Desde su irrupción en la escena metalera con “Hexenhammer” (2018), las suizas Burning Witches no han dejado de ascender en popularidad gracias a la consistencia y a la pureza de su Heavy Metal, pudiendo presumir de poseer un sonido inspirado por los grandes clásicos (especialmente comparable con las bandas de los 80) al cual dotan, con bastante acierto, de una mayor frescura. En el pasado he podido traer dos reseñas de este conjunto (puedes leerlas clickando aquí) y no quería desperdiciar la oportunidad de poder hablaros de su nuevo lanzamiento, el quinto de su trayectoria, que acaba de ver la luz bajo el título de “The Dark Tower”.
Desde la primera escucha
ya os puedo asegurar que convence debido a que mantiene vivo el estilo sonoro
de sus referencias musicales previas, por lo que creo que aquellos lectores del
Blog que hayan disfrutado de “The Witch Of The North”, “Hexenhammer”, “Dance
With The Devil” o el homónimo de 2019 difícilmente no lo hará con este disco
que me aventuro a reseñar ya mismo.
Todo se inicia con “Rise
Of Darkness”, breve obertura acústica sobre la que van emergiendo unas voces
corales que incitan al aquelarre y que levantando el telón sonoro lentamente
hasta que emerge del mismísimo infierno “Unleash The Beast” y el quinteto nos
golpea directamente en el mentón. Este número espídico brilla por su riqueza en
muteados, pero también por el trabajo vocal de Laura y por un estribillo más
cercano de lo habitual al Power Metal (tampoco los solos desmerecen, ¿eh?).
Palabras mayores esta toma de contacto.
Una de las bandas que más
han influido en el desarrollo sonoro de esta banda son los mismísimos Judas
Priest, algo que podremos comprobar en la incendiaria “Renegade”, una
pista creada para el lucimiento de las guitarras (el riff principal parece
“parido” por la eterna dupla KK Downing – Glenn Tipton). La veloz sección de
solos termina de redondear el número al alza.
Con “Evil Witch”
percibimos que, al menos de momento, no se atisba respiro alguno en la obra. Estamos
ante una pista de ritmos constantes (el doble pedal se graba a fuego en la
mente del oyente), donde yo encuentro ciertas reminiscencias al estilo de King
Diamond-Mercyful Fate, y que posee un estribillo sencillo, pero tremendamente
pegadizo.
Un punteo de matices
épicos interpretado al unísono por sendas guitarras anuncia la llegada de un
poderoso single como “World On Fire”, pista de ritmo intermedio y de talante
machacón donde la influencia de los Judas vuelve a hacerse presente (cualquiera
se imagina al dios Halford desgañitándose tanto en los versos como en ese
incisivo estribillo que aquí nos brindan estas artistazas).
En el momento justo,
evitando así el empacho de distorsión, emerge una balada sobradamente
convincente que han titulado “Tomorrow”. Laura Guldemond borda su
interpretación vocal (destaco su capacidad para adaptarse a todo tipo de
propuestas sonoras), pero también la pista instrumental, donde el bajo de
Jeanine goza de más presencia, y la coral (el estribillo gana mucho gracias a
este apartado).
Precedida por un delirio
atmosférico como “House Of Blood”, la pista que da nombre a la obra, “The Dark
Tower”, ofrece cinco minutos de muchísima garra a un ritmo martilleante donde
podemos destacar, especialmente, los imponentes coros que acompañan a Laura a
través del estribillo (aunque está pletórica durante todo el número). En sus
casi seis minutos no debemos esperar grandes variaciones, a expensas del
extenso y muy técnico solo de guitarras gemelas, que pone de manifiesto la
enorme química existente entre Romana y Larissa, las dos hachas del grupo.
Desde su inicio, con esas
guitarras punteando con la mayor magia posible, uno sabe que “Heart Of Ice”
terminará ebullendo en un tema más acelerado y que se convertirá en una de tus
preferidas de todo el LP. La maquinaria avanza sin tanta agresividad, pero sin
tampoco bajar el ritmo, permitiéndonos disfrutar de un mayor contenido melódico
que en la mayor parte del disco y con un imperdible estribillo donde, otra vez,
los coros y las guitarras gemelas se llevan el gato al agua. Si todavía faltaba
algo para engrandecer esta pista, prepárate para la que, al menos para mí, es
la mejor sección de solos del disco.
“Arrow Of Time” pasa un
poco más desapercibida por su estructura algo monolítica, pero logra ralentizar
ligeramente la obra gracias a una base instrumental más densa. El estribillo es
pegadizo, pero no funciona, a mi parecer, tan bien como los que coronan otras
pistas de este disco.
Las espaldas vuelven a
hondear en lo alto con “Doomed To Die”, una pista de Heavy Metal vibrante en el
que unos coros distorsionados nos graban a fuego el título de la pista cuando
lo corean de tal manera que es imposible no pensar en “Du Hast” de
Rammstein. Con las progresivas escuchas
ha ido creciendo en mí.
Unas guitarras gemelas
inician “Into The Unknown”, penúltima pieza de la obra en su formato estándar,
anunciando nuevamente la llegada de un “medio-tiempo” de tono heroico donde la
banda despliega todo su arsenal de distorsión, aunque tal vez se eche en falta
una alteración rítmica mayor en sus más de seis minutos de extensión (casi al
final hay un pequeño momento algo más hiriente, pero pasa sin pena ni gloria).
“The Lost Souls” baja el
telón entre agudos punzantes, riffs muteados y una más que notoria base rítmica
de bajo y batería. Tras unos versos más “típicos”, todo mejora con el puente y
el posterior estribillo (los coros se salen de nivel), donde se respira una
mayor teatralidad y efectividad.
Para la edición Deluxe
del álbum la banda ha optado por volver a demostrar al oyente su envidiable
capacidad para versionar a otros artistas (en sus obras previas tienen algunos covers
escandalosamente buenos). En esta ocasión el quinteto rescata dos clásicos
como “Shot In The Dark” de Ozzy Osbourne y el “I Wanna Be Somebody” de W.A.S.P.
saliendo en ambas bien paradas.
CONCLUSIÓN
“The Dark Tower” posee
todos los elementos que los seguidores de estas suizas desean escuchar cada vez
que estas se aventuran con un nuevo lanzamiento discográfico. Sus trece pistas
(+ los covers) aseguran más de una hora de puro disfrute metalero que, a buen
seguro, despertará los mismos elogios cuando sean llevadas al directo en sus
giras venideras. Habrá quienes extrañen algo más de variedad en el álbum, pero
ya ha pasado un tiempo desde que Burning Witches descubrieron su propia fórmula
para alcanzar el éxito y, al menos de momento, no se atisba ningún indicio de
cambio.
En definitiva, la nueva
incorporación a su notable catálogo no desentona, sino que suma enteros para
que esta banda se consolide como una de las abanderadas del Metal contemporáneo
en el “Viejo Continente”.
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