Parece que fue ayer cuando The Hellacopters, uno de los mayores exponentes del Rock Escandinavo, regresó por todo lo alto tras catorce años de silencio discográfico con “Eyes Of Oblivion” (2022). Un trabajo donde era fácil reconocer numerosos elementos de sus primeros álbumes y, al mismo tiempo, sorprenderse con un refinamiento sonoro fruto de la madurez alcanzada por sus integrantes.
Tres años
después, con la excusa de celebrar su 30 aniversario, los oriundos de Estocolmo
lanzan “Overdriver”, un álbum que engancha desde su electrizante portada,
diseñada por el surrealista alemán Max Löffler. Tras varias escuchas, puedo
afirmar que mantiene el nivel de su predecesor.
El inicio
arrollador con “Token Apology” convence al oyente de darle una oportunidad al
disco completo gracias a su Blues-Rock con tintes setenteros. La banda se
mantiene fiel a su esencia, apostando por riffs distorsionados y estribillos
efectivos. Destaco, además, el aporte de Anders Lindström al piano, que otorga
a la pista un aire festivo.
Con el
oyente en el bolsillo, el grupo nos sumerge en la densidad de “Don’t Let Me
Bring You Down”, un tema oscuro y hard-rockero que me remite a los primeros dos
discos de W.A.S.P. (aunque quizás sea una percepción personal), pero con el
inconfundible sello escandinavo de The Hellacopters.
En tercer
lugar, “(I Don’t Wanna Be) Just A Memory” se presenta como una canción pegadiza
y accesible, equilibrando Rock y Power Pop sin caer en excesos. No la colocaría
entre mis favoritas, pero funciona bien.
“Wrong
Face On” necesita menos de dos minutos para confirmar que estamos ante uno de
los grandes temas del LP. Su Rock rápido y afilado parece sacado directamente
del célebre “By The Grace Of God”. Ante piezas así, solo queda sentarse y
disfrutar.
No puedo
dejar de recomendar “Soldier On”, una de las composiciones más impactantes del
disco. Aquí, el grupo otorga una mayor teatralidad a su característico
Blues-Rock, apoyándose en omnipresentes teclados de Lindström. Además, Dregen
brilla en la guitarra con riffs que coquetean más con el Heavy Metal que con el
Hard-Rock, y un solo vibrante que añade aún más intensidad.
Puede que
“Doomsday Daydreams” suene algo reciclada, con ideas ya exploradas a lo largo
de los años, pero su estribillo pegajoso y el esfuerzo vocal de Nicke Andersson
justifican darle una oportunidad.
La banda
pisa el acelerador en “Faraway Looks”, un corte orientado al Punk donde la
batería de Eriksson y el bajo de Rudolf DeBorst rugen con fuerza. Andersson,
por su parte, entrega una de sus mejores interpretaciones vocales. Creo que es
una de las canciones con más posibilidades de convertirse en fija en sus
futuros repertorios en vivo.
Tal vez el
tema que menos me ha convencido sea “Coming Down”, una pieza más pausada que, a
mi juicio, no alcanza el clímax que su inicio sugiere. Sus versos melódicos y
arreglos con tintes de balada son elegantes, pero el estribillo no termina de
estar a la altura.
“Do You
Feel Normal” nos acerca al Brit-Pop de The Who, con melodías refinadas, un tono
radiofónico (no sorprende que fuera elegido como tercer adelanto), voces suaves
y un estribillo pegajoso. Una combinación de elementos que lo convierte en un
tema bastante disfrutable.
“The
Stench” me ha parecido mucho más interesante: la pieza más bluesera y pausada
del álbum. La banda se luce con arreglos de piano, percusiones contenidas,
solos emotivos y una interpretación vocal sublime de Nicke.
Un bajo
profundo y denso nos introduce en “Leave a Mark”, la encargada de cerrar el
disco con riffs crudos y elementos característicos que hemos escuchado a lo
largo del LP. El trabajo de Dregen a la guitarra es clave, especialmente en los
dos solos que nos regala para despedir el álbum con una demostración de técnica
impecable. Sin duda, una de mis favoritas.
CONCLUSIÓN
Desde su
regreso, The Hellacopters han sabido crear álbumes equilibrados, sin temas de
relleno y manteniendo la magia sonora que, hace más de 20 años, los convirtió
en referentes del Rock Europeo. Es cierto que algunos guiños contemporáneos
pueden no convencer del todo a ciertos seguidores (muchos echan en falta más
contundencia en las guitarras de Dregen), pero para mí la banda sigue sonando
fantástica. No esperes encontrar en 2025 un nuevo “Grande Rock” o “Supershitty
To The Max”, ya que la madurez ha sofisticado su sonido.
Si
disfrutaste de “Eyes Of Oblivion”, permíteme recomendarte encarecidamente
“Overdriver”, un LP que mantiene viva la esencia de The Hellacopters.
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