Aunque últimamente no suelo disponer de mucho tiempo para escribir reseñas —y suelo reservarlo, en todo caso, para obras de estudio—, hay discos en directo que han dejado una huella tan profunda en la historia del rock que merecen ser reivindicados de vez en cuando. Este es, sin duda, uno de esos casos: un LP en vivo que no solo captura la energía cruda de la banda en su mejor momento, sino que eleva el directo a la categoría de arte.
Lanzado en
1979, “Strangers in the Night” no solo documenta el punto más alto en la
carrera de UFO, sino que también representa uno de los pilares del rock en
directo de los años 70. Grabado durante su gira estadounidense de 1978, el
álbum recoge a la banda en un estado de gracia: afilada, energética y con una
química escénica que logra trasladarse plenamente al vinilo. No se trata
simplemente de una colección de canciones capturadas en vivo, sino de una
muestra inmejorable de lo que significaba vivir una noche de rock con UFO en su
máximo esplendor.
En una
década marcada por lanzamientos en vivo legendarios, este álbum sobresalió por
su potencia, su claridad sonora y el protagonismo absoluto de una formación que
conjugaba precisión técnica con una actitud callejera sin precedentes. Este
material constituiría además el canto de cisne de la etapa de Michael Schenker
con la banda, cuya guitarra brilla con una expresividad y una madurez musical
difíciles de igualar. Más que un cierre de ciclo, “Strangers in the Night”
representa el paso a la inmortalidad de una banda que influiría enormemente en
algunos de los nombres propios que pronto abanderarían el Hard-Rock y el Heavy
Metal.
Me he
tomado la licencia de ceñirme a la versión original del álbum, pero conviene
recordar al lector que hace unos años la banda reeditó este material con otro
buen puñado de grabaciones inéditas que mantienen el nivel de una obra que
sigue siendo una referencia obligada en cualquier conversación seria sobre
álbumes en vivo del rock clásico.
El álbum
se inicia con la vibrante “Natural Thing”, uno de los temas más duros de “No
Heavy Petting” (1976), que sirve como poderosa carta de presentación para la
velada. La producción del LP es tan buena que deja espacio para que cada
instrumento brille sin perder cohesión, permitiéndonos así disfrutar del riff
efectivo de Schenker o de la enérgica voz del bueno de Phil Mogg.
Tras
semejante apertura, la banda nos transporta hasta mi adorado “Force It” (1975)
para firmar una versión sentida de “Out In The Street”, una pieza ya de por sí
dramática y melódica, pero elevada al máximo exponente emocional en esta
grabación en vivo, donde la tensión contenida en los versos se libera con
fuerza en los estribillos. La guinda del pastel la pone el solo de Schenker,
quien logra conectar rápidamente con la gente.
El grupo
inyecta un plus de energía a la velada con la vacilona “Only You Can Rock Me”,
del “Obsession” (1978), una de las últimas piezas clásicas que UFO lanzó junto
a Michael Schenker. Este es uno de los momentos más coreables y efectivos de
todo el repertorio, gracias a la sección rítmica tan compacta que conformaban
Pete Way y Andy Parker, mientras Schenker y Paul Raymond adornan la pieza con
sendas guitarras.
“Doctor,
Doctor”, el clásico por excelencia de UFO que podemos encontrar en su histórico
“Phenomenon” (1974), emerge en cuarto lugar y se convierte en la versión más
perfecta que se ha grabado de este hit. La interpretación en vivo del grupo es
intensa y cuenta con un solo de guitarra que se siente más glorioso que nunca.
Faltan adjetivos para describir el instante en el que el in crescendo inicial
da paso al célebre riff de Schenker y se escucha al público explotar de júbilo.
“Mother
Mary”, otra joyita que podemos encontrar en “Force It”, suena aquí más cruda y
agresiva que en su versión de estudio, resaltando así el lado más Heavy de UFO.
La sección rítmica vuelve a crear la base contundente idónea para que Michael
Schenker haga las delicias de los amantes de la guitarra con un solo que suena
realmente feroz.
Y sin
bajar la velocidad, la banda nos sacude con “This Kid’s” (¿os he dicho ya lo
bueno que es “Force It”?), un tema que también gana intensidad en directo con
ese Hard-Rock sucio y encabronado que esta banda era capaz de facturar. Vuelvo
a quitarme el sombrero ante el trabajo vocal de Mogg y la destreza técnica de
un siempre acertado Michael Schenker, que se saca de la chistera un solo
hiriente sobre un bluesero piano.
A
continuación, nos toca viajar hasta 1977 para reencontrarnos con dos piezas
procedentes del célebre “Lights Out”. En primer lugar, disfrutaremos de una
sentida versión de la siempre lacrimógena “Love To Love”, ese baladón tan
infravalorado que cuenta con un desarrollo instrumental de categoría (honor
nuevamente a la producción tan lograda del trabajo, que hace posible que
podamos disfrutar al máximo de temas ambiciosos como este). Justo después, la
homónima “Lights Out” irrumpe con una furia renovada y nos permite disfrutar de
una banda completamente enchufada: Mogg incisivo, Parker firme y Schenker
desbordando energía sin perder el control. El público responde como era de
esperarse: con entusiasmo total.
El punto
culminante del disco llega con la legendaria “Rock Bottom”, el otro clasicazo
del grupo, que se convierte en un auténtico tour de forcé de más de 11 minutos
de extensión, donde Michael Schenker firma uno de los mejores solos que se han
filmado en la historia del Rock, extendiéndolo en minutaje y haciendo gala de
una excelencia técnica incalculable.
Sin ser un
tema especialmente complejo, no resulta extraño que la vacilona “Too Hot to
Handle” terminara convirtiéndose en una de las piezas más queridas de UFO. Esta
canción se encarga de suavizar las revoluciones tras el caos sembrado por “Rock
Bottom” a través de un Rock directo y callejero que nunca decepciona.
Volvemos
al “No Heavy Petting” de la mano de la sentida “I’m a Loser”, una pieza que en
esta grabación nos permitirá disfrutar de una interpretación solemne y
vulnerable del mejor Phil Mogg. El peso de los teclados de Paul Raymond aquí es
clave a la hora de desarrollar una de las grandes sorpresas emocionales del LP,
que nuevamente es rematada por un sentido y lacrimógeno solo de Schenker.
Nos
acercamos al final del show con la poderosa “Let It Roll”, otra pieza que gana
velocidad y contundencia en directo, en la que Phil Mogg se desgañita al
micrófono mientras la guitarra de Schenker no deja de incluir punteos y riffs
sucios a lo largo de todo el tema. Otro ejemplo de cómo UFO lograba trasladar
complejidad al formato en vivo sin perecer en el intento.
El cierre
del show no podía ser más contundente. Y es que mi querida “Shoot Shoot” pone
el broche de oro a este material con un Rock acelerado y festivo que siempre me
ha evocado a la versión de “Rosalie” que en su momento grabó Thin Lizzy.
CONCLUSIÓN
“Strangers
in the Night” no es solo uno de los mejores discos en vivo de la historia, sino
un testimonio inmortal de una banda que, durante su época de mayor gloria, supo
entregarse a los directos como muy pocos coetáneos hicieron en dicha década. Un
ejemplo perfecto de lo que el Hard Rock británico podía lograr en los años 70:
potencia, melodía y una conexión visceral con el público. Un álbum que sigue
sonando vivo décadas después.
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