Coincidiendo con su trigésimo aniversario me apetece reseñar el mismísimo "Far Beyond Driven", la séptima obra de estudio de Pantera y, como muchos sabrán, uno de sus LPs más oscuros y agresivos. Desde principios de la década de los 90 la banda se había consagrado como un fenómeno de masas gracias al éxito mundial de “Cowboys From Hell” (1990), la obra por excelencia del Groove Metal, la cual les permitió llevar su poder sonoro a lo largo y ancho del globo terráqueo mientras las cifras de adeptos no dejaban de crecer.
“Vulgar Display Of Power”,
lanzado en 1992, aunque en líneas generales se considera como otro gran álbum
del grupo, también hay que mencionar generó cierta controversia por su
evolución sonora hacia terrenos más densos que el “Cowboys”, algo que no todos los
seguidores del grupo supieron encajar. Sin embargo, si algo demostraron los
Pantera desde sus inicios es que siempre se mantuvieron fieles a su propia
libertad creativa (no hay más que escuchar sus dos primeros LPs, con esa vena
más Glam, para entender a lo que me refiero). Por ello, cuando en 1993 la banda
regresó al estudio para grabar lo que terminaría siendo “Far Beyond Driven”
(1994), poco o nada influyeron los comentarios negativos que “Vulgar Display Of
Power” pudiera recibir. De hecho, apostaron por explotar unos terrenos aún más crudos
y violentos.
El resultado, como muchos
sabrán, sería una colección de 12 canciones marcadas, en líneas generales, por
esa característica brutalidad musical que ha distinguido a una de las mejores
bandas de Metal Contemporáneo que han existido, combinando elementos de Thrash
y de Groove, además de alguna pincelada de otros subgéneros. Además, ya
entrando en términos comerciales, este fue el primer álbum de Pantera en alcanzar
el número uno en la lista de álbumes de Billboard 200.
Dicho esto, es la hora de
analizar y escuchar uno de esos álbumes que sacudieron los cimientos del Metal
en una época en la que muchos lo comenzaban a dar por muerto ante el auge del
Grunge.
Por si alguien tenía
dudas de la tormenta sónica que Pantera tenía preparada para la ocasión, creo
que los primeros compases de la demencial “Strength Beyond Strength” con la que
se inicia el disco terminarán por disiparlas. Estamos ante uno de los temas más
veloces y enfermizos del grupo, con un ritmo atronador tanto de Vinnie Paul en
la batería como de Dimebag tras su inconfundible guitarra mientras Anselmo saca
a relucir sus registros más rotos y potentes. Adoro la manera en que el grupo
ralentiza por momentos el ritmo con un riff pesadísimo e hipnótico de Dime
sobre el que también se aventurará a disparar un solo extraño y perturbador que
parece acompañado de unos teclados. Un cañonazo en toda regla.
En segundo lugar nos
topamos con otra monstruosa “Becoming”, pieza más cercana al Groove donde
Vinnie Paul impone un ritmo enfermizo gracias a su soberbia habilidad con el
doble pedal (es el principal protagonista). Estamos ante un corte más denso que
el anterior, con una letra crítica contra la religión (“He nacido de nuevo sin
vendas en los ojos// estoy cerca de alcanzar el tamaño de Dios”) que cuenta,
como cabía esperar, con un arsenal riffs de muchísima categoría (¡qué pronto te
perdimos, Dime!).
Llegamos a una de las
canciones más grandes en la historia de este grupo y del Metal contemporáneo.
“5 Minutes Alone” es agresividad, es rebeldía…¡es Pantera! Sobre una base
sonora instrumental densa y monótona, la banda va avanzando como un tanque en
el campo de batalla, apoyándose en una sección guitarrera muteada y una sección
de percusión monumental (ambos van incluyendo pequeños detalles tras sus
respectivos instrumentos) que se convierten en la base perfecta para que
Anselmo desate la tormenta con esa voz cargada de malas intenciones. Tras uno
de esos solos llenos de misticismo que tanto le gustaba firmar a Dimebag
(escuchen el bajo de Rex golpeando de fondo) seremos testigos del que,
probablemente, sea el breakdown más grande de la historia junto al de
“Raining Blood” de Slayer (¡qué manera de destrozarnos los tímpanos!). Temazo.
Y cuando pensabas que la
banda no podía mantener el nivel mostrado en el anterior corte, el
inconfundible riff principal de “I’m Broken” hace acto de presencia. Estamos,
como saben, ante otro de los grandes clásicos del grupo. Apostando nuevamente
por un tempo monótono y una estructura poco cambiante, el cuarteto apuesta por
sembrar el caos con un despliegue de mala hostia que se manifiesta
especialmente en el poderosísimo despliegue vocal de Phil, quien se desgañita
en ese sencillo pero inolvidable estribillo.
La guinda al pastel la pondrá Dimebag, quien por momentos parece
devolvernos a los tiempos de “Cowboys From Hell” y “Vulgar Display of Power”
con un solo lleno de efectos y de constantes alteraciones rítmicas.
Bajo una letra
provocadora como pocas que Anselmo interpreta con una actitud que roza lo
esquizofrénico, estamos ante la extraña pero inolvidable “Good Friends And A
Bottle Of Pills”, una canción dominada íntegramente por el bajo de Rex y el
doble pedal de Vinnie. Dura poco más de dos minutos y no ofrece nada realmente llamativo,
pero tampoco renuncio a escucharla cada vez que escucho este LP.
Uno de los pocos retazos
melódicos que encontramos en el álbum es “Hard Lines Sunken Cheeks”, un corte
tremendamente oscuro (honor al bajo de Rex en este apartado) donde las siempre
presentes influencias de Black Sabbath hacen acto de presencia (el riff inicial
de Dimebag podría haber sido parido por Tony Iommi). Corte lleno de malas
intenciones en el que Phil pone a parir a la Religión con una letra llena de
odio que interpreta a las mil maravillas con su incendiaria voz. Adoro ese solo
de Dime nos entrega aquí, contoneando sus dedos a lo largo y ancho del mástil
para crear un punteo con sabor a decadencia.
La segunda mitad del
disco se inicia por todo lo alto con una tormenta sonora apabullante titulada
“Slaughtered”, que probablemente sea, junto a “Strenght Beyond The Strenght”,
el tema más agresivo del LP. Estamos ante un corte incisivo en el que el doble
pedal de Vinnie, junto a una base de cuerdas muteada por parte de Rex y Dimebag,
crean una instrumentación machacona que se complementará a la perfección con un
abrasivo Anselmo tras el micrófono, quien cantará de una manera que por
momentos puede parecer sacada del mismísimo Death Metal. Casi al final del
corte hay un pequeño momento en el que los hermanos Abbott muestran su enorme
conexión a nivel sonoro (¡qué gran pérdida para el género!).
Descendemos a los
infiernos nuevamente con “25 Years”, una canción creada a partir de una línea
de bajo omnipresente y unos riffs cortantes que allanan el camino para que Phil
Anselmo se desahogue de lo lindo con una letra sobre sus propios fantasmas, en
la que nos habla de lo duro que es ser criado por un alcohólico y crecer en la
más pura marginación. Anselmo no canta lamentándose, ni con pena, sino rugiendo
como el maestro de la agresividad que siempre ha sido. Un corte donde expresa
su ira como quien opta por batirse en duelo con su propio pasado. Auténtico
cañonazo con una variante perfecta en su último tercio, en el que la guitarra
de Dime dibujará un riff completamente insano para añadir más dinamismo a una
pista más bien monolítica.
Adoro ese tono retorcido
que Dimebag y Rex eran capaces de crear con sus respectivos instrumentos.
Aunque podría citar otras canciones de este calado, creo que “Shedding Skin” es
una de las que mejor representan este tipo de canciones hipnóticas. Estamos
ante una propuesta de casi seis minutos de extensión que te atrapa con sus
atmósferas opresivas y una interpretación bastante teatral del gran Anselmo,
quien canta como un poseso. Antes de caer en la monotonía, el grupo optará por
romper con los patrones rítmicos y volver a elevar la propuesta decibélica
teniendo como colofón un señor solo de guitarra de Dimebag.
El nivel se niega a
descender. “Use My Third Arm” es un trallazo cargado de mala hostia, un corte
donde la instrumentación se acerca al Grindcore gracias, especialmente, al
trabajo tras las seis cuerdas de Dimebag y de su hermano Vinnie tras su kit. El
trabajo vocal de Anselmo desgañitándose desde el primer verso hasta el último y
de Rex atacando al oído con diferentes acordes de bajo, tampoco deben pasar
desapercibidos en esta reseña. Mucha atención a ese pequeño cambio de ritmo que
nos entregan a mitad de canción, en el que todo se ralentiza (¿soy el único al
que le recuerda un poco a “Into The Void” de Black Sabbath?) hasta alcanzar un
tono más denso. Un corte violento como pocos en el LP.
Rex y Vinnie se arrancan
con la temblorosa introducción de “Throes Of Rejection” a la que pronto se
unirá Dime dibujando una línea de guitarra infernal que, pocos segundos
después, derivará en un ritmo más bruto y que, para nuestra fortuna, nos
devolverá a los Pantera más groovies y cambiantes. Phil Anselmo está descomunal
en todo momento, combinando momentos lentos y sugerentes con otros donde fuerza
al máximo sus cuerdas vocales. Por si fuera poco, el señor Dimebag nos obsequia
aquí con el solo más bestial de todo el álbum, donde corre a lo largo y ancho
del mástil mientras un mar de distorsión lo acompaña. Absoluto trallazo.
Todo termina con una
versión más que conocida del “Planet Caravan” de Black Sabbath, en la cual,
tras habernos sacudido previamente con tantas canciones brutales, ahora
imponen la calma con esta celebérrimo clásico de los de Birmingham. Hay que
rendirse aquí ante la interpretación de Dime, firmando un solo atmosférico fiel
al que en su momento grabó Iommi, así como al bueno de Anselmo, que canta como
el ángel caído que es, susurrando la famosa melodía que en su momento Ozzy hizo
eterna. No faltan tampoco los acompañamientos de percusión de Vinnie y las
aportaciones de bajo de Rex. Un final maravilloso.
CONCLUSIÓN
Aunque probablemente no
pueda compararse en términos de fama y trascendencia con “Cowboys From Hell” (mi
predilecta) o el “Vulgar Display Of Power”, creo que estamos ante una obra de
Metal puro y sentido, parido por cuatro músicos de primerísimo nivel y con una
colección de canciones realmente buena que, a fin de cuentas, sirve
sobradamente para justificar por qué Pantera es una de las bandas más
importantes de la historia.
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