Empezar un nuevo año escribiendo de música siempre es agradable (que no se pierdan las mañanas, dicen). Más aún cuando los protagonistas de este escrito son unos músicos que me sorprendieron gratamente el año pasado, mereciéndose ser etiquetada de “promesas” o “revelaciones”.
Vended es un grupo muy
joven nacido en los Estados Unidos en febrero de 2018. Este lo conforman el vocalista
Griffin Taylor, hijo del mítico Corey Taylor (Slipknot/Stone Sour), el batería Simon
Crahan, hijo del también querido Shawn “Clown” Craham (Slipknot), Jeremiah Pugh
al bajo y los guitarristas Cole Espeland y Connor Grodzicki.
Está claro que el hecho
de que dos de sus miembros sean descendientes de músicos con altos niveles de
popularidad (aunque haya muchos opositores, negar la importancia de Slipknot en
el Metal y la cultura de masas es absurdo) les ha dado un plus de apoyo de
todos los medios musicales (los hay incluso que, sin escuchar el producto, ya
se atreven a hablar de ellos como futuras leyendas del género). En mi caso
personal, aunque reconozco que seguramente no habría oído hablar de Vended en
mi vida si no fuera por los “padrinos” que tienen, he degustado muchísimas
veces su primer EP, “What Is It/Kill It” y me he animado a escribir esta reseña
a modo de intentar reflexionar sobre si realmente merecen la pena, o son un
grupo del montón que los medios nos han querido vender.
Antes de empezar a hablar
en clave musical, me gustaría anticiparos que estamos ante un trabajo de Metal
veloz y furioso al más puro estilo de los primeros Slipknot, algo que a mí me
agrada, pero que a muchos lectores puede que no. Para quienes sí son seguidores
de los de Iowa, les recomiendo este proyecto ya que no es fácil encontrar
bandas similares a ellos.
“Antibody” empieza poniendo toda la carne en el asador,
con un excelente Griffin Taylor (es exagerado el parecido vocal, y físico, con
su padre) que canta con tablas y aparente veteranía sobre una base instrumental
especialmente contundente en el plano de la percusión (los amantes del doble
pedal están de enhorabuena). Además del claro parecido a Slipknot, también hay
momentos en los que encuentro similitudes con otra banda prometedora de
nuestros días llamada Tallah, de la que ya os he hablado en el pasado.
La carta de
presentación del grupo fue “Asylum”, poderosísimo tema elegido acertadamente
como primer sencillo del EP y que ya ha superado el millón de visitas en
diversas plataformas. Metal moderno por los cuatro costados, con un indudable
despliegue talento tanto en lo instrumental como en lo vocal y con diferentes
elementos que invitan a confiar en ellos de cara al futuro. Lo mejor de la
canción: el breakdown que emerge casi
al final.
“My Wrongs” es
probablemente la pieza más floja de la producción. Está bien, cuenta con los
elementos que hemos escuchado hasta ahora pero, como ocurre a veces con Slipknot,
la falta de un factor sorpresa o de un elemento que destaque algo más de lo
normal (un buen breakdown, un solo, una letra para el recuerdo, una pista de
batería de ensueño) lo convierte en un tema del montón.
“Bloodline” me ha gustado
mucho más, con un número considerable de cambios estructurales y rítmicos de
sobrado intereés (honor a las guitarras en este aspecto) y una mayor presencia
del bajo, instrumento casi inexistente, por cierto, en el sonido de Slipknot.
Terminamos este breve viaje de la mano de “Burn My Missery”, segundo sencillo del disco y otra de mis preferidas. Un corte rápido y muy trabajado, nuevamente, en los planos vocales (gratamente sorprendido con Griffin) y de percusión (mucha atención a Crahan), con un estribillo que apunta a futuro clásico en vivo. Temazo de los grandes.
¿Merece la pena Vended?
Mucho. Obviamente es un
proyecto que está en desarrollo y tienen parte del camino recorrido por su
descendencia “privilegiada”, pero al metalero de a pie hay que ganárselo (no
van a decir que algo es bueno porque un medio como Loudwire los venda como los
nuevos profetas del Metal) y esta banda tiene armas suficientes para lograrlo.
Me genera ciertas dudas
el sonido de su próximo álbum, ya que no sé si seguirán sonando similares a
Slipknot o ampliarán sus horizontes (pienso más bien en la primera opción), así
como la recepción que estos muchachos tengan por parte del público que consume
música Metal en la actualidad.
“What Is It/ Kill It”
no es ni de lejos una obra maestra, ni esperaba que lo fuera, pero es un primer
y muy plausible esfuerzo por parte de una banda joven que se niega a aceptar,
como todos los que defendemos la escena Underground, que el Metal haya muerto.
De hecho, con discos así uno piensa que queda Metal y Rock para rato.
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