Ice War es una de esas bandas de la escena underground que, cuando entran en tu vida no salen jamás. No hace demasiado que este proyecto de un canadiense cargado de creatividad llamado Jo Capitalicide, un auténtico “ONE MAN BAND”, con el cual, como algunos de vosotros, queridos lectores, visteis hace un par de semanas tuve la suerte de charlar personalmente en una entrevista sobre este nuevo disco y su trayectoria personal, a la cual haré referencia en algunas ocasiones durante el escrito para que conozcáis mejor a este auténtico artista. Lo que está claro es que el motivo principal de esta reseña es “Defender, Destroyer”, su nuevo álbum de estudio que ha visto la luz en este extraño verano de 2020.
Lo primero que me atrajo del álbum, en el momento en que descubrí este proyecto, fue la salvaje portada creada por el pintor francés Didier Normand en la que podemos ver un indio esquelético, el cual figuraba ya en las portadas de sus anteriores trabajos (estas fueron creadas por Jocelyn Galipeau) montando a caballo y, aparentemente, dirigiendo una legión de feroces indios hambrientos de sangre.
¿Qué podemos esperar del disco en cuanto a materia sonora? Antes de analizar el disco personalmente y deteniéndome en cada tema, como viene siendo habitual, me gustaría rescatar estas declaraciones que nos dejó en la citada entrevista el bueno de Jo:
“Este nuevo álbum es muy rápido con mucho doble bombo y trémolo. El estilo vocal es totalmente nuevo. Tiene más de sonidos agresivos y gritos ásperos. (…) Si bien los dos primeros álbumes tienen muchos puntos en común, este nuevo álbum es como una nueva fase para la banda. Más dura, más rápida, más agresiva...”
Y por si no sabéis cuáles son las influencias de Jo:
“Todo tipo de cosas de heavy metal de los 80. En el nuevo disco, me vienen a la mente cosas más rápidas como Savage Grace, Helloween con Kai Hansen o Running Wild, mientras que los discos anteriores son más cercanos a la NWOBHM.”
Y tiene toda la razón el bueno de Jo. Si bien los sonidos ochenteros propios de la NWOBHM imperaron en sus primeros álbumes (todos extremadamente recomendables), en “Defender, Destroyer” uno se siente más cercano al Power Metal de bellísima ejecución. Esto podemos comprobarlo desde la apertura tan grandiosa que supone “Power From Within”, donde Jo se luce con cada instrumento, así como con su poderosa voz que no desentona en absoluto. La canción avanza sin piedad hasta derivar en un estribillo simple pero directo que se grabará en nuestra sesera.
No, no hay opción alguna de parar. El tema homónimo arremete con los colmillos sobre nuestros oídos y roza los cánones propios del Thrash Metal. Tema donde podemos contemplar con mayor claridad el chorro de voz que posee Mr. Capitalicide, quien se desgañita hasta llegar a una serie de screams inhumanos. El solo de guitarra también merece nuestra atención, ya que este, sobrado de técnica, avanza vivamente mientras el doble pedal parece descontrolarse.
Los Helloween del “Walls Of Jericho”, aquellos que tenían como cantante al mismísimo Kai Hansen, parecen resucitar en la ya conocida “Soldiers Of Frost”, segundo adelanto que pudimos escuchar del disco. Velocidad, un bajo omnipresente, mala hostia y un estribillo acompañado de épicos coros que no podrás dejar de imitar desde tu asiento. Temazo de los grandes.
Continuamos por el camino de la locura de la mano de otro latigazo powermetalero que recibe el nombre de “Rising From The Tomb”, donde es posible escuchar influencias tan variadas como los primeros Metallica y/o Megadeth, con Running Wild o los ya citados Helloween. Un golpe certero que alcanza especial maestría cuando en nuestra cabeza explota el directo estribillo del mismo.
“Mountains Of Skulls” aparece en el momento adecuado ya que frena un poco el frenético ritmo que llevaba el disco, aunque no recorta en ningún momento en lo que a agresividad y chulería se refiere. Jo está en estado de gracia (vocalmente me recuerda bastante aquí al eterno Lemmy) y se saca de la chistera otra canción llena de pegada y puntos positivos.
Es el turno de dos canciones llenas de gancho y que ganan muchísimo con cada escucha. Primeramente, es el turno de la diabólica “Crucified In Fire”, que abre más pesada para terminar desembocando en un tema lleno de mala hostia y velocidad demencial que vuelven a transportarme a aquel ya lejano debut de Helloween. El segundo tema de este bloque es la casi thrasher “Demonoid”, en la que encontraremos el que para mí es el mejor riff de todo el álbum (probablemente también este sea, en general, uno de mis cortes preferidos del LP) así como unos coros llenos de presencia durante toda la pieza, incluyendo el pegadizo estribillo de la misma. Gran trabajo guitarrero.
Y hablando de grandes guitarras es el momento de detenernos a escuchar “Skull And Crossbones”, un tema que abre lleno de técnica de la mano de esos punteos doblados que aparecerán durante varios momentos del mismo, para dar paso a otros riffs cercanos al Power que nos conducen, sin opción a dar marcha atrás, al oscuro y efectivo estribillo que termina por bordarlo.
La guinda de este ardiente pastel la ponen dos temas de gran altura y electricidad como “Running Out Of Time” (¡agárrese que vienen curvas y Jo parece haber perdido el líquido de los frenos!) y la sorprendente “Breakaway” que cierra el disco en un tono casi teatral (me encanta cuando Jo canta sin acompañamiento musical) en los que se suceden instantes más propios de un “medio-tiempo”, con otros de Thrash y Power.
Para este que escribe y que, siempre que tiene opción, se dedica a husmear en numerosas páginas webs en busca de bandas nuevas, Ice War es un proyecto de primera categoría y “Defender Destroyer” su obra más completa hasta la fecha. Discazo al que solo puedo echar elogios.
VALORACIÓN: *****
Lo primero que me atrajo del álbum, en el momento en que descubrí este proyecto, fue la salvaje portada creada por el pintor francés Didier Normand en la que podemos ver un indio esquelético, el cual figuraba ya en las portadas de sus anteriores trabajos (estas fueron creadas por Jocelyn Galipeau) montando a caballo y, aparentemente, dirigiendo una legión de feroces indios hambrientos de sangre.
¿Qué podemos esperar del disco en cuanto a materia sonora? Antes de analizar el disco personalmente y deteniéndome en cada tema, como viene siendo habitual, me gustaría rescatar estas declaraciones que nos dejó en la citada entrevista el bueno de Jo:
“Este nuevo álbum es muy rápido con mucho doble bombo y trémolo. El estilo vocal es totalmente nuevo. Tiene más de sonidos agresivos y gritos ásperos. (…) Si bien los dos primeros álbumes tienen muchos puntos en común, este nuevo álbum es como una nueva fase para la banda. Más dura, más rápida, más agresiva...”
Y por si no sabéis cuáles son las influencias de Jo:
“Todo tipo de cosas de heavy metal de los 80. En el nuevo disco, me vienen a la mente cosas más rápidas como Savage Grace, Helloween con Kai Hansen o Running Wild, mientras que los discos anteriores son más cercanos a la NWOBHM.”
Y tiene toda la razón el bueno de Jo. Si bien los sonidos ochenteros propios de la NWOBHM imperaron en sus primeros álbumes (todos extremadamente recomendables), en “Defender, Destroyer” uno se siente más cercano al Power Metal de bellísima ejecución. Esto podemos comprobarlo desde la apertura tan grandiosa que supone “Power From Within”, donde Jo se luce con cada instrumento, así como con su poderosa voz que no desentona en absoluto. La canción avanza sin piedad hasta derivar en un estribillo simple pero directo que se grabará en nuestra sesera.
No, no hay opción alguna de parar. El tema homónimo arremete con los colmillos sobre nuestros oídos y roza los cánones propios del Thrash Metal. Tema donde podemos contemplar con mayor claridad el chorro de voz que posee Mr. Capitalicide, quien se desgañita hasta llegar a una serie de screams inhumanos. El solo de guitarra también merece nuestra atención, ya que este, sobrado de técnica, avanza vivamente mientras el doble pedal parece descontrolarse.
Los Helloween del “Walls Of Jericho”, aquellos que tenían como cantante al mismísimo Kai Hansen, parecen resucitar en la ya conocida “Soldiers Of Frost”, segundo adelanto que pudimos escuchar del disco. Velocidad, un bajo omnipresente, mala hostia y un estribillo acompañado de épicos coros que no podrás dejar de imitar desde tu asiento. Temazo de los grandes.
Continuamos por el camino de la locura de la mano de otro latigazo powermetalero que recibe el nombre de “Rising From The Tomb”, donde es posible escuchar influencias tan variadas como los primeros Metallica y/o Megadeth, con Running Wild o los ya citados Helloween. Un golpe certero que alcanza especial maestría cuando en nuestra cabeza explota el directo estribillo del mismo.
“Mountains Of Skulls” aparece en el momento adecuado ya que frena un poco el frenético ritmo que llevaba el disco, aunque no recorta en ningún momento en lo que a agresividad y chulería se refiere. Jo está en estado de gracia (vocalmente me recuerda bastante aquí al eterno Lemmy) y se saca de la chistera otra canción llena de pegada y puntos positivos.
Es el turno de dos canciones llenas de gancho y que ganan muchísimo con cada escucha. Primeramente, es el turno de la diabólica “Crucified In Fire”, que abre más pesada para terminar desembocando en un tema lleno de mala hostia y velocidad demencial que vuelven a transportarme a aquel ya lejano debut de Helloween. El segundo tema de este bloque es la casi thrasher “Demonoid”, en la que encontraremos el que para mí es el mejor riff de todo el álbum (probablemente también este sea, en general, uno de mis cortes preferidos del LP) así como unos coros llenos de presencia durante toda la pieza, incluyendo el pegadizo estribillo de la misma. Gran trabajo guitarrero.
Y hablando de grandes guitarras es el momento de detenernos a escuchar “Skull And Crossbones”, un tema que abre lleno de técnica de la mano de esos punteos doblados que aparecerán durante varios momentos del mismo, para dar paso a otros riffs cercanos al Power que nos conducen, sin opción a dar marcha atrás, al oscuro y efectivo estribillo que termina por bordarlo.
La guinda de este ardiente pastel la ponen dos temas de gran altura y electricidad como “Running Out Of Time” (¡agárrese que vienen curvas y Jo parece haber perdido el líquido de los frenos!) y la sorprendente “Breakaway” que cierra el disco en un tono casi teatral (me encanta cuando Jo canta sin acompañamiento musical) en los que se suceden instantes más propios de un “medio-tiempo”, con otros de Thrash y Power.
Para este que escribe y que, siempre que tiene opción, se dedica a husmear en numerosas páginas webs en busca de bandas nuevas, Ice War es un proyecto de primera categoría y “Defender Destroyer” su obra más completa hasta la fecha. Discazo al que solo puedo echar elogios.
VALORACIÓN: *****
Comentarios
Publicar un comentario