Metal (mucho Metal),
letras sin una sola pizca de censura y con un exceso de sexualidad, un cantante
de nivel, una banda con técnica instrumental más que notable…son muchos los
puntos que podría destacar de los Lujuria, una de las grandes bandas que ha dado
España y que, en mayor o menor medida, han sabido tomar referencias de los
padres de nuestro Rock como Rosendo, Leño, Obús o Barón Rojo.
El caso es que en 2019 el
grupo está de vuelta con un disco más que bueno que, sin duda, está entre los
mejores de su discografía, aunque, a título personal, sigo pensando que su
mejor obra es “Sin Parar de Pecar” que este año, precisamente, cumple 20 años.
“Somos Belial” es el título de la nueva obra del conjunto encabezado por el
polifacético Óscar Sancho, cantante por el cual parece que no pasan los años.
¿Qué podemos esperar de
“Somos Belial”?
En breves palabras: mucha
caña, un par de temas que ya consideraría “himnos” del grupo y un gran trabajo
de cada uno de los miembros que componen este conjunto. Pero vamos a entrar en
materia…
El nuevo capítulo de los
Lujuria abre por grandeza de la mano de “Nikkal”, en la que la solemnidad de
los teclados se entremezcla con una sección de guitarras cargadas de una
técnica envidiable justo antes de que una breve sección orquestal (digna de una
peli de ciencia ficción) nos conduzca directos a la homónima “Somos Belial”,
medio tiempo que deja clara la actitud de la banda durante todo el disco. La
voz de Óscar suena agresiva y, a la vez, tranquila, apoyándose en unos teclados
magistrales. Ese estribillo es sencillo y efectivo a partes iguales. Amigos,
así se abre un disco por todo lo alto.
La Iglesia es atacada
líricamente en “Messe Noire”, un tema realmente impresionante. Tras un inicio
eclesiástico (mi reconocimiento a Ricardo), la contundencia se impone entre
riffs eléctricos y una batería aplastante (¡grande Mikel!). Óscar es otro que
está sensacional, recordando en ocasiones a aquel melenudo que hace ya unos
cuantos años nos confesaba su intención de vivir “sin parar de pecar”.
Compositivamente estamos ante un disco de altísimo nivel (prueba de ello es el
instrumental intermedio que tiene esta canción).
Si hace un par de líneas
recordaba el pasado del grupo, reconozco que para describir “Siempre Metal,
Invicto Metal” tengo que volver a hacerlo. Como ya harían en “Joda A Quien
Joda”, la banda reivindica el poder del género y la importancia que este ha
tenido en la vida de muchos (entre los que este humilde narrador se incluye).
Óscar está contundente en todo momento, permitiéndose algún que otro agudo a lo
largo de la canción. La sección instrumental es demoledora, con un riff
principal de inspiración más moderna, con grandes solos y algún que otro guiño
a las guitarras gemelas que tanto evocan a Maiden.
Continuamos la marcha sin
un atisbo de pausa de la mano de la salvaje “El Ángel de la Lujuria y un Diablo
Loco de Amor” y su letra inconfundible. De la canción me quedo por encima de
todo con un efectivo estribillo (¿el mejor de toda la obra?) en la que coros y
teclados acompañan a un colosal Sancho.
“El amor está en el aire”
se presenta como una atractiva mezcla de Deep Purple (por los teclados), Iron
Maiden (guitarras gemelas a todo gas) y ese ritmo desenfrenado tan propio de
Motörhead. Un tema directo a la yugular que vuelve a poner de manifiesto el
gran estado de forma de Óscar y sus chicos. Sin opción de tomar un respiro,
explota en nuestros oídos “Como Puta Por Rastrojo”, que no dudaría en incluir
entre lo mejor de toda la obra tanto en el plano vocal (mis felicitaciones al
señor Sancho) como en el instrumental (las guitarras se baten en duelo,
mientras que la base formada por el bajo, la batería y los teclados marcan el
glorioso camino del corte).
Ahora sí. La banda
levanta un poco el pie del acelerador y nos brinda nos temas acertados que
meten pausa a “Somos Belial”. Bajo los títulos de “Tapar Agujeros” (Hard-Rock
con crítica social) y la melódica “Cuando
estás conmigo (la única balada sincera del mundo)”, la cual, me permitiré
describir como la oda que un hombre dedica a su pene. Son Lujuria y molan.
Santi inicia de nuevo las
hostilidades anunciado la llegada de “Migas de Paz”, cañonazo brillante en
todos sus planos (la letra es para enmarcar) y que nos llevan con una sonrisa
inmensa a la final “El Principio del Fin”, una versión de los vascos Ángeles
Del Infierno, que suena realmente bien.
Lujuria han vuelto por
todo lo alto firmando el que probablemente sea su mejor trabajo desde
“Licantrofilia” o “El Poder del Deseo”, con un conjunto de temas bien compactos
(no sobra ninguno) y que cuentan, para lujo del oyente, con una producción
atractiva.
¡DISCAZO!
Comentarios
Publicar un comentario