Si echamos la vista atrás en el tiempo hasta el año 2006 con la intención de encontrar las noticias musicales más interesantes que en ese momento acontecieron, una de ellas sería, sin duda alguna, la inesperada irrupción de unos jóvenes irlandeses llamados The Answer cuyo debut, titulado “Rise”, logró vender más de 10.000 copias en un solo día en Japón y 30.000 en Reino Unido y Europa. Este golpe al mercado internacional, seguido del potente “Everyday Demons” (2009) que les catapultó al puesto 25 en la lista de ventas británicas, les permitió convertirse en los teloneros de los mismísimos AC/DC a lo largo de su Black Ice Tour.
Inexplicablemente, con el paso de los años su
popularidad ha ido decreciendo pese a haber lanzado LPs realmente buenos como
“New Horizon” (2013) o “Raise A Little Hell” (2015), sin olvidarme del más
melódico “Solas” (2018). Por diferentes motivos, el grupo decidió darse un
tiempo de descanso y libertad creativa (el vocalista Cormac Neeson nos deleitó
en 2020 con un excelente LP titulado “White Feather”, por ejemplo), que
seguramente la pandemia del Covid, alargó más de lo esperado.
Para nuestra fortuna, estos enamorados del Rock
clásico están de vuelta tras un total de siete años sin publicar nada nuevo con
un notable LP titulado “Sundowners” que publican bajo el sello de Golden Robot,
el cual los incorporó a su catálogo hace unos pocos meses. El anuncio de un nuevo lanzamiento, además,
ha venido acompañado de numerosas fechas por la geografía global, lo cual hace
presagiar que nos queda The Answer para rato.
Sin más que añadir a la introducción, os invito a leer
el análisis de cada canción:
Estamos hablando de un LP que engancha desde las
primeras de cambio. Y es que la homónima “Sundowners”, pieza elegida para
romper con siete años de silencio, suena tan soberbia como completamente
diferente a todo lo facturado por el grupo previamente. Sobre una distorsión
especialmente presente en el micrófono, el grupo nos atrapa a lo largo de seis
minutos de progresión lenta y sureña donde el slide goza de un papel casi
protagonista (la batería de pulso constante no se queda atrás tampoco, ¿eh?) y
Cormac Neeson sigue desplegando su poderío vocal tan característico.
Más cercano a su catálogo previo suena ese “Blood
Brother” tan enganchón. Los irlandeses juegan bien sus cartas y firman aquí un
corte de Hard-Rock muy distorsionado y con ligeras pinceladas alternativas en
su estribillo que funciona sobradamente bien.
“California Rust” podía haber encajado perfectamente
en “Rise” por sus influencias más añejas. De hecho, me recuerda ligeramente a
un tema de dicho LP, que llevaba por título “Never Too Late”. Rock con matices
sureños altamente disfrutables que difícilmente se olvidarán de incluir en
futuras giras.
Un omnipresente órgano y mucha (muchísima) distorsión
nos llevan en volandas hasta “Want You To Love Me”, una pieza que te atrapa a
lo largo de sus tres minutos y medio de Rock festivo. El último minuto cuenta
con un breve pasaje instrumental absolutamente demoledor donde el mencionado
órgano se alía con las guitarras, dando a luz a una serie de compases letales.
Lejos de bajar el nivel, da la sensación de que la
propuesta no cesa en su ambición por mantener al oyente en la gloria. “Oh
Cherry” es un corte de producción contemporánea, pero claramente inspirado en
el Rock de los años 60. Su estructura es sencilla, así como instrumentación y
voz se tornan absolutamente adictivas.
Tras un tono más desenfadado, “No Salvation” nos
introduce en la faceta más lenta y bluesy del grupo, que explota con
sabiduría su poderío melódico a base de arpegios, coros de primer nivel y
arreglos de armónica para facturar una canción rompedora y que funciona a las
mil maravillas.
Lejos de dar continuidad a la lentitud propuesta en la
pista anterior, “Cold Heart” recupera el Rock luminoso y efectivo predominante
en la obra. Además de contar con un estribillo adictivo, el número puede
presumir de sus coros y del solo de nos entrega Paul Mahon. Un tema 100% The
Answer.
El Groove no deja de aumentar en la compacta “All
Together”, la canción más breve de todo el álbum. En sus dos minutos y medio
nos obsequia con altas dosis de buen Rock nacido de una sucesión de riffs
cumplidora y en la que, una vez más, debo resaltar la buena cohesión existente
entre Cormac (espectacular al micrófono) y los pegajosos coros que preceden a
otro punzante solo de Mahon.
Desde que “Livin’ On the Line” vio la luz como single
no paro de encontrarle similitudes más que considerables con “Sting Me” de The
Black Crowes (especialmente en la introducción y los versos), banda que ha
servido de inspiración para estos irlandeses. Sea como fuere, estamos hablando
de uno de los momentos más álgidos del LP, con su estribillo memorizable y un
irresistible tono sureño que se extiende a lo largo de todo el número.
¿Más fiesta? ¿más buen rollo? Pues marchando “Get Back
on It”. Aquí el bajo de Micky Waters marca el ritmo con un plus de distorsión,
cimentando así una base vistosa sobre la que sus compañeros van construyendo
una pista que crece con las escuchas. Destaco también la presencia del órgano,
que aporta color a los versos.
Llegamos al final de la producción de la mano de una
melódica y sentida “Always Right”, pista cálida en la que Neeson brilla con luz
propia con sus registros más melosos y pausados. De hecho, es una pista que
podía haber pertenecido a su LP solista, “White Feather”. Una elección exquisita para que el balón baje
definitivamente.
CONCLUSIÓN
Lo primero que se me viene a la mente tras escuchar
íntegramente “Sundowners” es que mereció la pena esperar tantos años. A lo
largo de estas 11 canciones el grupo demuestra una mayor madurez compositiva,
algo que se traduce en un resultado final de lo más disfrutable y sincero.
Es pronto para saber si este LP puede codearse con los
aclamados “Rise” y “Everyday Demons” (mi apuesta es que en unos años así lo
será), pero tengo claro que el grupo ha recuperado la energía y garra de
antaño, lo cual ya es motivo suficiente para alegrarse.
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