No ha sido poca la expectación mediática que ha despertado el debut de un nuevo supergrupo conformado por músicos con amplia trayectoria y expertos en el noble arte del Death y el Thrash Metal. Si bien Guilherme Miranda (ex-Entombed A.D.) y Michał Łysejko (ex-Decapitated) pueden no ser conocidos por toda la parroquia (son dos auténticos maestros tras sus respectivos instrumentos), lo más seguro es que todo el mundo sí conozca al icónico David Ellefson, uno de los grandes bajistas del género gracias a su longeva carrera junto a Megadeth y que, lamentablemente, también ha estado en el centro de la polémica por ciertos problemas que terminaron por provocar su salida, precisamente, de Megadeth (no voy a entrar a analizar aquí lo que Dave hizo o dejó de hacer, así como si fue justo o no su despido).
Bajo el nombre de Dieth el trío nos presenta un álbum
sincero y lleno de malas intenciones que han decidido titular “To Hell And
Back”. Este ha sido producido por el propio grupo y ha contado con la mezcla
del polaco Tomasz Zed Zalewski. Su apuesta sonora, como podrás comprobar a
continuación, abarca los diferentes subgéneros que cada miembro han
interpretado a lo largo de sus diferentes trayectorias, algo que garantiza
grandes momentos de Heavy Metal.
Recomiendo que no nos dejemos llevar por los primeros
segundos de esa inicial “To Hell And Back”, ya que esos arpegios limpios no
tardarán en dar paso a la furia thrasher que imperará durante todo el LP. El
Death Metal se impone durante un breve número donde los riffs y los punteos
espídicos no dejarán de sucederse sobre una imponente base rítmica de batería y
bajo (no tarda Ellefson en hacerse notar tras las cuatro cuerdas). Si
necesitabas un motivo para seguir adelante con la escucha, aquí lo has
encontrado.
El Thrash Metal más
purista emerge en “Don’t Get Mad… Get Even!”, una pista cuyo inicio tribal
recuerda desde las primeras de cambio a Sepultura o Soulfly. El trabajo de
Guilherme tanto tras el micrófono como a la guitarra me parece digno de
mención. No, no están innovando en absoluto, pero ni falta que les hace cuando
son capaces de facturar un sonido tan old-school. El estribillo coral,
por cierto, es de los mejores y más pegadizos de todo el LP.
“Wicked Disdein” trae de
vuelta la agresión del Death clásico con una pieza diabólica y que se basta de
algo más de tres minutos para dejarnos sin aliento. No puedo sacarme de la
cabeza el sobresaliente trabajo de bajo que se marca Ellefson (escuchen ese
momento solista que nos regala casi al final) y la precisión absoluta de Michal
tras los parches y el doble pedal. Un número extremo.
Una de las grandes
sorpresas del LP responde al título de “Free Us All”, una pista devastadora en
la que los riffs muteados y la ya conocida actitud agresiva del trío ceden
cierto espacio a otro par de elementos menos habituales y que funcionan a la
perfección tales como dos pequeños interludios progresivos (se inician en el
2:17 y el 3:58) donde destaco el trabajo tanto del bajo como de la guitarra,
además de un estribillo curioso por contar con el propio Ellefson como segunda
voz.
Tampoco hay que ignorar
los momentos de Stoner y Groove que nos ofrecen en “Heavy Is The Crown”, una
canción especialmente destacable por su estribillo (yo encuentro reminiscencias
de Megadeth, algo que no es raro teniendo en cuenta quién está tras el bajo) y
por el veloz solo de guitarra que inyecta algo más de mala hostia a la pista y
romper con la monotonía inicial.
La segunda cara del álbum
abre con “Walk With Me Forever”, balada algo genérica que cuenta con la
peculiaridad de convertirse en la primera interpretación íntegra de David
Ellefson como cantante. Coronado por un estribillo bien traído, el veterano
bajista nos habla en su letra del sentimiento de luto tras la pérdida de un ser
querido. No sé si estoy en lo cierto, pero me suena que antes de su salida de
Megadeth, Mustaine confirmó en algún medio que Ellefson había compuesto una
balada para el nuevo disco de la banda (este sería “The Sick, The Dying…And The
Dead!) que él mismo se encargaría de cantar, algo que no terminó sucediendo
debido a su expulsión. Es más que probable que esta “Walk With Me Forever” sea
esa misma canción.
¿Soy el único al que los primeros segundos de “Dead
Inside” le han recordado a “Devil Island”? Seguramente no. En todo caso, la
pista se desenvuelve por un Thrash Metal martilleante y más contemporáneo que,
particularmente, he disfrutado especialmente en su espídico solo de guitarra.
Las influencias de Sepultura vuelven a apreciarse en
una destructiva “The Mark Of Cain”, pieza que brilla por los detalles técnicos
de Michal tras su batería y por la siempre imponente voz de Miranda. Death
Metal puro que te dejará extasiado.
Para mí el número más redondo de todo el LP es “In The
Hall Of The Hanging Serpents”, el cual fue elegido como single de presentación
del proyecto. Aunque la voz de Miranda nos haga pensar en el Death, lo cierto
es que esta pista cumple más con los parámetros del Thrash. Numerazo lleno de
mala hostia, de instrumentales incisivos y que llega a su clímax con un
estribillo simplista pero altamente cumplidor.
Todo termina con un extraño, y algo prescindible, outro
titulado “Severance” en el que, sobre una batería constante y marcial, la
guitarra arpegia con un plus de limpieza durante los dos minutos y medio
que dura este número.
CONCLUSIÓN
No me cabe la menor duda que todo amante del Death y
el Thrash Metal será incapaz de esconder la sonrisa ante una propuesta tan
firme y compacta como la que ha firmado Dieth para presentarse en sociedad. No
inventan nada nuevo, pero ni mucho menos era necesario.
¡Una obra de notable!
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