“Y al tercer día Alice Cooper creó el Shock Rock y, ya de paso, a Dios”
Que
en pleno 2021 todavía podamos estar hablando de un nuevo disco de ALICE COOPER,
que no es precisamente “uno más” dentro del Rock yo creo que ya debería dibujar
una sonrisa en cada uno de los seguidores más clásicos dentro del género. A sus
73 años su vitalidad y amor por la música parecen seguir desnivelando la
balanza en favor de seguir rockeando pese a los millones de euros que tiene en
el banco desde hace décadas.
“Detroit
Stories” es, de un modo aparentemente conceptual, un canto a la Tierra Santa
donde nuestro querido “prota” dio sus primeros pasos y creció hasta convertirse
en el icono cultural que es ahora. No es casualidad, por tanto, que se haya
rodeado también de grandes músicos procedentes del mismo lugar: el guitarrista Wayne
Kramer (MC5), el batería Johnny “Bee” Badanjek
(de los Detroit Wheels), un icono del jazz y el R&B como Paul Randolph,
además de las apariciones de otros músicos en momentos concretos como los Motor
City Horns. A esta suma de grandes elementos se suma, una vez más, el bueno de
Bob Ezrin tras la producción del disco.
El
disco se inicia realmente bien de la mano de “Rock ‘N’ Roll”, corte de ritmo
medio sobre el que se erigen grandes riffs y coros, pero con una actuación más
que estelar del señor Cooper, por quien sospecho que siguen sin pesar mucho los
años. Estribillo alegre y bien acompasado en el que, de paso, se nos presenta
una historia de amor por el Rock visto no solo como un género de música sino
como un método de salvación frente al dolor. Se nota mucho que está Bob Ezrin
tras la producción del disco con ese sonido tan pulido y limpio que también ha
estado presente en los últimos álbumes de Deep Purple.
“Go
Man Go” es uno de los cortes más malintencionados del disco, con una actitud
punkarra que me encanta y que, pensándolo en frío, seguramente extrañé un poco
en “Paranormal”. El título, repetido hasta la saciedad, terminará por pegarse
en tu cabeza para no salir jamás. Como remate para este segundo disparo tenemos
un solo breve pero vibrante que os recomiendo enormemente, además de una voz
susurrada de Alice que no desentona en absoluto. Y yo pensando…¿no se nota aquí
la influencia de MC5? Yo diría que mucho.
Más
allá de haber colaborado en el tributo “Sgt Peppers Lonely Hearts Club Band” a
los Beatles junto a otros grandes como Aerosmith o Peter Framptom, el amor de
Alice Cooper por el cuarteto de Liverpool es más que sabido y creo que en “Our
Love Can Change The World” queda plasmado. Corte happy flower tanto en letra
como en sonido, aunque hay que señalar que esta sea, realmente, una versión del
corte popularizado por Outrageous
Cherry. No es ni de lejos una de mis preferidas, pero se deja escuchar, como
todas y cada una de las piezas del disco.
Siguiendo
en un tono pegadizo pero algo más macarra y propio de las calles de Detroit se
nos presenta “Social Debris”, una canción punzante en el plano guitarrero sobre
el que Cooper siempre sabe encontrar el registro adecuado para clavar una
interpretación de elevado nivel. Es Hard-Rock festivo, señorías, no puedo pedir
mucho más porque me es suficiente para sonreír y pasar un rato de enorme
alegría. Aunque para alegrías las que me ha provocado la funky “$1000 High Heel
Shoes”, una canción endulzada por los coros femeninos, la sección de viento
cortesía de los Motor City Horns y unas guitarras seductoras que nos piden sumisión.
Sorpresón absoluto que dejará a más de uno sin aliento. Estoy enganchadísimo de
verdad a esta canción tan vintage.
Fue escuchar los primeros acordes de “Hail Mary”, además de su línea de bajo, y pensar rápidamente en los orígenes de nuestro cantante. Canción divertida y de buen estribillo que, eso sí, con las escuchas siento que termina quedando un poco más difuminada frente a otras canciones.
El
amor de Alice por la ciudad que lo vio crecer sale una vez más a la luz con
“Detroit City 2021” y una letra llena de referencias a otros grandes cantantes
y bandas originarias de dicho lugar. Efectivamente, como ya te habrás dado
cuenta, es la tercera versión de la misma canción, que originalmente vio la luz
en 2003 con el disco “The Eyes Of Alice Cooper” y que luego figuraría en el
“Breadcrumbs”. Por lo tanto, aunque podríamos decir también que se trata de un
refrito algo innecesario (podría entenderlo), parece que Cooper quiso incluirla
por el más que presente homenaje durante todo el disco a Detroit.
Ojito
que se vienen dos de mis predilectas…
…no
esperaba un maldito Blues endemoniado en este disco, pero con Alice Cooper nada
es imposible. “Drunk And In Love” es un truco nacido de la mismísima chistera
del veterano músico, quien, aun tirando de la más que conocida fórmula propia
del Blues, con su armónica, estructura simple y una sección punteada similar,
no deja jamás de sorprenderme. Tal vez sea porque soy un amante empedernido de
este género, pero la tengo en bucle. Muy similar en lo de retro” será la
posterior “Sister Anne” y su feeling más propio del Rock setentero, aunque el
resultado no llegue a los mismos niveles de grandeza.
…
“Independence Dave” trae, por fin, de vuelta esa faceta más teatral y vacilona
de Cooper que lo hizo inmortal y a la que, tristemente, no acude ya tanto como
nos gustaría (pero cuando lo hace…¡mamma mía!). La canción tiene ese feeling
rockero clásico que siempre convence.
La
líricamente tronchante “I Hate You” (me recuerda mucho a “Go To Hell”) acude,
una vez más, a los cánones de Punk propios de “Go Man Go” y de algunas
canciones que Mr. Cooper ha compuesto para los Hollywood Vampires. Nada mal.
Era
de esperar que “Don’t Give Up” fuera incluida en el disco después de
convertirse en uno de los principales cortes que conformaron la BSO de esta,
tristemente, inolvidable pandemia. Cooper, con un tono ácido, tranquiliza a la
humanidad diciendo que no hay que rendirse jamás porque el hombre, ante
situaciones terribles, se ha recompuesto, aunque este haya sido el responsable
de las mismas. Canción más suave y moderna que me gusta bastante, aunque podría
entender que para otros no suponga nada del otro mundo.
Para acabar con un sabor de boca rockero y eléctrico tenemos la dupla formada
por “Shut Up And Rock” y “East Side
Story”, dos piezas ricas en materia guitarrera y estructuras radiofónicas que,
como un buen helado en verano, siempre entran realmente bien. La segunda,
además, me recordó desde la escuchan inicial, cuando fue incluida en el “Breadcrumbs”,
al estribillo de aquella canción de Rock añejo llamada “Gloria” que se
encargaron de popularizar los Doors.
El disco de deja escuchar y creo que con el tiempo irá ganando puntos. No está a la altura de otros discos del Sr. Fournier pero como fan suyo siempre quiero escuchar material nuevo. La promoción del disco a nivel mundial tan grande no me la esperaba, a paranormal le faltó un poco más de promo ya que el disco, siendo muy bueno, pasó sin pena ni gloria. En resumen, y con tan solo dos escuchas, es un disco de 6 sobre 10. El disco incluye varias canciones anteriormente editadas y dos versiones...
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