En una época en la que muchas leyendas del Rock se despiden con giras de despedida y tributos póstumos, Alice Cooper opta por el camino opuesto: regresar al origen. Y es que uno de los titulares musicales más destacados de 2025 ha sido, sin duda, la reunión del pionero del Shock Rock con su banda original, tras más de cincuenta años de caminos separados (¡la vuelta de Oasis no iba a ser la única ni la más relevante de este año!).
Así, Mr. Cooper ha vuelto a juntar fuerzas con Michael Bruce (guitarra), Dennis Dunaway (bajo) y Neal Smith (batería), en una celebración de creatividad, camaradería y potencia musical que pocos anticipaban… y muchos deseaban. Cabe recordar que juntos dieron forma al mítico grupo Alice Cooper, responsable de discos de culto como Killer, Billion Dollar Babies o School’s Out durante su breve pero intensa existencia. Tras su disolución a mediados de los 70, Vincent Furnier adoptó oficialmente el nombre de Alice Cooper para continuar su carrera en solitario.
Este nuevo trabajo de estudio —el primero desde Muscle of Love (1973)— va más allá de un simple ejercicio de nostalgia. Es, sobre todo, una muestra de vitalidad: la prueba de que la chispa que encendió al Alice Cooper Group original sigue viva. Las canciones no suenan a imitaciones de una época pasada, sino a capítulos nuevos de una historia que había quedado en pausa.
La producción corre, una vez más, a cargo del legendario Bob Ezrin, colaborador histórico del grupo y presencia constante en la trayectoria solista de Alice. Aquí, Ezrin logra capturar la esencia del grupo sin trucos ni artificios. Grabado al estilo clásico, con todos tocando juntos en estudio, The Revenge of Alice Cooper presenta 14 canciones nuevas que combinan la teatralidad irreverente de los 70 con un sonido moderno, directo y sin adornos innecesarios. Están presentes los riffs envenenados, los estribillos pegajosos y ese humor corrosivo que caracteriza al personaje de Alice.
Cabe añadir que, en Paranormal (2017) y Detroit Stories (2021), dos de los trabajos más recientes de Cooper, ya habían participado Michael, Dennis y Neal con material inédito. Es decir, esta reunión venía gestándose poco a poco.
Y el álbum no podría comenzar de mejor manera. Black Mamba nos atrapa desde el primer compás con un ritmo seco y amenazante que, impulsado por la poderosa interpretación vocal de Alice, se transforma en una pieza dramática que evoca lo mejor del Shock Rock setentero. El tono monolítico le sienta de maravilla. Como si eso fuera poco, el tema cuenta con la colaboración estelar del mítico Robby Krieger, guitarrista de The Doors. Solo por esta canción, ya valió la pena volver a reunir al grupo. ¡Temazo!
La energía roquera continúa con Wild Ones, una pieza sencilla pero bien construida, cuya letra —inspirada en la película The Wild One (1959), protagonizada por Marlon Brando— nos transporta a la rebeldía motera de los años 50 y 60 en Estados Unidos. Aunque las estrofas no son especialmente brillantes, el estribillo se queda grabado gracias a su riff acelerado y una efectiva repetición del título que funciona a la perfección.
Una batería desafiante abre Up All Night, un corte de ritmo festivo, guitarras crudas y un estribillo contagioso que esconde una letra cargada de insinuaciones, como tanto le gusta a Alice. Aquí juega con la idea de no dormir para seducir a su pareja (“Soy una sensación de la noche a la mañana / Deberías estar pagándome”).
El Shock Rock resurge en Kill The Flies, una pieza con sonoridad clásica —aunque sin relación con la célebre Halo of Flies de Killer— que bien podría haber encajado en Welcome to My Nightmare, aunque con una producción menos sombría. Se trata de un medio tiempo sólido, donde los versos, cargados de teatralidad, desembocan en un estribillo coral de aire retro que destaco entre mis favoritos.
También resulta sobresaliente One Night Stand, una composición ácida y tenebrosa liderada por el bajo venenoso de Dennis y una interpretación vocal brillante por parte de Cooper, usando registros más oscuros y rasposos que aportan una atmósfera inquietante. El aporte de Michael Bruce a la guitarra es excepcional: sus solos elevan el tema y lo convierten en uno de los grandes momentos del disco.
Con una introducción setentera y progresiva que remite a The Doors, Blood On The Sun parece insinuar una dirección más eléctrica, aunque finalmente se instala en un ambiente festivo que engancha desde la primera escucha.
Crap that Gets in the Way of Your Dreams es una potente descarga de Rock clásico, con riffs y solos memorables a cargo de Bruce. La letra, cómo no, ofrece el humor negro tan característico de Coop: un viejo rockero sin rumbo se plantea qué hacer con su vida (“Ahora tengo 65 y sí, todavía estoy vivo / Pero no he visto a mi esposa en un buen rato / Podría estar muerta arriba… ¿debería enterrar a mi esposa o simplemente escribir otra canción?”).
Desde que Bruce lanza ese riff inicial, es evidente que Famous Face no decepcionará. Con tintes sureños y una actitud moderna, es una canción sencilla pero efectiva, donde Alice canta con una arrogancia casi teatral, como si perdonara la vida al oyente.
El espíritu Punk-Rock que asomó en algunos trabajos del grupo reaparece en Money Screams, una canción predecible y con poco que destacar. Sin llegar a ser fallida, es de las menos memorables del conjunto.
Los fans de Lace and Whisky disfrutarán sin duda What a Syd, una joya que mezcla Soul, Rock y Jazz con enorme acierto. La interpretación vocal de Cooper y el acompañamiento instrumental del grupo son sublimes. Una firme candidata a lo mejor del álbum.
Inter Galactic Vagabond Blues nos ofrece Rock clásico con armónica incluida, en una canción que recuerda más al Alice solista que al grupo original. Aun así, es una pieza agradable que aporta variedad al repertorio.
Una de las composiciones más emotivas es What Happened to You, que incluye una pista de guitarra grabada por el eterno Glen Buxton. Es un tributo sincero, convertido en un tema de Rock atemporal con un estribillo adictivo y detalles de piano que le dan un aire nostálgico muy especial.
Como era de esperarse en un disco de catorce cortes —una cifra algo excesiva— hay alguna pieza prescindible. Tal es el caso de I Ain’t Done Wrong, versión de The Yardbirds que, sin estar mal ejecutada, abusa de la fórmula de Rock clásico y aporta poco, más allá de nuevos arreglos con armónica.
Por suerte, el cierre es notable. See You on the Other Side es la única balada del álbum y está dedicada al desaparecido Glen Buxton. Es una despedida cargada de emoción, donde Alice canta con una sinceridad desarmante, guiado por el corazón. Una clausura perfecta para este trabajo tan esperado.
CONCLUSIÓN
The Revenge Of Alice Cooper es una reafirmación del legado de una de las bandas más influyentes de los años 70. Deja en claro que el Alice Cooper Group no fue simplemente el trampolín de una carrera solista, sino una entidad única con un lenguaje musical y escénico que dejó huella.
Si bien en los 70 la banda navegaba por terrenos más macabros que los presentes en la mayoría de estas canciones —donde domina un Rock de vieja escuela con producción moderna—, este regreso cumple las expectativas. Con algunos temas sobresalientes y otros más discretos (algo lógico en un álbum de 14 pistas), el retorno del Alice Cooper Group original nos invita a soñar con la posibilidad de volver a escuchar más música de estos cuatro talentos en el futuro.
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