas de su trayectoria.
No
es su mejor disco, pero sin duda es una obra digna del nombre y el legado de
Testament.
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