Nita Strauss, la actual guitarrista de Alice Cooper, fue
entrevistada recientemente por Meltdown con la finalidad de promocionar su
nuevo álbum solista titulado “Pandaemonium”.  Al ser preguntada si sentía la presión de
tener que demostrar su valía como guitarrista en cada show por el hecho de ser
mujer, Nita respondió: "Me siento así
cada vez, sí, por supuesto. Un poco menos últimamente. Fue interesante crecer y
ser una guitarrista femenina... Trato de no insistir demasiado en lo
masculino-femenino, pero es cierto que hay un nivel diferente de expectativa
para una guitarrista femenina. Si hay un tipo que está en una banda nadie
mirará al guitarrista y dirá: 'Oh, ese tipo no va a ser bueno'. Simplemente no
sucede. Pero eso me sucedió durante tantos años. Y literalmente, hasta hace
poco como el mes pasado, cuando estaba de gira con Alice Cooper, estaba
firmando autógrafos para los fanáticos después del espectáculo en el bus
turístico y alguien dijo: "Todos mis amigos dijeron que no eras tú
realmente tocando la guitarra allá arriba. ¿Realmente eras tú?" Yo estaba
como, "Acabo de hacer un solo de guitarra de cinco minutos. ¿Cómo podría fingir
eso?" No hay nadie en el mundo que sea lo suficientemente bueno como para
imitarlo frente a tanta gente, no esfactible. Por lo tanto, ha sido un largo
camino, un largo campo de pruebas, pero me complace decir que ahora sucede
mucho menos."
Ni la avalancha de actividades con motivo de la festividad de Halloween por toda la capital logró eclipsar el magnífico espectáculo que ofreció Volbeat anoche en el Palacio Vistalegre madrileño. Confieso que era la primera vez que veía a los daneses en directo, y no pudo ser en mejor momento: el grupo atraviesa una etapa espléndida, presentando un disco notable como “God Of Angels Trust” y girando por Europa acompañado de dos propuestas muy interesantes, Bush y Witch Fever.  Según la organización, la visita a Madrid rozó el lleno absoluto, convirtiéndose en la actuación más multitudinaria que Volbeat ha ofrecido hasta la fecha en nuestro país.  El viaje desde Tenerife el mismo día del concierto y una inevitable parada para reencontrarme con viejos amigos me impidieron llegar a tiempo para el inicio de Witch Fever, formación de la que había oído hablar muy bien y que tendré que descubrir en otra ocasión. Tan justo fue el tiempo que apenas un minuto después de ocupar mi asiento en grada,...

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