En el año en el que se
cumplen cuarenta años del lanzamiento de su primer disco en solitario, el
alienígena del planeta Jendell, mejor conocido por todos como Ace Frehley, el
guitarrista de la etapa más gloriosa de Kiss, ha lanzado un nuevo álbum de
estudio titulado “Spaceman”, inspirado en el apodo de guerra con el que el
mundo descubrió a este músico tan especial (y espacial).
En los últimos nueve
años hemos podido disfrutar de buenos trabajos de Ace como “Animaly” (2009),
“Space Invaders” (2014) y el LP de versiones “Origins, Vol. 1” (2016) y, tras
escucharlo varias veces, puedo anticipar desde ya que este nuevo “Spaceman”
está sobradamente al nivel de todos estos trabajos anteriormente citados.
Uno de los primeros
aspectos reseñables de este nuevo plástico, y que seguramente dibuje sonrisas
en los seguidores de Kiss, es la aparente mejora de la relación de amistad de
Ace con sus excompañeros Gene Simmons y Paul Stanley. Tal y como dijo Ace para
la revista This Is Rock: “Para que haya
vuelto a colaborar tanto con Paul como con Gene ha influido que esté sobrio”. La
relación con Paul comenzó a mejorar a raíz de la colaboración de este en el ya
mencionado “Origins, Vol.1” de Frehley marcándose una gran versión del “Fire
& Water” de Free. No obstante, Frehley también ha reconocido que ha sido
con Gene con quien la amistad ha crecido mucho más en estos últimos años y se
ha terminado traduciendo en dos colaboraciones del mismísimo Simmons en este
nuevo “Spaceman”.
Así recordó Ace la
colaboración de Gene: “Escribí dos temas
con Gene en tres horas. Todos somos más maduros ahora y sus habilidades como
compositor han subido muchos peldaños, lo mismo que en mi caso. Él me hizo sugerencias y yo empecé a tocar
acordes sobre sus partes de bajo. Como si no hubiera pasado el tiempo”
“Spaceman”
es un disco que merece la pena escuchar no solamente por las dos composiciones
compuestas por el dúo Ace-Gene, sino también por el resto de pistas que logran
convertir este álbum en una celebración del legado que este guitarrista tan
brillante nos ha dejado.
El álbum abre con
calidad. “Without You I’m Nothing” es la primera de las dos pistas en las que
figura Gene Simmons tanto en la labor compositiva como en el bajo. Y es que los
primeros compases suenan inconfundible a Gene debido a su línea de bajo tan
pegadiza y sugerente. Ace canta con mucha fuerza mientras juega con muchos
acordes pegadizos hasta llegar al pegadizo puente y al posterior estribillo. El
solo de guitarra es toda una declaración de intenciones, al nivel de muchos de
los grandes punteos que esta leyenda de las seis cuerdas nos ha dejado a lo
largo de su extensa carrera. Así comienza “Spaceman”. Rock sin adornos, directo
al grano y con un sonido clásico, pero a la vez, actual que estoy seguro que
dejará un gran sabor de boca en todo oyente melancólico y, obviamente, seguidor
de los primero Kiss.
Seguimos con “Rockin’
With The Boys”, un tema que data de la década de los 70s, cuando Ace estaba en
Kiss. Al parecer esta canción, según reveló el propio músico, la compuso a
finales de aquella década y, de hecho, casi llega a entrar en el tracklist de
“Music From The Elder” (1981), pero, tal y como dijo recientemente Ace para This Is Rock “no di con nada bueno para la estrofa y el puente, así que la canción
se frustró”. Han tenido que pasar 37 años para que viera la luz esta
canción, ya con unas estrofas y un puente bastante buenos. Nuevamente nos
encontramos con Rock puro y duro, muy pegadizo y con estribillo que definiría
como ganador (me encantan los coros que acompañan a Frehley mientras este
introduce un par de riffs cargados de electricidad). Una canción atemporal que
me enganchó desde la primera escucha.
"Your Wish is My
Command", es la segunda pista co-escrita y grabada junto a Gene Simmons.
Rock de la vieja escuela, con la esencia recuperada de los primeros álbumes de
Kiss (realmente me emociona ver a Ace y a Gene trabajando nuevamente juntos,
aunque sea en un proyecto solista de Ace y no en un álbum de Kiss). La canción
es muy melódica, sencilla y, una vez más, muy pegadiza. Tres aciertos seguidos
para Ace y un sobresaliente para Gene en sus dos aportaciones.
El primer adelanto del
álbum, y la primera canción que me incitó realmente a escuchar y escribir sobre
este álbum, fue “Bronx Boy”, la composición más dura de todo el trabajo. Ace
nos habla del espíritu callejero y salvaje del Bronx, condado neoyorquino en el
que nació esta leyenda de la guitarra. Una buena ración de incendiarios riffs
(mucha atención especialmente al principal y su asombroso feeling) que van
construyendo una estructura básica pero sobradamente convincente que es
rematada con un solo de escándalo.
Otras dos canciones
compuestas en tiempos pasados (hace dos décadas específicamente) son "Pursuit
of Rock and Roll" y “Off My Back”. En ambas, además, Ace cuenta con la
colaboración especial de un batería cuyo nombre sonará a los fanáticos de Kiss
y de Ace: Anton Fig, quien estuvo presente en los álbumes “Dynasty” y
“Unmasked”, así como en seis discos en solitario de Frehley (incluyo aquí el
que sacó en tiempos de Kiss). La primera de estas canciones, “Pursuit Of Rock
n’ Roll” mantiene el sonido característico del álbum, así como habla de la vida
en la carretera y de la lealtad al Rock a través de versos evocadores como
“Just give me Elvis Presley all my troubles fade away”. “Off My Back”, sin
llegar a decepcionar, me ha dejado algo más frío. No es una mala canción y apuesta
por mantener la senda sonora del trabajo, pero no le encuentro ningún aspecto
realmente reseñable.
La sexta canción del
álbum es una versión del “I Wanna Go Back” de Eddie Money bastante notable y
que podría atreverme a calificar como la más suave de todo el trabajo. Rock-Pop
agradable, muy fiel a la versión original pero con la pizca de clase añadida
que Ace posee. Nuevamente vuelvo a destacar el solo de guitarra (Ace se
mantiene en plena forma con la guitarra, eso es indudable).
Aunque algunos medios
la han calificado como la peor pista del álbum, para “Mission To Mars” suena
bestial, muy eléctrica y veloz tras un inicio espacial (nótese que estamos ante
el mismísimo “Spaceman) con tintes algo más progresivos. Rock sin concesiones
que creo que dejará un sabor de boca bastante dulce en los oyentes. El riff
principal (basado en una progresión de agudos a graves cautivadora) para mí
podría ser el mejor del LP junto al de “Bronx Boy”, ganando especial fuerza
cuando acompaña a otro incendiario punteo del maestro americano.
Como ya sucedió
cuarenta años atrás en su primera aventura en solitario con “Fractured Mirror”,
Mr. Frehley cierra el álbum en clave instrumental. “Quantum Flux” se mueve
entre lo melódico y lo progresivo con un nuevo arsenal de acordes y punteos
marca de la casa, resultando una canción que, en su globalidad se deja escuchar
siempre que pincho este disco y que cierra con buena nota este álbum.
“Spaceman” es un álbum
notable que deja claro que Ace se encuentra en estado de gracia pese al paso
del tiempo y a las adicciones sufridas en el pasado. Esta leyenda del Hard-Rock
sigue facturando discos de mucho nivel que mantienen viva su esencia como
guitarrista. Estoy seguro que esta nueva entrega será disfrutada tanto por los
fans de Frehley como por los de los
primeros Kiss. Este plástico no innova, ni falta que le hace. Es una colección
de diez buenas canciones (unas mejores que otras, obviamente) que muestran a un
veterano artista al que todavía le quedan un par de “ases” (nótese el juego de
palabras) escondidos bajo su manga (espero que este no sea su último LP). No
era necesaria la publicación de nada nuevo para demostrar la grandeza de un
Frehley consagrado desde los tiempos de Kiss, pero es de agradecer que siga al
pie del cañón. Para mí es digno de un 8 más que merecido y digno.
¡Larga vida al
“Spaceman”!
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