Los australianos, como el propio título nos parece sugerir, apuestan por la oscuridad y la contundencia en un álbum a la altura de “Reverence”, que viene plagado de grandes canciones y que probablemente estará a finales de año en muchas listas de “Lo Mejor de 2022”.
No soy una persona que
acostumbre a escuchar todos los días Metalcore (no es el subgénero que más
consumo, sinceramente), mas siempre he tenido a los australianos Parkway Drive
en un pedestal. Siempre que hago un repaso de su discografía, tan variada y
cargada de canciones para el recuerdo, termino disfrutando de lo lindo. Si bien
es cierto que, como muchos sabrán, existe cierta división entre sus fans ya que
el cambio de sonido llevado a cabo por el conjunto por el que redujeron el
nivel de agresividad de sus primeros álbumes en favor de inyectar a su música
un plus de experimentación y algo de melodías no fue bien recibido por toda la
parroquia metalera. Si me permiten la apreciación, yo disfruto enormemente de
ambas etapas.
Tras los, al menos para
mí, más que destacables “Ire” (con este empezó realmente la evolución musical
del grupo) y “Reverence”, donde ese Metalcore contundente y más accesible les
catapultó hasta posiciones de honor en las carteleras de algunos de los mejores
festivales del mundo, los naturales de Byron Bay dan un nuevo paso en su
trayectoria con la publicación de “Darker Still”, su séptimo álbum de estudio.
Lo curioso de este novedoso lanzamiento es que el conjunto lo ha querido concebir, de una manera no demasiado explícita, como un álbum con tintes conceptuales en el sentido de que a lo largo de sus once pistas se nos habla de caer en el más profundo de los abismos y de cómo el ser humano trata de hacer frente a sus demonios, aceptando su complicada situación en un principio para, posteriormente, terminar enseñándole los dientes a la vida. En palabras de su vocalista, Wiston McCall para Kerrang: “trata sobre una persona que llega a un punto en su vida en el que se enfrenta a un evento que derriba y destruye todo sobre ellos en términos de su percepción de sí mismos, donde ellos están en el mundo, sus creencias, todo... Y luego tienes que caminar a través de este viaje, a través de la oscuridad para redescubrir quién eres y dónde estás parado en el mundo”.
Terminamos de entrar en el infierno de la mano de la incendiaria
“Like Napalm”, una pieza que podría encajar en cualquiera de los dos últimos
trabajos del conjunto y que cuenta con unos versos llenos de actitud en los que
se erige por encima del resto de elementos la voz del siempre estelar Winston.
Tanto el buenísimo estribillo, el cual mantiene vivo el recurso de los coros,
como el breve solo a dos guitarras terminan redondeando la composición al alza.
A toda velocidad emerge la ya conocida “Glitch”, primer single de la obra. Tras unos versos fanfarrones (¡adoro el tono adoptado por Winston aquí!) con cierto sabor a While She Sleeps (un cañonazo de Metalcore en toda regla) , emerge un estribillo luminoso y con más coros gloriosos que no dudaría en ubicar entre mis preferidos de toda la producción. ¿Y qué decir del breakdown que estalla en el minuto 3:09? Prepárese, querido lector, para perder el cuello con este temazo mayúsculo.
La rápida transición de un elegante punteo inicial a un pequeño despliegue de riffs galopantes y cargados de transición anuncian la llegada de otro momentazo del álbum como “The Greatest Fear”. Su actitud desafiante y machacona se mantiene constante en versos y estribillos, para bajar brevemente las revoluciones en un breve interludio con órgano y coros eclesiásticos que, eso sí, preceden un nuevo momento de destrucción sonora absoluta de la mano de un breakdown breve pero perfecto (minuto 4:20). Hasta ahora el álbum me está encantando.
Me parece un acierto en toda regla ubicar el tema que da título en este preciso momento del álbum ya que, tras cuatro números previos que rezumaban adrenalina y mala hostia, es de agradecer un número que podríamos catalogar, incluso, como una balada. En sus casi siete minutos el grupo nos sorprende con uno de sus números más rompedores y profundos hasta la fecha, valiéndose únicamente de guitarras acústicas, silbidos y algunos arreglos de percusión. Winston también nos deja fascinados con ese registro más suave que de costumbre, permitiéndonos descubrir su faceta más limpia y melódica. No me puedo olvidar de destacar aquí el monumental solo de guitarra que termina empastando con un pegadizo ritmo de guitarra y teclados que no dejará de repetirse hasta el final de la misma.
Con “Imperial Heretic”
alcanzamos la mitad de nuestro viaje y, si bien posee todos los elementos que
nos gustan de Parkway Drive, se siente algo menos inspirada que la mayor parte
del resto de composiciones del disco. Eso sí. Cuenta con un puente-estribillo
MUY bueno.
Mucha atención a la serpenteante y ácida “If A God Can Bleed”, una atípica maravilla de poco más de dos minutos de extensión en la que un ritmo lento coliderado por la batería y los teclados se convierte en la base perfecta para que Winston saque a relucir su voz más perturbadora. Un arriesgado, pero muy bien invento que se han sacado de la chistera.
La agresividad más salvaje vuelve a lo grande con “Soul Bleach”, un número más cercano a sus orígenes con un incisivo despliegue de riffs rápidos y muteados, así como de un magnánimo Winston, quien está completamente desatado tras el micrófono. Ese “Kill, kill, kill, kill, kill, kill, kill…You're fucking poison!!” supone una amenaza seria para nuestra garganta (estribillo de altos vuelos). Otro plato fuerte de un disco cada vez más convincente.
Tras la anecdótica
introducción vocal de “Stranger”, hace su acto de presencia la infecciosa “Land
Of The Lost”, una de las piezas más pegadizas de esta placa que no entiendo
cómo no fue elegida como sencillo. El estribillo, apoyado por enésima vez en
unos inconfundibles coros, será de los más celebrados en futuras giras.
El colofón final de la
obra no solo está a la altura de lo escuchado a lo largo de todo el LP, sino
que también está entre lo mejor del mismo. “From The Heart Of Darkness” se inicia tribal
para terminar mutando en un pesadísimo corte diseñado para hacer headbanging
con ese ritmo martilleante que se adhiere a tu mente sin piedad mientras avanza
lentamente destruyendo todo lo que se pone a su paso. Los guturales del
estribillo son caviar metalero. Una babaridad que hace recordar a los tiempos
de “Deep Blue”.
Si tuviera que elegir mis
álbumes preferidos de Metal de 2022 os puedo asegurar que “Darker Still” estaría
entre mis seleccionados sin duda alguna. Si bien la versión más contemporánea
de Parkway Drive me gusta mucho, siempre he sido más de sus primeros álbumes.
Este gusto personal no me ha impedido disfrutar a lo grande de este memorable
LP que creo que poco tiene que envidiar al “Reverence” (posiblemente en un
tiempo nos parezca hasta mejor que aquel alabado álbum).
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