No, no es una reseña
sencilla de escribir al tratarse de un álbum de culto, pero algún día el Blog
tenía analizar semejante obra tan influyente en el desarrollo del Metal.
A principios de los
80’s bandas como Running Wild o varios nombres propios de la NWOBHM como Iron
Maiden, Judas Priest o Saxon habían comenzado poco a poco a modificar el sonido
característico del Metal hacia ritmos más acelerados. No obstante, fue en 1985
cuando una banda nueva que se hacía llamar Helloween lanza al mercado una obra
conocida como “Walls Of Jericho” en la que comenzó a percibirse una notable
evolución en la forma de hacer Metal. Y es que un genio teutón llamado Kai
Hansen, al cual el Metal le debe mucho más de lo que parece, tomó influencias
de sus amados Judas Priest, de Iron Maiden y de otros tantos gigantes del
Metal, y les añadió una pizca más de velocidad, resultando así el nacimiento
del Power Metal.
Dicho esto tengo que
reconocer que, a mi modo de ver, con las dos partes de “Keeper Of The Seven
Keys”, Helloween realmente no descubre el Power Metal, eso sucedió en el “Walls
Of Jericho”, pero sí lo perfecciona. Con la primera parte de los “Keeper” los
alemanes dieron un salto de calidad notable debido, en gran parte, a la
incorporación de un joven cantante de 18 años dotado de unas cuerdas vocales
envidiable llamado Michael Kiske. Creo que es con ese álbum con el que la banda
terminó de definir su sonido y nos regaló auténticos clásicos del grupo como
“Halloween” (una de mis preferidas de “las calabazas”), “Future World” o “I’m
Alive”, entre otros, lo que se tradujo en un aumento
considerable de su fama. La segunda parte de “Keeper” supuso el cenit de la
banda, consolidó el Power Metal como un nuevo vástago del Metal, influyó en
numerosas bandas que en un futuro darían
de qué hablar y, como cabía esperar, se convirtió en un clásico instantáneo e
imperecedero del género que a día de hoy sigue despertando un gran respeto.
Por mantener un poco el protocolo voy a añadir un
par de datos extras sobre el álbum. Este fue grabado entre los meses de mayo y junio de 1988 en
Hannover bajo la coproducción de Tommy Newtorn y un conocido del grupo como
Tommy Hansen (no es familiar de Kai), quien también trabajó con los alemanes en
la primera parte de “Keeper” (al igual que Newtorn) y en posteriores trabajos
como “Chameleon”, “Master Of The Rings”,
“The Time Of The Oath” o “Better Than Raw”. Fue el 29 de agosto de 1988 cuando
“Keeper Of The Seven Keys Part. 2” vio la luz y todo cambió para siempre.
A continuación es el turno de analizar todas las
canciones que compusieron este álbum. Es un lujo anunciar que mi buen amigo Fede, quien ha colaborado muchas
veces ya conmigo en anteriores reseñas, también va a regalarnos su opinión
sobre este disco.
Comenzamos…
INVITATION
Diego: Desde los
primeros compases de la épica y orquestal introducción instrumental titulada
“Invitation” sabemos que este no es cualquier disco. Un acierto de los alemanes
para preparar al oyente para lo que se le viene encima, tal y como hicieron en
sus dos anteriores placas con la homónima “Walls Of Jericho” o “Initiation”.
Fede: Al mejor estilo
Helloween, y siguiendo el patrón iniciado por “Initiation” en el primero de
estos “Keepers”, la agrupación da la bienvenida al disco con una magnífica
introducción instrumental, la cual transcurre fugazmente e in crescendo de
manera fenomenal. Un excelente comienzo que engancha a la perfección con el
segundo y primer tema de larga duración del álbum.
EAGLE FLY FREE
Diego: La anterior
introducción se conecta rápidamente con un antológico riff y comienza “Eagle
Fly Free”, el primero de muchos himnos que se citan en este LP. Power Metal
auténtico, sin elementos sobrantes. Las guitarras suenan inspiradísimas, la
batería de Ingo cabalga incesante y el legendario Michael Kiske se desgañita,
jugando con su más que alabado registro gargantil. El estribillo es de esos que
se graban para siempre desde la primera escucha (¡qué grande es Michael!). Más
tarde se inicia una sección instrumental en la que cada músico brilla y muestra
el potencial que realmente acumula: Markus goza de un pequeño momento solista
en el que lo borda, Ingo machaca los parches y el dúo formado por Weiki y
Hansen, el cual será muy piropeado a lo largo de toda la reseña, demuestran su
compenetración como guitarristas, marcándose un salvaje solo conjunto en que
añaden algunos instantes de guitarras gemelas, además de otros momentos de
lucimiento individual. Este primer bocado se cierra con un vibrante agudo
sostenido de Kiske. La aventura comienza…
Fede: Los primeros
discos de Helloween son trabajos muy complicados de abordar. Prácticamente
todos los clásicos de la banda fueron fruto de estos discos. “Eagle Fly Free”
es una pieza fundamental en la discografía de la banda, y una composición ejemplificativa
de lo que era el Power/Speed Metal de aquella época. Soy muy fanático de esta
canción porque cada músico tiene su momento de gloria. Grandes fills de
batería, excelsos licks de bajo, sublimes solos de guitarra y un despliegue
vocal majestuoso por parte de Kiske.
YOU ALWAYS WALK ALONE
Siempre he
pensado que el título es una parodia de esa canción inglesa que adoptó la
afición del Liverpool como cántico (un clásico del fútbol) que se titula
“You’ll Never Walk Alone”. El caso es
que este número, pese a ser desconocido para muchos, es todo un pelotazo de
nuestras queridas calabazas. Kiske compuso esta pieza, lo que hacía presagiar
que el respetado vocalista se traía entre manos muchos agudos y una exhibición
por su parte de esas cuerdas vocales tan valiosas que posee. La primera parte
de la canción es trepidante, con cierto sabor a Maiden (los cinco músicos
suenan acojonantes), para, posteriormente, marcarse un intermedio más lento y,
por parte de Michael, más teatral sobre una pista de bajo del siempre alegre
Markus. Muchos han tendido a calificarla como la más floja de todo el disco, lo
que me parece respetable, pero no lo comparto. Es una descarga de adrenalina
con la inconfundible firma de estas leyendas.
Fede: Hablando del
señor Kiske, esta es una composición muy interesante, craneada por el mismo
vocalista. Probablemente uno de los temas más compactos y ajustados del álbum.
Los instrumentos de cuerdas y la batería se fusionan grandiosamente para que la
voz destaque como elemento principal y fundamental de la canción. La sección
instrumental cuenta con un atroz cambio de tiempo, acompañado de unos solos
cargados y concisos, cargados de diversas técnicas.
RISE
AND FALL
Diego: Si hay algo que siempre me ha gustado de
Helloween además de su música, ese es su sentido del humor. “Rise And Fall” es
una canción cargada de buenas vibraciones, sin por ello perder la electricidad
y la velocidad que reina en el disco. Los batacazos iniciales de Ingo dan paso
a unos versos alegres, con Kiske bordando su interpretación, hasta llegar
directamente a un puente con cierto aroma a los primeros discos de Queen, con
la aparición de un coro casi operístico, para explotar en un estribillo
sencillo pero, para variar, sobresaliente. Este nuevo clásico termina de
convencer gracias al pasaje instrumental intermedio de primerísimo nivel, en el
que Weiki y Kai siguen haciendo de las suyas, mientras Markus se vuelve a sacar
de la manga una gran línea de bajo. Después de este añaden un par de estrofas y
estribillos adicionales y, como curiosidad, cierran con una extraña combinación
de efectos y sonidos graciosos.
Fede: Vuelve la velocidad de la mano de “Rise and
Fall”. Aquí podemos divisar el humor con el cual Helloween abordaba sus
líricas, con frases como: “Romeo loved his Juliet, their parents told them
Stop, then it all turned out peculiar, he couldn't get it up. Un tema que pasa
de ritmos de tempo medio a veloces constantemente. El solo cuenta con una de
las primeras grandes demostraciones de “guitarras hermanas”, a cargo de Kai
Hansen y Michael Weikath. Otro gran clásico del metal ochentoso.
Diego: Pero si hay una canción en la que Helloween
reafirmaba su gran sentido del humor, esa es “Dr. Stein”, un clásico de Metal
terrorífico-cómico en la cual nos cuentan la historia de un entrañable
científico loco que se dedica a crear monstruos que acaban dedicándose al mundo
de la política o del Rock, así como a clonar a sus ayudantes sexis. Este es otro
de los clásicos absolutos de los alemanes y, lo cante Kiske o Deris, es siempre
un éxito en vivo. El riff principal es bailable, con un gancho indiscutible y
adictivo, sobre el que el rubio Kiske nos contaba las aventuras del
desternillante Stein. El otro gran momento de la canción se produce cuando
Hansen y Weikath se baten en un duelo de guitarras único (probablemente mi
tándem de guitarras metaleras preferido de todos los tiempos), que termina
desembocando en un inesperado teclado que ambienta mucho mejor la canción.
Fede: Uno de mis tracks preferidos del disco es “Dr.
Stein”, canción que relata una historia muy interesante. Difiere un poco con lo
planteado anteriormente por la banda en previas composiciones. Los matices
vocales de Kiske son brillantes, esto sumado a un estribillo sumamente pegadizo
y coreable. Uno de los aspectos más destacables de esta canción es la presencia
de los teclados, los cuales cumplen labores rítmicas como melódicas. También
hay un excelente uso de sintetizadores para los solos, los cuales se
complementan con grandes secciones de guitarra.
WE
GOT THE RIGHT
Diego: Kiske vuelve a encargarse de la labor
compositiva y se saca de la chistera una canción que, a mi parecer, ha quedado
olvidada o, al menos, no ha recibido el incalculable número de elogios que
merece. Las revoluciones del disco descienden un poco para dar paso a una
canción más melódica, pausada, Hardrockera y con notables influencias
progresivas en el breve intermedio casi atmosférico y con presencia de
teclados. El cantante es el auténtico protagonista de la canción, volviendo a
desplegar todo su arsenal de registros (¿cómo se puede pasar de semejantes
tonos agudos a otros más graves sin morir en el intento?), hasta que mis dos
amados Weiki y Hansen vuelven a marcarse un soberbio solo y esta canción se
convierte en otra canción de 10. No puedo dejar de reseñar los agradables coros
que acompañan en los últimos versos a Kiske, mientras este tira de más agudos
inhumanos.
Fede: Puede ser, quizás, el tema más flojo del
disco, lo cual no quiere decir que sea malo. Es una canción algo más lenta, con
secciones un poco más largas que temas predecesores. Una semi – power balad,
con muy buenas ideas y gran técnica. De todas maneras, pienso que queda un poco
relegada a la sombra de canciones por venir.
SAVE
US
Diego: Power Metal de máxima calidad. “Save Us” es
un claro ejemplo de ese nuevo subgénero que estos alemanes crearon un par de
años atrás bajo el título de “Walls Of Jericho”. La canción no es
extremadamente compleja, aunque es necesario volver a felicitar al magistral
Kiske y a ese dúo de hachas formado por Kai y Weikath, que solamente nos dan
alegrías con este trabajo. La letra, aunque se sale, muestra, aparentemente,
cierta afinidad por Dios, clamando ser salvado (“Sin ti somos débiles y estamos
solos. Atiende a nuestra llamada”/”La demencia viene del infierno para
llevarnos a todos”), lo que contrasta con otras canciones de la banda como
“Judas” o “Why”. En definitiva, otro acierto de los alemanes.
Fede: Una canción con mucha influencia de Metal
clásico. Esta pieza, compuesta por el mítico Kai Hansen, es una oda al Metal de
los setenta y principios de los ochenta. Todo esto profundamente combinado con
la impronta germana de las calabazas. Voces operísticas de Kiske, ritmo
acelerado por parte del gran y difunto Ingo Schwichtenberg, y por, sobre todas
las cosas, la brillante labor en las guitarras a cargo de los dos maestros
teutones tras las 6 cuerdas.
MARCH
OF TIME
Diego: Me tengo que poner en pie. Junto a “Eagle Fly
Free” y la canción que comentaré próximamente, la legendaria “March Of Time” me
introdujo a Helloween y al Power Metal. Y es que esta no es una canción
cualquiera. Tras unos instantes de punteos melódicos y emotivos, la batería de
Ingo rompe y comienza este ladrillazo en la cara, todo un clásico imperecedero
del Metal. Las guitarras suenan salvajes y rabiosas, mientras el más que
consagrado Kiske alcanza unos tonos agudos desconcertantes. El puente frena un poco las pulsaciones para volver a acelerarlas
con la entrada de ese estribillo tan especial y reconocido en el género en el
que las voces de Kiske y los coros nos vuelan
la cabeza. Nuevamente el momento del solo brilla por su magia y clase
para desembocar en un par de estrofas frenéticas (“Please, please, help me see…”), para volver
al estribillo y, de esta forma, cerrar un himno del Power.
Fede: Otra obra maestra. Una introducción excelsa
para luego dar paso a más de cuatro minutos de magia. Posiblemente uno de los
mejores estribillos de Helloween de la historia. Nuevamente aparecen los
sintetizadores acompañando a los largos acordes de guitarra y las gruesas
líneas de bajo. Un solo muy virtuoso, veloz y eficaz. Finalizando la sección instrumental, vuelven
a aparecer las guitarras hermanas, acompañadas de distintas bases de batería.
Todo esto termina de aportar los últimos tintes para volver a esta canción una
pieza perfecta.
Diego: Cuando digo que este álbum es una maestra es
porque está cargado de clásicos. Y es que tras haber vibrado con “Match Of
Time”, es el turno de “I Wan’t Out”, canción que, probablemente, podría ser
considerada como “EL CLÁSICO DE CLÁSICOS”. Poco tengo que decir de semejante
tema que no se haya mencionado ya a lo largo de las décadas sobre esta canción.
Un himno del gran Hansen a favor de vivir la vida como a uno se le antoja, una
oda a esa libertad que este legendario guitarrista alemán siempre ha defendido,
ya sea con Helloween, con Gamma Ray o
con cualquier otra banda que haya estado. La canción es más cercana al
Hard-Rock que al Power, con una estructura clásica y sencilla, pero con la
esencia de la banda intacta. La progresión de los versos, experimentando un
acertado ascenso de intensidad, para
pasar a un puente en el que Kiske está realmente sembrado, y llegar a otro
estribillo que todos hemos coreado hasta la saciedad, con ese agudo de Michael
inimitable. Los solos son perfectos, como también lo es el cierre que hace
Michael, con ese descomunal “Leave Me Alone” con el que el rubio pone el broche
de oro.
Fede: Posiblemente la canción más popular de
Helloween. Tuve la oportunidad de ver el show de los alemanes el pasado 2017 en
Argentina, concierto que terminó con esta canción, globos volando por los aires
y papel picado cayendo a rolete. No me parece la mejor canción de Helloween, de
hecho hay muchísimas que eligiría antes que esta. Pero es innegable que la
canción es pegadiza, estereotípica del metal de la época y combina bien todos
los elementos que supieron hacer a Helloween estos monstruos del rock pesado
que son hoy en día.
KEEPER
OF THE SEVEN KEYS
Diego: Si pensabas que la fiesta había terminado ya,
Helloween tenía una carta maestra para el final. La bilogía del “Guardián de
las Siete Llaves” toca a su fin con una imponente canción de 13 minutos de
duración (Iron Maiden tiene su “Rime Of The Ancient Mariner” y Helloween su “Keeper Of The Seven Keys”) con
la que la banda nos cuenta la historia que dio título a sus dos entregas en la
que un guerrero se enfrenta a la compleja misión de encontrar las 7 llaves que
cerrarán las puertas de los 7 mares y, de esa forma, impedir que el mal llegue
a la tierra abriendo estas. Esta historia, como podéis imaginaros, es contada a
través de numerosos cambios de ritmo que aportan un dramatismo que se
complementa perfectamente con la actuación teatral de un maestro como Kiske.
Ingo lo borda con la batería, Markus, como siempre, nos regala una pista de
bajo sensacional y esos dos genios de las cuerdas llamados Kai Hansen y Michael
Weikath, este último es el padre de esta criatura que cierra el álbum, que
vuelven a demostrar que juntos conformaron una de las secciones de guitarras
más especiales, importantes y de mayor calidad de toda la historia. Son tantos
los momentos especiales que podría destacar de esta canción que creo que sería
necesario escribir una reseña solamente de esa canción, por lo que invito a
todo interesado en escuchar por primera vez esta canción a hacerlo y dejarse
atrapar por semejante obra maestra. Me limitaré a decir que estos 13 minutos
justifican mi amor por el Metal. Un final de escándalo para una obra clave en
la música del Siglo XX.
Fede: Esta canción es un culto a la excelencia. Si
tuviera que elegir 5 canciones para escuchar el resto de mi vida, “Keeper of
the Seven Keys” sería una de ellas, indiscutidamente. Cada escucha de esta
canción es una experiencia distinta. Me pondría a analizarla en profundidad
pero estaría una eternidad. Simplemente voy a decirles que son casi 14 minutos
de transportarse y viajar musicalmente, a la par de una historia fantástica y
atrapante. Es una canción que hay que experimentar personalmente.
CONCLUSIÓN:
Igual que “Black Sabbath” o “Paranoid” para
el Heavy Metal, igual que los cuatro primeros álbumes de Led Zeppelin, los “In
Rock”, “Fireball” y “Machine Head” de Deep Purple o el “Rising” de Rainbow para el Hard-Rock,
igual que “Overkill” y “Ace Of Spades” para el Speed y el Thrash, las dos
partes de “Keeper Of The Seven Keys” y el inicial “Walls Of Jericho” (puede
incluirse aquí también el EP homónimo de 1985), Helloween fueron, son y serán
los padres del Power Metal y, para mí, la banda más grande de este subgénero.
Este álbum en concreto es el punto más álgido de la formación clásica de la
banda, con cinco músicos en un momento pleno de inspiración, con ganas de
dominar la escena de su Alemania natal y de conquistar el mundo con ese nuevo
sonido que le habían dado al Metal. La segunda parte de “Keeper Of The Seven
Keys” es una compilación de clásicos atemporales de la banda y el género (es un “himno tras
himno”) y, seguramente, su obra maestra máxima, pese a que los dos LPs
anteriores son también de 10. Creo que después de este, Helloween no volvió a publicar
nada que estuviera a la misma altura (una tarea casi imposible cuando el listón
está tan alto), pese a publicar discos muy buenos años después con Andi Deris
como mi adorado “Master Of The Rings”, el “Better Than Raw” o el agradable “The
Dark Ride”.
Sin embargo, este disco
no solamente trajo mucho éxito y fama para la banda. El bueno de Kai Hansen,
sorpresivamente, abandonaba el barco en su mejor momento para fundar Gamma Ray
(¡lo que nos regalaría el alemán con ese proyecto!) y cedería el liderazgo a
Kiske. El declive compositivo, así como el aumento de las tensiones entre los
miembros, se hicieron notar en los dos álbumes posteriores (“Pink Bubbles Go Ape” y “Chameleon”), que
carecían de la magia de los anteriores trabajos. No obstante, sí recomiendo la
escucha de los dos monstruosos directos que la banda grabó y publicó durante la
gira promocional del “Keeper”, bajo los títulos de “Keepers Live” y “Live In
The U.K.”, con Kai Hansen aún en la banda.
En definitiva, “Keeper
Of The Seven Keys Part. 2” es un disco que marcó un antes y un después en el
Metal, es un disco de culto y documenta el mejor momento de su formación más
clásica, antes de que esta comenzara a desintegrarse.
Cinco estrellas para semejante obra maestra.
bastante reduccionista el análisis
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