El gran Dino Jelusick presenta al mundo “Apolitical Ecstasy” en uno de los momentos más fascinantes de su ascendente carrera internacional. Nacido en Croacia, comenzó a llamar la atención desde muy joven como un prodigio del Rock, pero su gran salto de visibilidad llegó en la última década gracias a una serie de colaboraciones que lo colocaron en el radar de las leyendas. En 2021, David Coverdale lo sumó a Whitesnake como teclista, guitarrista rítmico y corista, un puesto que lo llevó a recorrer el mundo y a demostrar su versatilidad no solo como vocalista principal, sino también como músico integral capaz de sostener un repertorio de clásicos del Hard-Rock. Casi al mismo tiempo, Dino trabajó con George Lynch, el histórico guitarrista de Dokken, en un infravalorado proyecto llamado Dirty Shirley, del que les hablé hace unos años, en los que su voz y su presencia escénica le valieron elogios de músicos veteranos poco proclives a regalar halagos. Estas experiencias no solo le dieron reconocimiento, sino también la confianza y el bagaje necesarios para construir un proyecto propio sin complejos.
Tras
esa etapa de colaboraciones de lujo, Jelusick decidió centrarse en su propio
nombre y fundar la banda Jelusick, cuyo debut “Follow the Blind Man” (2023)
sorprendió a crítica y público por su fuerza compositiva y su producción de
alto nivel, cualidades que le permitieron obtener el prestigioso Porin —el
máximo galardón de la música croata— como mejor álbum de Rock. Pero si aquel
primer disco ya evidenciaba talento, “Apolitical Ecstasy” representa el salto
definitivo: un trabajo más ambicioso, orgánico y cohesionado, concebido como
una experiencia sonora completa antes que como una simple colección de
canciones. Grabado con la misma formación —Ivan Keller en guitarra, Luka
Brodarić en bajo y Mario Lepoglavec en batería— y bajo la mirada perfeccionista
de Dino, el álbum refleja la madurez de un artista que ha aprendido de los
grandes escenarios. El título mismo del LP funciona como declaración de
principios: este es un viaje emocional y catártico, alejado de discursos
partidistas, donde la música es el único lenguaje y la única bandera.
“Jaws
Of Life” nos da la bienvenida de forma potente y en clave de Metal moderno.
Jelusick marca territorio desde el principio apostando por riffs agresivos, un
doble pedal atormentado, pequeños arreglos melódicos, un estribillo facilón y,
por supuesto, un Dino que despliega sus registros de voces más rotas y
abrasivas.
Desde
que vio la luz como single, reconozco que me enamoré instantáneamente de la
hiriente “Power To The People”, un tema crudo, de letra reivindicativo e
instrumentación sucia en el que la voz de Dino pone a temblar los cimientos de
una sociedad podrida y carente de valores. Metal contemporáneo que engancha
desde la primera escucha. Temazo mayúsculo.
La
contundencia se mantiene en “Hangman”, una pieza donde la densidad se apodera
de los riffs muteados (me recuerda ligeramente al de “Build Me Up, Break Me
Down” de Dream Theater) y de un doble pedal omnipresente. Probablemente este
sea uno de los cortes más agresivos de toda la obra. No puedo dejar de rendirme
ante Dino y su explosiva fuerza gargantil.
Es
de agradecer la irrupción de un tema más lento y melódico como “Seasons”, donde
Jelusick no duda en incursionar en terrenos góticos con una influencia grunge a
lo Alice In Chains imposible de disimular. Esta composición nos permite
disfrutar del Dino en su faceta más relajada y elegante, la cual no suele
mostrarnos con tanta frecuencia, pese a su belleza.
Solo
dos minutos necesita “What The Hell Is Goin’ On” para grabarse a fuego en
nuestra mente gracias a esas veloces guitarras acústicas y un pequeño momento
de slap que, sumadas a las voces dobladas de nuestro protagonista, terminan
conformando una especie de interludio de lo más logrado.
Como
su título sugiere, “Groove Central” nos engancha a las primeras de cambio con
su ritmo contagioso y deudor del mejor Funk-Rock (¿soy yo el único que ha
pensado en los Whitesnake más contemporáneos al escuchar esta canción?), donde
las secciones rítmicas de guitarra y bajo empastan de maravilla con el poderío
vocal de Dino Jelusick.
Las
revoluciones vuelven a bajar en la dramática “Fool In Rain”, una balada de
tintes ochenteros donde Dino nos muestra su amor por Whitesnake tanto en esa
voz con matices de Coverdale como en el desarrollo instrumental de la canción.
Esta es una de esas composiciones que no dejan de crecer con el paso de las
escuchas.
Uno
de los temas que más tiempo requiere para ser apreciado es “How Many Times”. Y
es que su densidad y extensión no son para todos los públicos. A nivel general
estamos ante una propuesta de tintes contemporáneos, especialmente en el plano
de las guitarras, que no ofrece grandes cambios a lo largo de sus más de cinco
minutos de duración. Por su parte, “Torn” apuesta por incrementar las emociones
con una pieza impregnada de arreglos de piano, pasajes más intensos y una voz
tan vulnerable como dramática (¡qué bueno es Dino!).
El
tema título es el encargado de cerrar el álbum con una propuesta sonora que
supera los seis minutos de duración, en la que hay espacio para cambios de
ritmo constantes donde cabe de todo: pasajes atmosféricos, riffs densos, solos
técnicos, melodías… pero siempre con la firma vocal de nuestro protagonista,
quien no desaprovecha la oportunidad para volver a sentar cátedra con sus
cuerdas vocales.
CONCLUSIÓN
“Apolitical
Ecstasy” confirma a Dino Jelusick como mucho más que una de las voces más
potentes del rock contemporáneo; lo consolida como un creador integral capaz de
componer, producir y liderar un proyecto con personalidad propia, aunque
obviamente podamos identificar influencias muy diversas en su sonido. A buen
seguro, Dino será uno de los grandes abanderados del Metal en los próximos
años.
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