Está claro que The
Darkness no es una banda “para todos los públicos”, pero el que aquí os escribe
se confiesa fiel devoto de estos británicos tan peculiares y que desde 2003
llevan dando caña en la escena rockera.
Fue en el mencionado año
cuando la banda saltó a la fama con “Permission To Land” un disco que reafirmó
la importancia en la historia musical del Hard-Rock clásico tras unos años en
los que el Grunge había dominado la escena.
Ahí estaban los hermanos Hawkins (con Justin dando el cante con sus
peculiares trajes y sus agudos tan característicos), Frankie Poullain y Ed
Graham a la batería. Sus letras provocadoras y sin un atisbo de censura, unidas
a su poderío instrumental y vocal y el altísimo nivel de sus directos los
convirtieron rápidamente en una banda popular. No obstante, “One Way Ticket To
Hell…And Back”, segunda obra de la banda, fue un bajonazo comercial y de
popularidad para este cuarteto (hay que reconocer que pocas canciones se
salvaban de la quema) que terminó con resquebrajar las relaciones entre los hermanos
y se produjo la separación durante varios años (Justin tuvo, además, que
tratarse su adicción a las drogas en este tiempo). Afortunadamente, en 2012
volvieron a las andadas con un trabajo digno de su firma como “Hot Cakes”.
Luego vinieron otras obras como “Last Of Our Kind” y el más reciente “Pinewood
Smile”, discos que, si bien contenían algunas composiciones de gran altura, en
el cómputo global distaban mucho de alcanzar el nivel del “Permission To Land”.
No obstante, cabe decir que hace solo un año la banda lanzó un álbum en vivo
(“Live At Hammersmith”) que, a mi modo de ver, es merecedor de la máxima
calificación.
Estamos en el año 2019 y
la banda ha anunciado el lanzamiento de un disco provocador desde su título:
“Easter Is Cancelled”. Este nace con la premisa de mejorar las calificaciones
obtenidas con el “Pinewood Smile”, así como de mantener viva la esencia del
grupo. Además, este LP es el primero del grupo considerado como “conceptual” ya
que todas sus canciones, en mayor o en menor medida, hablan de la difícil
situación en la que los músicos de Rock se encuentran en nuestros días y su
responsabilidad como salvadores de evitar que el género se vaya al traste.
Antes de hablar de las
canciones como tal, es justo dedicar un párrafo, aunque sea, a la contundente
portada que muestra el disco. Y es que la banda ha querido convencer desde la
ilustración frontal, lo cual es de aplaudir. En esta extraña “obra de arte”
vemos a los miembros de la banda batallando contra unos soldados romanos para
salvar a Justin, el cual ha sido crucificado como Jesucristo, aunque a
diferencia de este, parece que la cruz no es lo suficientemente mortal para él
(no hay más que verlo rompiendo las tablas JAJAJA).
Dejando a un lado las
polémicas suscitadas por la famosa portada (ya son varias las sectas cristianas
que han mostrado su descontento y han pedido su censura), es hora de hablar de
las canciones que la banda nos presenta en este esperadísimo LP:
“Rock And Roll Deserves
To Die” abre la placa por todo lo alto. La banda juega al despiste y empieza
con unos compases acústicos que son adornados por la mandolina y la flauta
travesera para terminar sorprendiendo con una segunda parte mucho más
Hardrockera (AC/DC siempre ha sido una influencia para este cuarteto y aquí
vuelven a manifestarlo) que es anunciada, para disfrute del oyente, por un
descomunal grito de Justin. El videoclip de este primer single debe ser visto
por todo lector (es divertidísimo). Con un inicio así de bueno es normal tener
unas expectativas bastante altas ante lo que se nos viene encima.
“How Can I Lose Your
Love” resucita la faceta más Pop-Rock del grupo. Tema cambiante y pegajoso en
su estribillo que con el paso de las escuchas va ganando. La mezcla de
guitarras acústicas y eléctricas, así como los efectivos baquetazos de Taylor
comandan la canción. Buena canción, aunque no sea de lo mejor del álbum. Mucho
más épica es “Live ‘Til I Die” gracias a su estructura creciente en cada verso
y a su efectivo estribillo. Justin, para no variar, sigue haciendo esas
virguerías con la voz que tanto me gustan, pero que comprensiblemente a otros
pueden resultar excesivas.
De los tres singles que
adelantó el grupo, “Heart Explodes” fue la que menos me dijo y, a día de hoy,
sigue pareciéndome de lo más flojo de todo el LP, aunque tenga algunos elementos
salvables como las sucesiones de guitarra (muy a lo “Love Is Only A Feeling”) o
la voz de Justin.
Para canción curiosa
“Deck Chair”. Temazo breve que recuerda a los Queen más progresivos o a las
obras solistas de David Gilmour (de hecho ese solo de guitarra podría haber
llevado fácilmente su firma) y que tiene como principal protagonista a un
teatral Justin que toma el rol de juglar y que juega con una serie de registros
menos habituales en sus grabaciones con este grupo. Sorpresón de los grandes.
Las revoluciones vuelven
a subir con las salvajes “Easter Is Cancelled” y “Heavy Metal Lover”, temas
fieles a la esencia de The Darkness, que se levantan a partir de riffs duros (los
que incluyen en la segunda pueden ser los más duros de toda su carrera) y
pegadizos, de cambios de ritmo hacia secciones melódicas, de la voz de Justin y,
en el caso de la primera, de sorprendentes detalles de sintetizador que
terminan de engrandecer la pista. En ambas canciones vuelven a salir a relucir
las influencias de Queen, las cuales ya estuvieron muy presentes en “Pinewood
Smile” y que no tienen que ver solamente con el hecho de que Rufus Taylor,
batería del grupo, sea el hijo de Roger Taylor.
Tal y como sucedía en la
pieza inicial, “In Another Life” parece volver a jugar a confundir al oyente
con un tema aparentemente suave que termina mutando en una pieza mucho más
cruda. No obstante, esta no llega al altísimo nivel del mencionado corte.
“Choke On It” es una de
las canciones más contundentes de todo el trabajo. Tras unos sonidos extraños
surgen unos riffs muteados que se entrelazan con el bajo a las mil maravillas.
La banda saca su faceta más agresiva en una de las canciones del álbum que
mejor deberían funcionar en vivo.
El disco llega a su final
con un bello y épico homenaje a la guitarra que lleva por título “We Are The
Guitar Man”. El desarrollo acústico de los versos trae reminiscencias del
tercer trabajo de Led Zeppelin, mientras que los cuidadísimos coros vuelven a
recordarnos a Freddie Mercury y cía. Un cierre de nivel.
“Easter Is Cancelled” es
un buen disco firmado por una banda que no para de expandir sus horizontes
hacia diferentes terrenos. Obviamente, “Permission To Land” sigue siendo el
mejor trabajo de la banda, pero esta nueva entrega del grupo parece mucho más
convincente que “Pinewood Smile”. De hecho, podría ser, junto a “Last Of Our
Kind”, el mejor álbum tras la refundación de la banda.
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