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Slipknot - Slipknot (1999)

Calificación:*****

Toda gran banda tiene un interesante origen…y el de Slipknot no iba a ser excepción. Con motivo del 20 aniversario de su primer álbum he querido rendir un sentido homenaje a una de las bandas más carismáticas y destacadas de los últimos tiempos.

Aunque ya en 1997 el grupo había publicado una demo titulada “Mate. Feed. Kill. Repeat” con el cantante Anders Colsefini, de la cual se extrajeron varias canciones para futuros lanzamientos del grupo, fue con la obra de título homónima, lanzada a finales de junio de 1999, cuando los de Iowa comenzaba su auténtica andadura por el universo del Metal.

Poco después del lanzamiento de la mencionada demo, un joven chaval con ganas de comerse el mundo llamado Corey Taylor se convirtió en el nuevo cantante del grupo. Aunque la intención original del grupo era la de lanzar una segunda maqueta, los planes cambiaron cuando las grandes discográficas comenzaron a interesarse por hacerse con sus derechos. Fue Roadrunner el sello que más fuerte apostó por estos nueve jóvenes músicos. Ross Robinson, productor del álbum, sacó al conjunto de su Des Moines natal, para grabar este primer LP en los Indigo Ranch Studios de Malibú (California). La grabación fue rápida (se tomaron pocas tomas de cada instrumento) debido a que la banda quería que el álbum capturara la agresividad que este grupo era capaz de plantear durante sus conciertos. En este proceso de grabación cabe señalar que el guitarrista Josh Brainard abandonó la nave y fue sustituido por el bueno de Jim Root.

Dicho esto, creo que no hay mejor forma de finalizar esta introducción con las reflexiones sobre el álbum que el propio Corey Taylor hizo hace unos años para el medio Vice.com, quien no dudó en calificarlo como el mejor de la banda.

“Empezamos con una visión muy optimista pero sin muchas expectativas. Nadie esperaba que lográramos algo por quiénes éramos como individuos y como banda. Nadie creía que íbamos a tener éxito, ni siquiera nosotros. Cuando empezamos con el disco éramos muy jóvenes y estábamos muy verdes. Era nuestro primer disco y estábamos muy emocionados. Cuando lo terminamos, pensamos: "¿Y ahora qué?" Tuvimos que esperar seis meses para ver qué pasaba. Nos metieron al Ozzfest 1999 en el último minuto. En serio. Nueve idiotas de Iowa estaban en Malibú, en la cima de una montaña, sin saber qué hacer. [Risas] Ross Robinson fue el científico loco que nos ayudó a hacer este álbum. Era como un cheque en blanco. Estábamos apostando con dinero que no era nuestro. Nadie sabía que iba a pasar. Se esperaba que todas las bandas de Roadrunner tuvieran éxito, a excepción de nosotros. Machine Head acababa de sacar un álbum por esas fechas. Amen acababa de terminar su disco en Indigo Ranch antes de que llegáramos. Estaba seguro de que ellos iban ser mucho más famosos que nosotros. Me encantaron los primeros dos discos. Son geniales. Pero bueno, imagínate, éramos nueve niños tocando heavy metal, con máscaras y overoles, haciendo cosas sin sentido. Teníamos la esperanza de vender al menos 200 mil copias del disco. Con eso bastaba para seguir en la industria.
¡Es increíble! Cuando tocamos en Ozzfest '99 se notaba que iba a pasar algo. Algo grande. Ni siquiera había salido el disco. Se lanzó a media gira. No había forma que la gente estuviera preparada. Y cuando terminó Ozzfest 1999 nos invitaron a la gira de Coal Chamber. En el cartel, Slipknot estaba en tercer lugar, abajo de Machine Head. A mitad de la gira cambiamos de lugar con Machine Head. A veces, cuando terminábamos de tocar, la mitad del público se iba. En serio. Como no teníamos nada qué hacer después de tocar, nos pasábamos al lado del público y buscábamos algo qué hacer. Veíamos tocar a las otras bandas, veíamos como la gente se iba —pasaba a comprar nuestra mercancía oficial y se iba—. Hasta que hubo un punto en el que nadie quería ir de gira con nosotros. Entonces tuvimos que hacer nuestra propia gira.

Ni siquiera nos dimos cuenta que ganamos un Disco de Oro. Nos dieron la placa hasta el 2 de febrero de 2000. Dos meses después ganamos un Disco de Platino. Después un Doble Platino. La gente no tiene idea de lo que es eso. No sabíamos qué estaba pasando. De un día para otro nos volvimos la banda más importante de Roadrunner. No estamos preparados. Nuestra administración era una mierda. Era una locura. Todo fue porque tocamos en el Ozzfest y porque nos divertimos mucho grabando ese disco. La mezcla del disco estuvo a cargo de tres personas.

No sé si ya se saben esta historia: Clown, Joey y Ross Robinson se metieron al estudio donde estaban las cintas maestras y se las robaron porque a nadie del grupo le gustaba cómo había quedado la mezcla. Entonces, se las robaron y las mezclaron ellos mismos. [Risas] Creo que también fue Paul. Yo tuve que regresar a Iowa por cuestiones de trabajo. Un día Clown me habló por teléfono y me dijo "Por cierto, cometimos un delito, nos robamos nuestro propio disco". Tuvieron que mezclarlo ellos mismos porque nadie más lo entendía. Si es el primero, nadie se da cuenta. No hay con qué compararlo. Todas las mezclas que nos mostraron sonaban muy débiles o el bajo sonaba muy pesado. Como no entendían nuestro ruido, tuvimos que mezclarlo nosotros mismos. Hay miles de anécdotas de ese disco. Tengo recuerdos muy felices de esos años. Todo empezó con ese disco y con esas locuras. Vivíamos con 20 dólares a la semana y teníamos que esconder nuestro ramen para que no se lo robaran los otros miembros de la banda. También tuvimos que inventar 30 formas distintas de preparar ramen porque sino nos íbamos a volver locos. Así empezamos. Nos costó trabajo pero fue increíble porque estábamos juntos. Había llegado el momento de ponernos a trabajar para hacer realidad nuestro sueño. Y lo logramos. El resto es historia.”

Y ahora…¡hablemos de cada canción!

Tras unos primeros segundos atmosféricos y terroríficos que llevan el título de “742617000027” (la banda repetirá este tipo de introducciones a lo largo de toda su discografía), las hostilidades dan comienzo de la mano de “(sic)” y su impactante percusión, justo antes de que Corey Taylor haga su primera aparición y nos conquiste con su registro tan particular en el cual es capaz de combinar los guturales con unos fraseos más propios del Rap. El caos acababa de entrar en escena. He de confesar que esta es una de mis canciones preferidas dentro de la discografía de los de Iowa…¡y no es para menos!

Seguimos con “Eyeless” y la descomunal interpretación de Corey Taylor (mención especial para esa mítica frase que dice “You can't see california without Marlon Brando's Eyes ), así como la destacadísima, e hipnótica, introducción de batería del señor Jordison. Ante temas así solo puedo quitarme el sombrero. Lo mismo es aplicable a los tres clasicazos que nos sacudirán a continuación: “Wait And Bleed” (un sonido algo más pegajoso pero que, en ningún momento, renuncia a la agresividad tanto en lo música como en lo lírico ya que nos habla de un hombre que está soñando que está acostado en una bañera desangrándose de sus muñecas hasta que se da cuenta de que no es un sueño y simplemente “espera y sangra”),  “Surfacing” (la banda vuelve por sus fueros y nos abrasa con esta incendiaria pieza, el himno de una generación, que viene a resumir en tres minutos el sonido que estos nueve chavales iban a desarrollar en los primeros años y que nos invita a ignorar todas las críticas que recibimos de personas sin escrúpulos) y, por supuesto, “Spit It Out” (a título personal diría que es la mejor combinación que se ha hecho de Metal y Rap en la historia de la música…gracias Corey).

“Fuck It All!, Fuck This World!
Fuck Everything That You Stand For!
Don`t Belong!, Don`t Exist!, Don`t Give A Shit!
Don`t Ever Judge Me!”

 La primera mitad del álbum llega a su final con la macabra “Tattered & Torn”, que podría considerarse la canción más extraña de todo el conjunto. Voces distorsionadas, teclados desgarradores, un sonido sucio y una estructura machacante. Nada mal.

Como se mencionó en la introducción, en la versión original del álbum, que es a la cual me he intentado ceñir, en octavo lugar estuvo incluida una breve introducción llamada “Frail Limb Nursery” que precedió al temazo indiscutible que es “Purity” (un medio tiempo en el que la banda brilla por su actitud chulesca y por el trabajo en la batería de un siempre impresionante Joey Jordison), el cual fue eliminado junto a la mencionada introducción por asuntos legales (se explican más abajo) en la reedición que poco después vio la luz y fue sustituida por otro cañonazo guitarrero llamado “Me Inside” (¿quién me puede tatuar los cambios de registro de Corey Taylor?). Fue con la reedición de 2009 cuando la banda recuperó “Purity” (“Frail Limb Nursery” fue eliminada definitivamente) en el tracklist y colocó “Me Inside” en los bonus track. Para “Purity”, Corey Taylor se inspiró, supuestamente en el secuestro de una chica llamada Adrianne Purity Knight, la cual fue enterrada viva. Resulta que este caso fue inventado por un autor en internet y se negó a que el grupo la usara para su canción, lo que ocasionó los famosos problemas legales con dicho tema.

“Liberate” avanza como un tanque por el campo de guerra, destruyendo todo lo que se interpone en su ruta a partir de una exigente estructura llena de variaciones en las que volvemos a disfrutar, especialmente de dos artistas únicos en su especie como Corey Taylor y ese pulpo de la batería llamado Joey Jordison.

Los primeros minutos de “Prosthetics” parecen anunciar que las revoluciones del disco van a bajar notablemente…aunque en poco tiempo nos daremos cuenta de que la fórmula va a seguir siendo la misma. Gran canción, al igual que la breve “No Life”, un tema que, como sucedió en “Spit It Out”, apuesta por combinar el Rap y el Metal (no es de extrañar que el señor Taylor haya grabado un par de colaboraciones con varios raperos americanos).

El final del disco, el postre de este impresionante menú que acabamos de degustar, lo pone la triada conformada por “Diluted” (un tema pausado pero extremadamente agresivo en el que se tratan problemas mentales como la esquizofrenia y la depresión ), “Only One” (¿cómo pueden introducir tantos cambios en dos minutos, incluyendo, entre otras cosas, un solo de batería?) y “Scissors” (ocho minutos en los que Jordison toma las riendas de la canción y marca con autoridad los diferentes cambios de ritmo que el tema va experimentando).  


Cuando se habla de los discos que marcaron la década de los 90, suele siempre mencionarse el “Nevermind” de Nirvana, pero, yo me atrevería a decir que este primer trabajo de los de Iowa no está, ni por asomo, por debajo de la obra de Kurt Cobain y sus camaradas. Slipknot superó cualquier expectativa posible (ni por un millón de dólares Roadrunner hubiera apostado por la trascendencia que este trabajo iba a tener en el futuro del Metal) y facturó una obra maestra del Metal contemporáneo que inspiró a un gran número de bandas venideras. Impresionante es poco.






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