Brutos, divertidos,
fieles a su estilo, agresivos, energéticos, provocadores, únicos, metaleros,
polémicos, genios, …son muchos los adjetivos que podrían usarse para describir
a Rammstein, una de las bandas más importantes en el Metal moderno sin duda
alguna. Puedes quererles u odiarles, pero es indiscutible que el sexteto alemán
es conocido en todo el mundo y en las últimas décadas han estado siempre en la
cresta de la ola.
Cierto que su música no
es compleja y muchas veces puede sonar poco cambiante (uno sabe lo que se va a
encontrar en un disco de Rammstein), pero hay otros elementos que hacen de
estos teutones un grupo diferente al resto. Las letras, algunas más entendibles
que otras, son un elemento distintivo del conjunto, tanto por su amplitud de
temáticas (desde lo más disparatado y ocurrente hasta bellos escritos amorosos),
como por la provocación que muchas de estas tratan de causar. El otro aspecto
especial del grupo es su directo. Si Alice Cooper, el gran padre de los shows dramáticos
en vivo dentro del Rock, dominó la escena de los 70s en materia de conciertos
por la teatralización de sus shows, Rammstein podrían ser fácilmente los reyes
del directo en la actualidad. En cuestión de sonido son garantía (si es por
sonido me quedo con un show de AC/DC, Iron Maiden o de Scorpions), pero en lo
que a puesta en escena se refiere, estos alemanes son amos y señores del escenario. Fuego por todas
partes y de todas las maneras posibles, ejecuciones simuladas, una pequeña
balsa en la que un miembro “navega” sobre el público…eso y muchos elementos más
puedes encontrarlos en un espectáculo de estos peculiares artistas.
Fue en 1994 cuando la
banda logró su primera gesta. Tras presentar una maqueta con cuatro canciones (“Das
Alte Leid”, “Seemann”, “Rammstein” y “Weißes Fleisch”, en aquel momento con
pedazos de letra en inglés) a un concurso en Berlín para bandas que querían
hacerse un hueco en la escena musical alemana, Rammstein se ganó el derecho a
tener una sesión de una semana en un estudio de grabación profesional. Es en
este momento cuando Paul Landers, quien había tocado hasta aquel momento en
Feeling B, se incorporó a la banda como segundo guitarrista tras quedar
enamorado del sonido de la banda. Fue con la incorporación de “Emu” Fialik como
representante como la banda logró firmar con Motor Music, su primer contrato
discográfico, el cual les permitió entrar rápidamente a los estudios Polar de
Estocolmo para grabar su primer álbum. Jacob Hellner fue el encargado de la
producción.
Rammstein quería
mostrar sus armas desde el principio. Estaban cargados de ira y de muchas
ideas que tenían que figurar sí o sí en
este lanzamiento. El resultado lo veremos a continuación:
El primer tema del
primer disco que supuso los primeros pasos de una de las primeras bandas de
Metal Industrial (es necesario usar tanto la palabra “primero”) es “Wollt Ihr
Das Bett In Flammen Sehen” (pasan los años y sigo sin ser capaz de pronunciar
todo el título sin equivocarme). Desde el inicio, los teutones dejaron clara su
propuesta agresiva. El inicio de teclado de Flake precede a una violenta
explosión capitaneada por destructores riffs de guitarra, sólidos baquetazos de
batería que sirven de carta de presentación de lo que sería el sonido de
Rammstein a lo largo de toda su carrera. La letra, con gran presencia de
metáforas, juega con la temática del amor carnal y también de la guerra. El estribillo,
como buen primer tema de un grupo, es sencillamente el nombre de la banda.
“Der Meister” tiene un
sonido más industrial que su predecesora. La crudeza musical encaja con la
temática apocalíptica que tiene este corte (“Porque la noche yace moribunda/
Nosotros anunciamos el último día/No se tendrá compasión/Corran, corran por su
vida”). Destacan la línea de bajo de Riedel, así como los atmosféricos arreglos
de teclado de Flake, siempre responsable del lado más electrónico de Rammstein.
“Weisses Fleisch” es
otro cañonazo 100% disfrutable, especialmente por los baquetazos de mi
respetado Christoph Schneider, aunque esconde un trasfondo algo polémico y que
terminó costándole más de un problema a los alemanes La letra habla de una
violación a una mujer por parte de un descerebrado obsesionado con las pieles
pálidas (de ahí que el título del tema se traduzca al español como “carne
blanca”). Tiempo después de la salida de este LP se produjo la masacre del
Instituto Columbine (Estados Unidos) a manos de un grupo de asesinos que
escuchaban continuamente Rammstein. Fueron muchas las críticas que le llovieron
a la banda, puesto que en uno de los versos de este tema puede leerse la frase
“Du auf dem Schulhof, ich zum Töten bereit” (Tú en el patio del colegio, yo
preparado para matar), aunque se debe puntualizar que en ningún momento en el
tema se inste a cometer asesinatos.
Una de mis predilectas
de este disco es “Asche Zu Asche”, uno de los temas más famosos de la primera
etapa de Rammstein. El riff principal nos atrapa desde el inicio por su sonido
pegadizo, distorsionado y aniquilador. Tampoco puedo olvidarme de su pegadizo
estribillo (¿tiene Rammstein algún estribillo que no sea pegadizo?). Líricamente, esta composición trata de la
resurrección de Jesucristo (“Cuerpo caliente, cruz ardiente, juicio falso, frío
sepulcro…”) desde la perspectiva de este mismo (“Regresaré en diez días”).
La tónica abrasadora
del disco contrasta con la suavidad de “Seemann”, uno de los temas más lentos
de todo el catálogo de Rammstein. Till encarna, en esta ocasión, a un
metafórico marinero (en alemán “seemann”) que te invita a subir a su bote antes
de que sea demasiado tarde. Lindemann,
como suele acostumbrar, hace un papelón con el micrófono, dramatizando cada
verso de tal manera que hace de este corte una pequeña obra teatral.
Me atrevería a decir
que el primer gran pelotazo del conjunto llegó con “Du Riechst So Gut”, un tema contundente, sin grandes cambios y
con un estribillo gritable hasta el colapso. Atendiendo al plano lírico, Till
se convierte en una especie de vampiro (a veces interpretado como un hombre
lobo, aunque esa interpretación fuera desmentida por Flake), que busca a sus
víctimas a partir de su olor. Si te consideras fan de Rammstein tienes que
conocer esta canción sí o sí.
Otra de mis preferidas
es “Das Alte Leid”, una canción con ciertos guiños a Black Sabbath Sabbath en
el pesadísimo Riff inicial. Casi 6 minutos de martillazos metaleros que
convencerán a metaleros de todas las edades. La paranoica y, en algunos
instantes, depresiva letra culmina en un evocador “Ich will ficken!” (¡quiero
follar!) que pone la guinda al pastel . Me encanta, lo reconozco.
Si no has escuchado mucho a Rammstein hasta este
momento, querid@ lector/a, imagino que la
temática de las letras de esta agrupación son de lo más peculiares. Esta
inquietante característica lírica vuelve a manifestarse en “Heirate Mich”, un corte que habla de la necrofilia, es decir, del amor a la
muerte. Instrumentalmente es una canción que mantiene el nivel y el estilo,
aunque pueden resaltarse tanto los coros en el estribillo como el gran solo de
guitarra.
El tema que da nombre al álbum (en español “pena del
corazón”) es realmente una advertencia a todos los enamorados del mundo de lo
corto que puede llegar a ser el amor, invitándolos a no caer en una relación.
Instrumentalmente esta podría ser la canción más floja y llamativa del disco
El nivel vuelve a subir con “Laichzeit” (“tiempo
profano”), un tema más acorde a lo que se espera de Rammstein. No obstane, la
lírica vuelve a reclamar nuestra atención por su significado. Aunque no existe
una explicación oficial sobre lo que los alemanes querían expresar, temas como
el incesto, la reproducción y la zoofilia parecen estar reflejados a lo largo de
los 4 minutos de canción.
Para terminar por todo lo alto esta primera entrega,
la banda no dudó en incluir un tema con su nombre. “Rammstein” es todo un clásico, uno de los grandes trallazos de la
máquina alemana y un ejemplar de altísimo nivel de Industrial Metal. Los riffs
son tan sencillos como pesados, apisonando todo lo que se interpone en su
camino. La letra alude al fatídico
accidente aéreo sucedido en la base militar de Rammstein, uno de los más
recordados de la historia. Durante un espectáculo aéreo dos aviones se
chocaron, sembrando el caos y el miedo en el condado de Kaiserslautern,
provocando 70 muertos y más de 500 heridos. A modo de “homenaje” Till suele
interpretar esta canción en vivo con un lanzallamas en cada brazo, disparando
hacia el cielo. Antes, también solía vestir un traje ignífugo en llamas,
simulando ser el avión que ardía.
La apuesta era arriesgada por su peculiaridad, pero
se hizo justicia y “Herzeleid” fue un auténtico éxito comercial en poco tiempo,
lo que supuso un ascenso meteórico para el sexteto. 102 semanas estu
vo este
disco en la lista de los más vendidos en Alemania, una cifra al alcance de unos
pocos. Además, las más de 200.000 copias lo convirtieron en platino. Parte de
este éxito llegó tras la decisión del cineasta David Lynch de incluir “Rammstein”
en su película “Carretera Perdida”. Sea como fuere, este álbum fue creado para
triunfar.
Tal vez “Reise, Reise” o “Mutter” sean los mejores
álbumes de estos queridos alemanes, pero “Herzeleid” ocupa un puesto
privilegiado entre los grandes LPs de la década de los 90s y, por tanto, entre
los grandes de la banda.
¡Un discazo que todo Metalero debe escuchar!
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