Desde que escuché por primera vez esta canción tuve
claro que sería la canción del año. Como escribí en la reseña de “Firepower”
(aprovecho para saludar a nuestro querido amigo Fede, quien también estuvo
presente en este análisis), “Firepower” es el mejor álbum de los Judas desde
“Painkiller” (esto no es moco pavo) y eso es debido, en gran parte, a
“Traitor’s Gate”, la mejor canción que “el sacerdote” ha lanzado en este
milenio (desde  “Painkiller” y “A Touch
Of Evil” no escuchaba algo así de bueno). Unos oscuros arpegios iniciales dan
paso al riff más letal de todo el trabajo hasta que el ritmo desciende un poco
y emerge ante nosotros la mejor versión de Rob Halford dramatizando los
salvajes versos de esta canción antes de llegar a un estribillo cargado de
furia (¿¿cómo se puede cantar así??) antes de un solo de guitarra (mis respetos
para Tipton y Faulkner) que invita a ser cantado en vivo hasta desgañitarse.
Solo queda escuchar y aplaudir. 
Ni la avalancha de actividades con motivo de la festividad de Halloween por toda la capital logró eclipsar el magnífico espectáculo que ofreció Volbeat anoche en el Palacio Vistalegre madrileño. Confieso que era la primera vez que veía a los daneses en directo, y no pudo ser en mejor momento: el grupo atraviesa una etapa espléndida, presentando un disco notable como “God Of Angels Trust” y girando por Europa acompañado de dos propuestas muy interesantes, Bush y Witch Fever.  Según la organización, la visita a Madrid rozó el lleno absoluto, convirtiéndose en la actuación más multitudinaria que Volbeat ha ofrecido hasta la fecha en nuestro país.  El viaje desde Tenerife el mismo día del concierto y una inevitable parada para reencontrarme con viejos amigos me impidieron llegar a tiempo para el inicio de Witch Fever, formación de la que había oído hablar muy bien y que tendré que descubrir en otra ocasión. Tan justo fue el tiempo que apenas un minuto después de ocupar mi asiento en grada,...

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