Greta Van Fleet han surgido como una respuesta directa y clara a esa disparatada afirmación del señor Gene Simmons que asegura que “el Rock está muerto”. Su manera de hacer Rock, aunque criticable por los sectores más clasistas por sonar similares a Led Zeppelin (es innegable el parecido), es atractiva y combina técnica con una sutilidad que, sinceramente, me parece difícil de encontrar en las bandas mainstream actuales (en la escena underground sí que las hay).
Por supuesto que la
fama de estos muchachos procede, en gran parte, por haber sido bautizados por
algunos medios como “herederos de Led Zeppelin” (la mayoría de los que dieron
una oportunidad al grupo fue por este atractivo titular), pero creo que tanto
en “Anthem Of The Peaceful Army”, su primer LP, o en los pasados EPs con los
que se dieron a conocer (“Black Smoke Rising” y “From The Fires”), el cuarteto
de Míchigan ha demostrado ser más que una banda de dos canciones buenas como
sus exitosas “Highway Tune” y “Safari Song”. Podría citar títulos como “The
Cold Wind”, “You’re The One”, “Age Of Man” o “When The Courtain Falls” (por no
entrar todavía en las de la nueva obra) para justificar esta realidad: Los Van
Fleet tienen muchísima clase, le guste a quien le guste.
Tal vez por el cansancio que deben de haber generado en el seno del grupo las comparaciones con Led Zeppelin o las ganas constantes de evolucionar han terminado generando que nuestros protagonistas decidieran que su próxima obra, “The Battle At The Garden’s Gate”, impusiera una notable ruptura con su pasado casi al completo (quedan todavía retazos setenteros tras sus piezas). Si algo se mantiene constante, si lo comparamos con el previo “Anthem Of The Peaceful Army”, son las ganas infinitas de estas promesas por revivir el Rock, darle una nueva vida y ponerlo en el lugar que merece.
¡No hay más preámbulos!
¡Dentro música!
"Heat Above"
supone una apertura grandiosa y bastante fiel a lo que nuestros muchachos
desarrollaron en el trabajo anterior, pero con mayor presencia de teclados.
Josh suena imponente, cantando el estribillo con un tono que, sí o sí, recuerda
a Robert Plant, pero que no por ello deba infravalorarse. La banda suena más
madura que en el pasado, apostando por inyectar a cada composición grandes
dosis de espiritualidad (parte de esto se produce por los propios teclados).
Aunque algunos dirán
que "My Way, Soon" podría salir del catálogo de Led Zeppelin yo
encuentro más referencias a los Black Crowes (otra banda que adoro) y su forma
tan personal de interpretar el Rock Americano. Riffs de guitarra alegres y
cristalinos, percusión de primera clase (poco se habla del nivelazo que esconde
Danny Wagner) y Josh en su buena línea, doblando algunas voces y luciendo sus
agudos como él bien sabe. Seguramente es esta la composición más comercial de
todo el álbum, lo cual refleja a la perfección lo poco radiofónicos que estos
muchachos quieren ser.
Esa madurez sonora de
la que os he hablado al introducir el disco la veremos de lleno en "Broken
Bells", una canción que fusiona, o contrapone, la riqueza acústica inicial
con un solo de guitarra de los que quitan el hipo (Jake es otro fenómeno), así
como Josh explota como es debido su faceta más interpretativa y vive las
composiciones como si de un actor se tratara. Auténtico temazo este.
Ahora sí. Led Zeppelin
hacen acto de presencia en el incendiario punteo principal de "Built By
Nations", una de las canciones más duras de todo el trabajo. Jake parece
emular la línea guitarrera de "Black Dog" que creó el único e
inigualable Jimmy Page desde el inicio mismo de la pieza. Una vez más me quito
el sombrero ante Danny tras la batería, ya que cuela un par de veloces arreglos
tras los parches que resultan adictivos.
La primera vez que llegó
a mis oídos "Age Of Machine" tuve claro que se trataba de la canción
del disco y, probablemente, de la más compleja y completa pieza que han firmado
estos cuatro chavales. Durante siete minutos se marcan una composición llena de
cambios, de arreglos de guitarra (mucha atención al solo para el recuerdo de
Jake), un estribillo bordado por Josh, arreglos de teclado claves en el
resultado global, cortesía de Sam, y un excelente Danny marcando la tónica
dominante tras los parches. No suelo hacerlo, pero recomiendo muchísimo el
videoclip con el que han querido acompañar esta pieza y que tiene referencias a
la deshumanización de la sociedad de nuestros días representada a partir de
escenas donde los miembros del grupo destruyen una escultura creada por otras generaciones
pasadas, o a la pandemia mundial que tanto ha cambiado nuestras vidas, de la
mano de fragmentos en los que los músicos aparecen montando en moto por
carreteras y pasajes completamente vacíos. Una pieza magistral.
Si uno se detiene a
escuchar al completo un trabajo de Greta Van Fleet sabe que, en algún instante,
se topará con una balada de galones. En este caso tenemos “Tears Of Rain” y su
cálido recuerdo a los sonidos setenteros. Podría imaginarme a McCatney o al
Elton John cantando esta canción durante sus lanzamientos de aquella década,
pero el destino ha querido que esta lleve la firma de Josh, quien cuajará una
interpretación sublime (mucha atención a las notas agudas que terminará
alcanzando) mientras su familia musical (y, en parte, de sangre) lo acompaña
creando una base instrumental melódicamente colosal.
Pero es que la cosa no
acaba ahí porque los cuatro ambiciosos muchachos siguen indagando en la faceta
más suave del Rock y sorprende con “Stardust Chords”, un corte donde hay buenas
guitarras, pero también una sorprendente suma de arreglos orquestales que sé
que a más de un lector fiel de este Blog le van a encantar. Estribillo pegajoso
que Josh sabe manejar a su antojo, batería y teclados frescos….todo muy bien
hasta el momento.
Siento que tal vez esté
siendo un poco injusto con “Light My Love”. La canción en sí es muy bella, pero
siento que explota algo que venimos escuchando en el disco lo suficiente como
para disfrutar y, al mismo tiempo, no querer encontrarnos más del mismo estilo
para no sentir que hay relleno (véanse “Broken Bells”, “Heat Above” o “Tears Of
Rain”). Si los títulos citados en este párrafo no se encontraran en el LP
seguramente podría valorarla más en el análisis del producto final.
Cuando antes alababa a
Danny Wagner quería evitar las comparaciones con el mismísimo John Bonham, el
maestro tras las baquetas de Led Zeppelin, pero es imposible no pensar en este
cuando uno escucha “Caravel”. No, no está a la altura de todo un “Bonzo” (pocos
lo están), pero no se trata de un mal imitador precisamente. Ni siquiera diría
que estamos ante un “imitador”. Sencillamente, Danny tiene una forma de tocar
parecida, pero también comparable a otros grandes baterías de los gloriosos 70.
El tema en sí está bien, sin tampoco salirse de nivel, pero para nada malo. Un
medio tiempo fiel al estilo mostrado desde sus inicios.
“The Barbarians” actúa
como un rayo de luz y esperanza tras dos canciones algo menos acertadas. Aquí
hay guitarras con efectos de wah, un Josh desatado que no duda en aprovechar
cada verso para lucir su dotada voz. Pienso un poco en “The Age Of Man” de su
primer LP y eso nunca puede ser mala señal.
La cosa empieza a
acercarse a su inevitable final. El primer movimiento de cierre lo ejecuta “Trip
The Light Fantastic”, corte que nos retrotraerá a sus primeros EPs, con un
sonido más “zeppeliano” y cálido, sin tantos adornos y con unos arreglos
corales que funcionan de maravilla.
Un disco más complejo
como este tenía que cerrarse siguiendo esa línea que han pretendido mantener
durante toda la producción. Nueve minutos dura la final “The Weigh Of Dreams”,
una ambiciosa y sobresaliente pieza que resume a la perfección este “The Battle
At Garden’s Gate” y el estilo que, seguramente, seguirán desarrollando estas
jóvenes revelaciones del género.
Arriesgaron y
vencieron. Aquellos que dieron la espalda al conjunto por parecerse a Led
Zeppelin tendrán que empezar a buscar otra excusa para no hacerlo, porque ese
argumento ya no se sostiene tan fácilmente (sí, Josh tiene un registro similar
al de Plant, pero tampoco es cuestión de cortarle las cuerdas vocales al pobre
chaval). La experimentación les ha llevado a descubrirse mejor como banda, a definir
mejor su sonido y crear nuevas expectativas sobre su futuro. Obviamente, fruto
de este cambio y de la obvia juventud de sus miembros, hay muchos detalles a
mejorar y este trabajo no es perfecto, pero sí de un merecidísimo 9.
Comentarios
Publicar un comentario