Udo Dirkschneider es uno de esos artistas que deberían ser inmortales. No fuimos pocos quienes dimos nuestros primeros pasos en el Heavy Metal con los primeros álbumes de Accept (especialmente con el celebérrimo “Balls To The Wall”), donde la inconfundible voz de Udo dotó de personalidad a una banda que terminaría convirtiéndose en leyenda. Contra todo pronóstico, sus salidas y retornos de Accept, que culminarían en un abandono definitivo tras el lanzamiento de “Predator” (1996) debido a los contantes desencuentros con el resto de componentes, no afectaron en ningún momento a la popularidad de nuestro protagonista, quien siempre ha sido una especie de torbellino hiperactivo que no ha dejado de colaborar con diferentes proyectos y, por supuesto, grabar nueva música para U.D.O., su tan querido proyecto que, desde 1987, año en que este abandonó por primera vez Accept tras finalizar la gira promocional de “Russian Roulette” (1986), se convirtió en su proyecto principal.
En pleno 2023 celebramos
la publicación del décimo-octavo lanzamiento de estudio de U.D.O., el cual ha
sido bautizado como “Touchdown” (sí, yo tampoco esperaba que Udo eligiera como
concepto artístico el fútbol americano). Este sucede a una serie de LPs algo
densos y menos inspirados, aunque con algunas canciones interesantes. Veamos si
la cosa mejora con este nuevo disco.
La batería de Sven, el
vástago de nuestro protagonista, realiza un breve redoble amenazante para
adentrarnos en la salvaje “Isolation Man”, un corte cimentado sobre una sólida
sucesión de riffs y una punzante línea de bajo del siempre acertado Peter
Baltes. Udo mantiene todavía viva su voz aguda y rasgada tan característica. El
número es un claro indicador de los patrones que, en líneas generales, se
cumplirán a lo largo del LP.
Un ritmo más macizo se
impone en la posterior “The Flood”, corte cuyo riff inicial hace recordar
ligeramente al de “Teutonic Terror”, tema de los más recientes Accept. Corte
pesado en los versos para sumar algo más de melodías en su puente coral. Un
corte 100% teutón…100% Udo.
Algo más de melodía
encontraremos en “The Double Dealers Club”, un número entretenido y comandado
por la dupla de guitarras que encuentra su principal punto de interés en su
épico estribillo (no sería descabellado que formara parte de futuras giras).
La maquinaria eleva ahora
la velocidad y nos machaca con “Fight For The Right”, un corte que roza el
Speed Metal en numerosas ocasiones y que, inevitablemente, nos retrotrae a los
tiempos del “Breaker”, uno de los álbumes más grandes de Accept. El trabajo de
Smirnov y Dammers tras las guitarras merece todos los honores, con un solo
incluido que esconde una sorpresa para los amantes de la música clásica (ahí lo
dejo). Por cierto, aquí tenemos un estribillo que podría ubicarse entre los más
destacados que Udo nos ha regalado últimamente.
Tras un medio-tiempo sin
grandes puntos a destacar como “Forever Free”, Udo se marca una canción algo
más atractiva titulada “Punchline”, en la que voz e instrumentación impregnan
la escucha de una esencia más melancólica y triste que, muy acertadamente,
rompe con la tónica imperante hasta ahora. No obstante, en la posterior “Sad
Man’s Show” volverá a desatar el caos con unos riffs pesados como el metal (con
las escuchas gana mucho).
No esperaba yo
encontrarme a Udo coqueteando con el Thrash Metal americano. Sorpresón el que
encontraremos en “The Betrayer”, un corte incisivo desde el primer segundo
donde las guitarras, el bajo y la batería crean una acojonante base
instrumental sobre la que Udo ejecuta una interpretación de lo más notable.
Difícilmente no la ubicarás entre tus preferidas de la obra.
No puedo sacarme de la
cabeza la galopante línea de bajo que nuestro querido Peter Baltes ejecuta
durante la contundente “Heroes Of Freedom”, una pieza que tiene todo lo que ya has
oído anteriormente y, sin embargo, dista mucho de sentirse repetitiva, un
fenómeno que tristemente no se repetirá en “Better Start To Run”, composición
que se siente fría y que podría considerarse “de relleno”.
La atención vuelve a
aumentar gracias a dos números inspirados y machacones como “The Battle
Understood” y “Living Hell”. El primero avanza como un coloso con un ritmo
medio de batería implacable (honor a Sven y a su doble pedal escandaloso),
mientras que el segundo apuesta por darle un mayor protagonismo a uno de los
mejores riffs de guitarra que podrás escuchar en toda la obra (oscuro y muy
distorsionado). Mucha atención a ambos.
Sin embargo, nuestro
querido Udo supo guardarse su mejor baza para el final. No hay canción en este
álbum que me haya dejado más flipado que la homónima “Touchdown”, una especie
de “Fast As A Shark 2.0.” en la que el Thrash Metal alemán más hiriente
destruirá nuestros oídos. La línea de bajo de Baltes, la variedad de adornos y
riffs que proponen las guitarras, una batería acojonante y el bueno de Udo
llevando sus cuerdas vocales al límite…¡TODO ES PERFECTO!
CONCLUSIÓN
A sus 71 años Udo sigue haciéndonos felices con obras como este “Touchdown”, donde, sin abandonar su zona de confort y tirando de viejas fórmulas es capaz de dejar a sus seguidores absolutamente satisfechos. A fin de cuentas, eso es lo que uno le puede pedir a una leyenda como él a estas alturas de la película.
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