Tras casi 100 reseñas escritas, por fin me he decido a escribir sobre
uno de mis álbumes preferidos del Hard-Rock (disculpen por adelantado la
subjetividad). Me imponía mucho aventurarme, y de hecho me tiemblan las manos
al teclear cada palabra, porque el
"Rising" de Rainbow es un
trabajo que respeto muchísimo y que el mundo adora. Pero, como todo en la vida,
siempre hay una primera vez.
Ritchie Blackmore se había consagrado como una eminencia en el Rock en
menos de 10 años, gracias a sus aportaciones en Deep Purple. Discos como
"In Rock", "Fireball", "Machine Head" o
"Burn" deben gran parte de su fama a las composiciones y la destreza
del músico británico. Lamentablemente, su complicado carácter también fue uno
de sus aspectos más destacados, aunque sin este seguramente no habría llegado a
donde se encuentra. Su marcha definitiva de Purple, tras no aceptar el giro que
Funky-Soul que la nueva formación, con David Coverdale y Glenn Hughes a la
cabeza, supuso el nacimiento de un nuevo
proyecto donde Blackmore sería el único e indiscutible líder, pudiendo así
desarrollar todas sus ideas libremente. El nombre de este dejaba claro quién
mandaba, "Ritchie Blackmore`s Rainbow".
Pocos meses necesitó el
guitarrista para construir una banda sólida y capaz de hacerse un hueco entre
los grandes de la escena. Tras breves negociaciones, todos los miembros de la
banda Elf, exceptuando obviamente al guitarrista, se incorporaron al conjunto.
Blackmore los conocía ya que en los tiempos de Purple coincidió junto a estos en
los Musicland Studios de Múnich, cuando
ambas bandas se encontraban grabando sus respectivos álbumes. Además, Elf,
después de aquella coincidencia, fueron teloneros llegaron a abrir algunos
conciertos de la banda púrpura, siendo este el flechazo definitivo que
conquistó a Ritchie y lo llevó a ficharlos.
Entre los músicos se
encontraba un joven cantante que tenía una voz única y estaba llamado a
escribir su nombre con mayúsculas en la historia del género. Su nombre era
RONNIE JAMES DIO, una de las voces más respetadas de la historia y,
personalmente, mi cantante preferido. Fue gracias a Blackmore como Dio se
consolidó como un símbolo de la música, abriéndole la puerta a futuros trabajos
en Black Sabbath (¡vaya etapa!) y en su afamado proyecto en solitario DIO.
El relativo éxito que
su afamado debut "Ritchie Blackmore`s Rainbow" (1975) tuvo, no impidió que Blackmore
decidiera realizar algunos cambios en la formación, despidiendo a todos sus
compañeros de banda, excepto a Dio, con quien sabía que se compenetraba
musicalmente a la perfección, compartiendo los mismos gustos musicales y el
gusto por las letras cargadas de fantasía. Tras meses de búsqueda, finalmente
Rainbow (Ritchie decidió eliminarse del título en un acto de humildad muy poco
común en él), quedó configurado para su nueva producción. Tony Carey fue
reclutado para encargarse de los teclados, el siempre presente Jimmy Bain,
quien posteriormente se convertiría en fiel escudero de Dio en su carrera en
solitario, ocupó la vacante de bajista y, finalmente, una de las mayores
bestias de la batería, Cozy Powell, quien también debe a Blackmore su eterna
fama como rompeparches. Aún así, y sin obviar la calidad artística de estas
tres caras nuevas, el alma de la banda y la columna vertebral seguían siendo el
tándem Richie-Ronnie. Este nuevo conjunto estaba a muy tiempo de publicar la
obra que en esta entrada estamos comentando poco a poco, y que recibe el nombre
de "Rising".
Este segundo capítulo
en la carrera post-purple de Rainbow fue producida por uno de los nombres más
destacados en este ámbito, Martin Birch, quien se llevó al conjunto a Múnich
para, en menos de un mes, engendrar esta maravilla de disco. No voy a entrar en
detalles todavía, pero adelanto que en la grabación estuvo presente la Orquesta
Filarmónica de Múnich, quienes aportaron su granito de arena en el tema por
excelencia del disco (¡todo a su tiempo!).
Atendiendo al setlist
puede llamar la atención a algún que otro seguidor que solamente hayan 6
canciones. Lo que en un principio puede parecer poco, fue suficiente para
convertirse en uno de los trabajos abanderados del Hard-Rock e incluso del
Heavy Metal en su versión más primitiva. 6 malditas obras maestras en las que
se respira mucha fantasía y misterio, tal y como nos muestra su legendaria
portada, una de las más poderosas que he visto, donde un gran puño nacido entre
las olas agarra con fuerza el arcoíris.
¡Sin más que decir
empiezo a desgranar cada tema!
Un clásico como "Tarot Woman" da inicio a
este descomunal trabajo. Como en la mayor parte del albúm, cada sonido, cada
nota, cada segundo....todo es perfecto. Una introducción de teclados cargada de
suspense se funde progresivamente apareciendo ese maestro de la guitarra
llamado Ritchie Blackmore, comenzando a puntear y a crear Riffs únicos, así
como un posterior solo de guitarra que solamente él sabe crear. Pero si hay
alguien en este género capaz de ponerme los pelos de punta siempre que lo
escucho es Ronnie James Dio, quien canta con mucha veteranía pese a su juventud
cada verso con esos gritos al final de cada uno de ellos, cada puente (al que,
a mi parecer, le doblan la voz para dar un mayor subidón al tema) y esos
intensos estribillos "Tarot Woman....I DON`T KNOW!!!". Una de mis
canciones preferidas de Rainbow por méritos propios.
Si bien a la primera
escucha puede no parecerte "tan buena" como su predecesora, "Run With The Wolf", cuando
la hayas reproducido un par de veces te darás cuenta del tesoro ante el que te encuentras. Este es un claro
ejemplo de la mayor oscuridad que la banda imprimió a cada canción. La base
instrumental es tan buena como dura. En los puentes vuelve a repetirse el
mencionado doblaje de la voz de Dio. Muy buen solo de Blackmore, a quien nunca le he podido poner un pero.
Muy fiel al estilo más
característico de la banda del arcoíris (no malinterpretemos esto último
jejeje) es este "Starstruck".
Un tema 100% Blackmore, con Riffs cabalgantes y cargados de magia. Y si a esta
magia le añades la elegancia con el micrófono de otro coloso ocurre lo que
ocurre. El estribillo se grabará
rápidamente en tu mente por "culpa" de la manera en la que Dio lo
entona, aportando una musicalidad muy pegadiza a este. De nuevo, un solo de
guitarra breve pero espectacular redondea el tema. Otro temazo (3 de 3).
Seguramente la canción
que menos destaca, dentro de que es un temazo que me encanta, es "Do You Close Your Eyes". Aunque
más que no "destacar" tanto, sería mejor decir que es la canción más
alejada del estilo desarrollado en todo el disco. Es un tema más propio de la
posterior década de los ochenta (¡unos adelantados a su tiempo!). El puente es
sencillamente único, con un Dio que se desgañita alcanzando notas casi
imposibles para el 99,9% de los mortales. Cozy también hace un trabajo muy
destacable en la batería. Un gran preludio para lo que va a llegar a
continuación....
Pocos adjetivos existen
para explicar lo que es "STARGAZER".
En pocas palabras me voy a aventurar a decir que es "la canción" dentro de la amplia discografía de Rainbow.
Existen las canciones, las obras maestras y, por encima de todas ellas, están
una serie de piedras preciosas que son de otro planeta. Uno de esos ejemplos
son estos 8 minutos. El Hard-Rock más agresivo se fusionó con la música clásica
y con influencias orientales que nos recuerdan a las que invaden otro clásico
indiscutible como es "Kashmir" de Led Zeppelin. Cozy Powell se
convierte en una especie de metralleta que dispara baquetazos a quemarropa,
acompañando a Tony en los teclados, uno de los principales responsables de los
arreglos más "egipcios", y al siempre recordado Jimmy Bain, quien
está enorme en el bajo. Sin embargo, como en todo el maldito disco, hay dos
seres superiores al resto que hacen de este tema algo especial: Ritchie
Blackmore y ese Dios del micrófono que recibió el nombre de Ronnie James Dio.
Blackmore nos deleita con unos inspiradísimos Riffs cargados de misticismo,
alcanzando su momento cumbre con "el
solo". Ese pequeño pasaje es una de las mejores interpretaciones que
se recuerden de este Guitar God, quien logró crear un memorable, y tenebroso,
punteo que fue capaz de crear esa atmósfera tan próxima al Lejano Oriente. Por
otro lado, he querido dejar para el final la actuación individual, para mi
gusto, más destacada. "Stargazer" puede presumir de tener en su
interior una de las interpretaciones vocales más espectaculares que se
recuerden en el Rock y en la carrera de Ronald James Padavona, mejor conocido
como Ronnie James Dio. Es muy complicado, o casi imposible, en una canción de
Hard-Rock/Heavy Metal cantar como si de una pieza de ópera se tratara, con
registros tan variados como exigentes, además de la dramatización que estos
conllevan. El pequeño cantante encarna perfectamente al personaje de la
historia, del que os hablaré a continuación, añadiendo a cada verso una buena
dosis de dolor y desesperación, así como la mezcla de momentos donde canta con
más graves y, especialmente al final, donde su tono es mucho más agudo,
logrando sacarle a este que escribe un buen puñado de lágrimas.
Atendiendo al contenido
lírico de este himno, creo que está abierto a diferentes interpretaciones, por
lo que es muy subjetivo. Como todos los temas del disco, fue Dio quien se encargó de escribir esta maravillosa y trabajada letra. El
mensaje que yo he podido sacar tras leer repetidas veces la letra es que se
debe tener cuidado a la hora de creer en una religión (independientemente de
esta) ya que todo es una farsa que, además, te quita mucho tiempo de tu vida y
destruye tu forma de ser original para siempre. Según Dio, el contexto de la
pequeña historia que se cuenta en la letra está situada en los tiempos de los
faraones. El argumento de este extenso corte habla de un viejo astrónomo que,
obsesionado con la idea de volar, opta por la idea mezquina de engañar al pueblo haciéndose pasar
por un mago asegurando a la gente que él es la respuesta a todas sus dudas y
oraciones, así como una divinidad, logrando que le sigan. Este personaje obliga
a sus fieles a construirle una gran torre para que este "ascendiera a los
cielos". No faltarán latigazos y cadenas durante los 9 años de
construcción a todas aquellas personas que, pese a los castigos recibidos,
seguían con paso firme levantando aquel "capricho divino" pensando
que algún día aquel personaje traería riquezas a su pobre pueblo (podría
tratarse de una metáfora con el mencionado peso negativo que tienen las
religiones en las vidas de los creyentes). Una vez alzada la torre, el astrónomo
termina creyéndose realmente que era el mago que él mismo se había inventado y
salta desde lo alto de la gran construcción pensando que realmente iba a volar
y terminar con su obsesión, llenando finalmente la arena con su sangre y
muriendo en el acto. La historia está contada desde la perspectiva de uno de los
engañados seguidores que había entregado casi una década de su vida a trabajar
para aquel impostor. Después de aquel suceso, el anónimo seguidor de algo que nunca existió necesita volver a la
vida que siempre había llevado, antes de que aquel mago irrumpiera en su vida.
Existe una referencia a la libertad y la añoranza de esta a través de un
símbolo tan característico para la banda como es el arcoíris ("yo veo un
arcoíris que se levanta allá en el horizonte...y yo vuelvo a casa"). Sin
embargo, cuando parece haberse liberado de toda pseudo-creencia el pobre
protagonista de la historia descubre que su mente ha cambiado para siempre tras
haber sido corrompida por el mago ("Mis ojos sangran y mi corazón deja ya
este lugar, pero aquí no es mi hogar") . Una sublime crítica y un tema
apoteósico.
Y cuando pensábamos que
esos 8 minutos de gloria el disco estaba ya finalizado, todavía quedaba otra
sorpresa para el final. El tándem
Dio-Blackmore se habían guardado una
última bala para terminar de asesinar al oyente a golpe de Rock. “A
Light In The Black” no es tan compleja como "Stargazer". Esta extensa
composición se caracteriza por ser un afilado corte de Hard-Rock, que mezcla
afilados Riffs de guitarra con unos teclados sobresalientes cortesía de Tony
Carey, quien gozará de segundos bajo el rol de solista. Dio vuelve a brillar
con luz propia, jugando con diferentes registros vocales (¡ojo al grito final!)
que siempre culminan en un emocionante estribillo. Sin embargo, será Blackmore
el nombre propio del tema, bajando el telón del álbum con un intenso solo de
guitarra (¿el mejor del álbum?) que marcha a un ritmo frenético gracias a los
escandalosos ascensos y descensos por la pentatónica que este maestro logra
realizar....un momento único en el disco. TEMAZO Y GRAN CIERRE.
Muchos fans del Hard-Rock y del Heavy parecen haber olvidado la importancia y la
grandeza de este álbum y de Rainbow dentro del género. Este "Rising"
terminó consolidando este arriesgado
proyecto de Blackmore en solitario después de alejarse de Deep Purple con
intención de explotar nuevas ideas. Pronto vendría el tercer y último trabajo
junto a Dio, "Long Live Rock and
Roll", donde la banda iba a volver a sacar su mejor versión , clavando un
otro discazo.
¡Un disco único!
Rainbow Rising desde que era un chaval y ahora tengo 54 para mí es uno de los discos mejores de toda la historia del ROCK
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