Los últimos diez años han sido un auténtico suplicio para Paul Di’Anno, el ex vocalista de Iron Maiden en sus dos primeros álbumes de estudio ("Iron Maiden" y "Killers"). Su calvario ha incluido infecciones que requirieron hospitalización (casi fallece en un par de ocasiones), serios problemas de movilidad que han requerido cirugías en las rodillas (con amenaza de gangrena) y de cadera. De hecho, como la mayor parte de las intervenciones quirúrgicas tuvieron lugar en Croacia, el veterano cantante optó por mudarse allí definitivamente.
Pese a su delicado estado
de salud (no creo que pueda afirmarse con certeza que esté completamente
recuperado), y aunque su voz también se ha visto algo afectada por todos estos
problemas, la actitud de Di’Anno ante tantas adversidades ha sido ejemplar. Así
lo demuestran las recientes giras por diferentes continentes que ha realizado
sentado en su silla de ruedas (todas exitosas) y la creación de un nuevo
proyecto sonoro llamado Warhorse junto a dos excepcionales guitarristas
croatas, Hrvoje Madiraca y Ante Pupacic Pupi. Precisamente, el lanzamiento que
hoy vamos a analizar es el homónimo debut de esta nueva aventura musical de
nuestro protagonista, que acaba de ver la luz y, sinceramente, me ha dejado un
sabor de boca bastante grato.
Las diez canciones que
conforman "Warhorse" han sido compuestas tanto por Paul como por sus
dos compañeros, intentando mantener un sonido similar al que el cantante ha
desarrollado tanto en sus tiempos con Maiden como en las posteriores décadas.
Por lo tanto, nadie debe esperar grandes rupturas estilísticas a estas alturas
de la película.
La homónima
"Warhorse" da el pistoletazo de salida, enganchando al oyente con una
producción bastante aceptable (no excelente) que nos permite disfrutar de la
maestría de ambos guitarristas y de un aún notable Di’Anno al micrófono, quien
sigue rugiendo con intensidad en cada verso y estribillo, aunque obviamente el
paso del tiempo (y los achaques) le hayan afectado ligeramente.
Sobre los mismos esquemas
se mueven las posteriores "Get Get Ready" y "Go", dos
cortes contundentes y con sabor a Metal ochentero que aseguran una escucha
placentera gracias al plausible esfuerzo de Paul tras el micrófono. Me gustaría
destacar del primer número la energía que se desprende de su pegadizo
estribillo, mientras que de la posterior "Go" me quedo con las
melodías que Pupi y Madiraca introducen durante esos hipnóticos versos que
Di’Anno tan bien lleva a su terreno con voces bañadas en ecos y superposiciones.
Si queríamos hablar de la
riqueza melódica del trío, creo que "Stop The War" es uno de los
mejores ejemplos que podemos encontrar aquí (especialmente en los versos y el
interludio previo al solo). No es una canción rompedora, pero engancha de lo
lindo con su contundencia rítmica (¡cómo impone ese doble pedal!) y ese
efectivo estribillo coral que cualquiera memoriza. No es un himno pacifista (su
letra tampoco es la gran cosa), pero es de agradecer que músicos de su calibre
se mojen en asuntos sociales.
Las cosas se ponen
realmente interesantes con "The Doubt Within", una pieza construida a
través de numerosos cambios de ritmo que te van atrapando. Tras unos versos
rifferos y duros, las guitarras se tornan melódicas y Paul Di’Anno nos muestra esa
faceta más elegante e hipnótica que tanto nos enamoró en dos clasicazos de
Maiden como "Remember Tomorrow" o "Strange World" (salvando
las distancias). Si a esto le sumamos la inclusión de algunos teclados
progresivos, creo que tenemos una seria aspirante a estar entre las mejores del
LP.
Tras un inicio algo lento
y marcado por un lacrimógeno piano, las guitarras y la voz áspera de Di’Anno
nos sumergen en la macarra "Here Comes The Night", otra pieza sucia y
efectiva que alcanza su clímax en un estribillo con sabor ochentero cuya
escucha recomiendo encarecidamente.
Además de canciones
originales, la banda también se atreve a versionar dos temas bastante alejados
del Heavy Metal, pero que llevan a su terreno con una facilidad envidiable. Por
un lado, tenemos el popular instrumental "Tequila" de una agrupación
de culto de RnB latino como son los Champs (una oportunidad perfecta para
apreciar el potencial de ambos guitarristas). Por otro, el grupo homenajea a
Depeche Mode con una interesante reinterpretación de su famosa
"Precious" (Di’Anno hace un trabajo vocal digno de mención, donde su
voz se entrelaza con unos coros femeninos de nivel).
El final del disco llega
con la notable "Forever Bound" y "Going Home", dos cortes
donde volvemos a viajar a los años ochenta para presenciar una auténtica
exhibición de Heavy Metal clásico que tiene como principal protagonista a un más
que cumplidor Di’Anno tras las voces (en la primera vuelve a jugar con sus
registros como en los viejos tiempos), sin pasar por alto las destacadas
aportaciones de sus dos secuaces.
CONCLUSIÓN
Sinceramente, tras todo
lo que el señor Di’Anno ha sufrido en los últimos años, no tenía grandes
esperanzas depositadas en "Warhorse" y el desempeño vocal que este
pudiera realizar. Sin embargo, y sin sospechar que en el estudio se hayan hecho
algunos arreglos, me parece que Paul, con la ayuda de dos guitarristas
realmente sorprendentes como Pupi y Madiraca, ha sido capaz de componer diez
canciones convincentes y disfrutables que suenan inconfundiblemente a Heavy
Metal clásico, ese que nuestro querido cantante ha llevado por bandera desde
muy joven y que seguirá dignificando hasta el final de sus días (que ojalá
tarde en llegar).
Todo honor a Paul Di’Anno
por seguir luchando.
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