Como en sus más recientes “Phantom Antichrist” y “Gods Of Violence”, Kreator sigue siendo capaz de facturar canciones llenas de agresividad, distorsión y gritos de guerra, demostrando así una enorme madurez compositiva. Además, en un par de canciones parecen apostar por incluir algunos detalles rompedores, los cuales a diferencia de experimentos fallidos como “Endorama”, sí funcionan.
Esta colección
particular de canciones, sin embargo, eleva la madurez de la composición y los
arreglos de las canciones hasta donde el desenfreno desaliñado del alardeado
pasado de la banda hace mayores conexiones con su presente maduro.
Nunca serán suficientes
los halagos y agradecimientos que le debemos al Thrash Metal procedente de
tierras alemanas y que han abanderado bandas icónicas como Destruction,
Tankard, Sodom o mis predilectos Kreator. Sus diferentes trayectorias, con
álbumes que han terminado convirtiéndose en piedras fundamentales sobre las que
han surgido nuevas agrupaciones dentro y fuera de su país natal. El hecho de
que en pleno 2022 la maquinaria pesada
de Kreator siga trayendo grandes alegrías al mundo solo puede considerarse un
notición.
Si bien es cierto que
al hablar de una banda clásica solemos siempre calificar los primeros y más
trascendentales álbumes del grupo como “insuperables”, creo que no es ninguna
calamidad decir que los dos últimos álbumes de Kreator, “Phantom Antichrist”
(2012) y “Gods Of Violence” (probablemente el mejor álbum de 2017), son dignos
de toda alabanza. Y es que Petrozza y compañía parecen estar viviendo una
segunda juventud, manteniéndose fieles a su esencia, aunque sin por ello
renunciar a añadir algunos detalles más contemporáneos a su música.
Llegado el año 2022 la
banda nos presenta “Hate Über Alles”, su decimoquinto álbum de estudio, con un
total de 11 canciones completamente nuevas y una duración de tres cuartos de
hora. Este se convierte, además, en el primer trabajo en contar con el reputado
bajista Frédéric Leclercq (ex Dragonforce), reclutado en 2019 después la
sorprendente salida del siempre genial Christian "Speesy" Giesler,
quien militó en el combo alemán durante 25 años. Esta incorporación, según el
propio músico, puede aportar frescura y elementos diferentes al sonido del
grupo (pronto podremos comprobarlo). Otro cambio a mencionar es el fichaje de Arthur
Risk (Soulfly, Power Trip,…) para la producción de la placa (ya os aviso que
hace una labor maravillosa):
La portada del álbum,
salvaje e ideal para una banda como esta, lleva la firma de uno de mis
diseñadores preferidos, el mismísimo Eliran Kantor, quien nos dejó sin palabras
el año pasado con su diseña para el homónimo de Helloween, sin tampoco pasar
por alto sus colaboraciones con Testament. En esta ocasión vemos al demonio,
que podría representar el mal presente en los hombres, atravesando la garganta
de un guerrero con el mástil de su bandera, mientras otros dos cuerpos yacen
también asesinados (el primero asfixiado y el segundo ahorcado, ambos por una
bandera). Esa inclusión de la bandera puede ser una metáfora acerca del odio
presente en nuestra sociedad y de la intolerancia provocada por los cruces de
ideas (la constante lucha de bandos). De
hecho, el título del disco se traduce como “Odio Por Encima de Todo”, lo cual,
para quien no lo sepa, es un guiño al himno de Alemania, en cuya letra se dice
“Deutschland Über Alles” (personalmente me encanta el título del disco).
¡Vamos a escuchar lo
nuevo de estos titanes!
Comenzamos la audición
con una nueva introducción instrumental (patrón repetido en el pasado) que han
titulado “Sergio Corbucci Is Dead” a modo de homenaje al magistral director de
cine italiano y principal “culpable” de algunos de las grandes películas de Spaguetti
Western de la historia. Se nota la inspiración del maestro Ennio Morriconne en
esos arpegios con sabor a Country que nos llevan en volandas hasta el primer
gran cañonazo…
…¡Boum! La calma
desparece por completo y, ahora sí, la maquinaria alemana arrasa con todo lo
que se pone por delante con un número absolutamente demencial e hiriente, en el
que la batería de Jürgen anuncia un ritmo demoledor sobre el que las guitarras
de Sami y Mille ofrecen una lección de furia y virtuosismo a partes iguales. El
estribillo repite la fórmula ganadora de “Satan Is Real” (hay muchas
similitudes entre ambas), convirtiéndose en uno de los más inspirados de todo
el LP. El colofón final lo pone el duelo de solos que mantienen ambas hachas,
entrelazando una serie de punteos infernales que no debes perderte.
Sin un atisbo de pausa,
y yendo directamente al grano, entra ferozmente “Killer Of Jesus”, un tema muy
agresivo en los versos (gigantesco Petrozza) y más denso en ese sencillo
estribillo arrasado por el doble pedal. La producción del disco suena
logradísima a estas alturas. De momento todo marcha a las mil maravillas.
La solidez sale a
relucir en “Crush The Tyrants”, una pieza que rompe por completo con la
velocidad que venía martilleando nuestras cabezas hasta ahora, para apostar de
lleno por elevar los niveles de densidad de la propuesta, así como la presencia
del bajo, y hacer posible que las guitarras nos regalen un par de solos más
melódicos.
Con la llegada de
“Strongest Of The Strong”, pieza elegida precisamente como segundo avance del
disco, encontramos más elementos melódicos escondidos tras esas guitarras tan
armonizadas y compenetradas, con especial encanto en una sección solista de
primera categoría. El estribillo es otro digno de enmarcar.
“Become Inmortal” suena
fiel a los cánones contemporáneos del grupo, aunque tal vez carezca de algún
elemento de especial calidad. De hecho, para mí lo más llamativo en esta pieza
es su letra en la que estos iconos hacen referencia a sus propios orígenes como
grupo en una Alemania dividida por el Muro de Berlín, además de aludir a
algunos compañeros de profesión caídos durante estas décadas (como ya hicieran
en “Fallen Brother”) e invitan a la humanidad a no olvidarse jamás de dónde
vienen, para valorar mejor el lugar donde se encuentran actualmente.
Se viene ahora uno de mis momentos predilectos del disco. Para “Conquer And Destroy”, el cuarteto tenía preparada una auténtica tormenta sónica de Thrash Metal (¿quién no es capaz de volver al pasado con esos versos?), cuyos únicos momentos de respiro llegarán en los puentes algo más melódicos. Sobre el minuto 2:10 la dupla Sami-Mille se saca un riff que, particularmente, me ha enamorado y que entra en acción pocos segundos antes de un nuevo duelo de solos absolutamente perfecto (¿el mejor del álbum?).
La apuesta más
rompedora dentro del disco la vamos a encontrar en “Midnight Sun”, una canción
única dentro del legado de estos alemanes, por incluir voces femeninas por
primera vez en su carrera (cortesía de Sofia Portanet, quien ofrece una
interpretación un tanto etérea) tanto en el puente, como en el curioso
estribillo, además de un descomunal duelo de solos donde pueden apreciarse
matices de Tech-Death. Cabe añadir como curiosidad que el videoclip que
acompaña a esta pieza es un guiño a la popular película Midsommar (2019) de Ari
Aster
Si quedaste algo
disgustado con el invento anterior, puedes estar tranquilo que las puertas del
infierno volverán a abrirse en seguida para liberar al mundo una bestia
infernal titulada “Demonic Future” que bien podría haber formado parte de
cualquiera de los dos o tres últimos LPs del grupo y que contiene un nuevo
duelo de hachas para el recuerdo.
Casi al final del disco
“Pride Comes Before The Fall” se inicia rompedora, con un Petrozza cantando con
voz limpia y teatralizada, para terminar mutando en otro número lleno de mala
baba y ganas de perforar tímpanos. Además de los solos (¡cómo empastan con el
doble pedal de Jürgen!), tengo que recomendar el breve momento más atmosférico que
lo precede (minuto 2:40).
Para echar el cierre,
la banda reflexiona sobre el caos imperante en nuestro mundo actual con “Dying
Planet”. En sus siete minutos caben sobradamente elementos tan diferentes, como
brillantes, que uno solo puede limitarse a agrupar bajo el adjetivo de “ÉPICO”.
Esa primera aportación vocal de Mille, preguntándose retóricamente “Am I walking amongst your funeral? Or is it
just the end of us?” me puso los pelos de punta desde la primera escucha, ya
que concentra una indignación absoluta ante la decadencia mundial que sufrimos.
De lejos, estamos ante la canción más ambiciosa del plástico, ofreciendo al
oyente gran variedad de riffs y pasajes, como si de un disco o corte conceptual
se tratara. No quiero entrar en grandes detalles analíticos aquí, a modo de que
el oyente se sorprenda por su cuenta.
Varias escuchas después
a todo volumen me permiten llegar a la siguiente conclusión:
Kreator trae de vuelta
la agresividad de antaño, sin por ello desprenderse en ningún momento de las
melodías y coros algo más accesibles de sus últimos trabajos, logrando
conformar un disco digno de llevar su firma y que pienso que despertará críticas,
en su mayoría, positivas. Si con “Hate Über Alles” toda la reputación que se
han ganado durante 40 años estuviera en juego, que no es ni mucho menos el caso,
puedo asegurarles que los de Essen hubieran salido airosos sin tan siquiera despeinarse.
Aunque para mí “Gods Of
Violence” y “Phantom Antichrist”, además de los gloriosos discos comprendidos
entre 1985 y 1990, están por encima, “Hates Über Alles” es un trabajo más que
notable.
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