Parece increíble que, después de más de cuarenta años de trayectoria y siendo considerada una de las bandas emblemáticas de la NWOBHM, el lanzamiento de un nuevo álbum de Blitzkrieg haya pasado desapercibido para muchos de los principales medios de Rock y Metal tanto a nivel nacional como internacional. Ignorar a una de las agrupaciones que más influyó en el nacimiento del Thrash y el Speed Metal (quien lo dude, debería escuchar algún día “A Time Of Changes”) me parece profundamente injusto.
Fundados en 1980 en Sunderland (Inglaterra), la
historia de Blitzkrieg ha estado marcada por continuos cambios en su
alineación, lo que ha dejado su huella en los diez álbumes de estudio que
conforman su discografía. Vuelvo a resaltar aquí la importancia de esta banda
como pionera de varios subgéneros que surgieron a lo largo de los años 80.
Inicialmente formados bajo el nombre de Split Image, adoptaron su nombre
definitivo tras la incorporación de Brian Ross, el único miembro que ha
permanecido a lo largo del tiempo, como vocalista. Pronto se abrieron paso
entre los nombres importantes de la escena con el exitoso sencillo “Buried
Alive/Blitzkrieg” (1981), lanzado bajo el popular sello Neat Records. Después
de una breve ausencia de Brian Ross, quien se apartó hasta 1984 para grabar
junto a Satan el legendario “Court In The Act”, la banda asestó un gran golpe
con su primer LP de estudio, “A Time Of Changes” (1985), un auténtico referente
de la NWOBHM (¡qué voz la de Ross en aquellos tiempos!).
A lo largo de los años, con la constante entrada y
salida de músicos, Blitzkrieg siguió publicando álbumes muy disfrutables,
algunos realmente notables como “Unholy Trinity” (1995) o el más reciente
“Theatre Of The Damned” (2007), que dejan claro un hecho que, al menos para mí,
es innegable: Blitzkrieg, independientemente de su nivel de reconocimiento,
nunca ha lanzado un disco mediocre, mostrando siempre una habilidad envidiable
para mantenerse fiel al Heavy Metal más clásico sin caer en la repetición.
En pleno 2024, tenemos el placer de hablar de su nuevo
álbum homónimo, “Blitzkrieg”. En él encontramos una formación más estable, con
Brian acompañado por músicos talentosos como su hijo Alan Ross y Nick Jennison
en las guitarras, Matt Graham en la batería y Liam Ferguson en el bajo. Todos
ellos han logrado mantener vivo el sonido que ha caracterizado a la banda a lo
largo de las décadas, lo cual considero muy positivo.
Las guitarras rugen desde el principio con “You Won’t
Take Me Alive”, el tema que abre el álbum. El equilibrio perfecto entre melodía
y fuerza se siente desde los primeros acordes, con una canción que suena al
100% a Blitzkrieg, lo cual celebro enormemente. Brian sigue conservando una voz
poderosa, alcanzando notas altas como si los años no pasaran, y demostrando su
experiencia con registros más actuales. El trabajo de guitarras de Alan y Nick
es puro estilo ochentero (hay destellos de Randy Rhoads o Jake E. Lee en la
forma en que marcan el ritmo frenético del tema), rematado por un brillante
solo de guitarras gemelas.
Sin bajar el ritmo, la banda nos sacude con la
galopante “The Spider”, un tema potente con reminiscencias de los modernos
Judas Priest, y que resulta ser uno de los momentos más pegadizos del álbum.
Las guitarras avanzan con fuerza, acompañadas por una batería contundente,
llevándonos en volandas hasta un estribillo coral que, aunque sencillo, se
queda grabado en la mente. Un nuevo solo sobre un bajo juguetón añade el toque
final a este segundo tema.
“Dragon’s Eve” aporta un toque de Power Metal, con una
letra de temática medieval que bien podría haber sido escrita por Ronnie James
Dio. Musicalmente, el tema se mueve más en la línea del Power Metal de finales
del siglo XX, un subgénero que no es ajeno a la banda (en “Theatre Of The
Damned” ya encontramos algunas canciones similares). El punto culminante de la
pieza llega hacia la mitad, cuando el tema da un giro de 180 grados hacia un
terreno 100% thrasher, antes de regresar al Power original.
El Heavy Metal ochentero que define a Blitzkrieg
reaparece en “If I Told You”, una canción que avanza a un ritmo contundente al
estilo de “Metal Gods” de Judas Priest, arrasando con todo a su paso mientras
Brian se desgañita tras el micrófono. El puente va ganando intensidad hasta
desembocar en un estribillo directo en el que Ross nos lanza la frase “Si te lo
contara, tendría que matarte”. Impresionante solo lleno de detalles técnicos
(con momentos de Sweep Picking) que eleva aún más este número.
La primera mitad del álbum cierra con “Vertigo”, otro
tema con reminiscencias a la NWOBHM, donde las guitarras parecen inmunes al
paso del tiempo. Brian no deja de rugir mientras el estribillo, adornado por
coros graves que contrastan con sus registros más agudos, completa la canción
de manera magistral.
La segunda mitad arranca con “Above The Law”, un tema
que muestra a unos Blitzkrieg más modernos, con melodías que juegan un papel
más importante que hace 40 años, y que, a decir verdad, funciona bastante bien.
Aunque, personalmente, prefiero su faceta más agresiva, que se manifiesta en la
siguiente canción, “I Am His Voice”, un corte de puro Heavy Metal europeo
(podría encajar en cualquier álbum de Accept con Mark Tornillo), cargado de
riffs contundentes y una sección rítmica sólida (el breakdown antes del segundo
minuto es destacable).
El terror continúa con “The Night He Came Home”,
inspirada en Halloween, con melodías sombrías y una atmósfera teatral que Brian
domina con maestría. No es un tema sobresaliente, pero logra su cometido.
El cierre llega con “Aphrodite’s Kiss”, precedida por
la breve introducción “On Olympus High”. Esta épica melódica con tintes de
Power Metal se alarga más de lo necesario, y aunque es una aceptable balada
ochentera, se queda algo corta de impacto.
CONCLUSIÓN
Sin ser su obra cumbre, el álbum homónimo de
Blitzkrieg es el tipo de disco de Heavy Metal que cualquier banda con más de
cuatro décadas de trayectoria desearía lanzar en esta etapa de su carrera. A lo
largo de sus 10 temas, que suman casi 50 minutos de música, la banda sigue
sonando tan enérgica y directa como en sus mejores tiempos, aunque en varios
momentos apuestan por incluir elementos de subgéneros como el Power Metal. Esto
no agradará a todos sus fans, pero resulta bastante atractivo (al menos evita que
la banda se estanque en su zona de confort).
¡Un álbum totalmente recomendable!
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