Kadavar es una banda muy
interesante, ¿no crees?
Vale que hay muchas otras
agrupaciones actuales que, como nuestros "protas", toman sus
influencias de aquellos primeros mastodontes del Metal (no merece la pena
citarlos a estas alturas de la película), pero creo firmemente que este trío
alemán formado por “Lupus”, “Tiger” y “Dragon” tiene algo especial en su forma
de hacer las cosas (aunque su estilo pueda llevar escrito desde hace mucho
tiempo).
En la última década, como
ya he mencionado, han sido muchas las bandas europeas que han nacido para traer
de vuelta el pasado ocultista del Metal. Basta con citar a Ghost (hay opiniones
de todo tipo para la banda de Tobias Forge), Svartanatt o mis recomendados
Wedge (no se arrepentirán). Sin embargo, uno de los primeros conjuntos en este
“renacimiento del metal” fue Kadavar
Tengo que reconocer que
antes de escuchar “For The Dead Travel Fast” tenía las expectativas muy altas
gracias al sobresaliente “Rought Times” (2017) que tanto he disfrutado desde su
publicación y que, a mi modo de ver, supuso una síntesis sonora de lo mostrado
en “Abra Kadavar” (2013), un disco oscuro y agresivo, y “Berlin” (2015), que
presentaba un sonido más accesible, aunque tal vez la balanza se inclinara más
hacia el debut.
De buenas a primeras
puedo decir que “For The Dead Travel Fast” tiene una portada que me fascina por
su rollo retro e indudablemente metalero. Pero, ¿a qué suena exactamente este
álbum? Vamos a entrar ya mismo en materia.
Tras un inicio
completamente atmosférico titulado “The End” del que resaltaría un creativo
juego de arpegios que surge tras la fuerza del viento y la tétrica voz de
“Lupus” en su faceta más teatral, la acción comienza con “The Devil’s Master”
un tema con gancho y con esos riffs tan característicos del Stoner que van
aportando cada vez más fuerza a la canción. Cinco minutos de travesía por el
psicotrópico mundo de los alemanes (increíble la nasalidad de Lupus al cantar)
será suficiente para no querer dejar de escuchar el LP hasta su final.
Los decibelios suben con
“Evil Forces”, un tema rápido, sin un atisbo de pausa y con una mezcla entre
Thin Lizzy y The Darkness (esos agudos de Lupus recuerdan en ocasiones a los de
Justin Hawkins, aunque pueda parecer coña), que podía haber sido incluida
perfectamente en su anterior obra ya que tiene un feeling similar al de “Words
Of Evil”. Algo similar sucederá más tarde con un gran tema (destaco mucho la
batería aquí) titulado “Demons In My Mind” y su aplastante lírica.
La opresión sonora llega
de la mano de la oscura e imperdible "Children of the Night", una
pieza lenta y que alcanza casi los seis minutos de duración en la que Kadavar
nos muestra su faceta más progresiva (esos arreglos de sintetizador son claves
en el desarrollo de la canción). Me han parecido fantásticas y, a la vez,
extrañas las voces dobladas durante toda la canción que me hacen pensar en la
primera obra de Ghost (solo que tal vez un poco mejor jeje). También me
recuerda bastante al estilo de los suecos la canción “Poison”, un tema, eso sí,
más directo que la anterior y con un arsenal de riffs más distorsionados y
atractivos.
“Dancing With The Death”
es de lo mejor del disco gracias al trabajo de guitarras tan fresco que
encontramos en esta. Una canción reposada, con más efectos de sintetizador y
ayuda de coros que la erigen como una canción imprescindible y que crece con
las escuchas.
Casi al final de la obra
el disco sufre un pequeño desliz con la oscura balada “Saturnales”, que no ha
terminado de convencerme tanto como el resto del disco. Tal vez con el paso de
las escuchas me termine gustando. Finalmente, los alemanes bajan el telón con
la extensa y densa “Long Forgotten Song” (7 minutos de pura distorsión y
machaque auditivo).
Un disco pesado (en el
buen sentido de la palabra), que mantiene el nivel de calidad que la banda
había logrado alcanzar en las últimas obras. Tal vez me guste un poco más
“Rough Times”, pero no por ello voy a dejar de recomendaros este gran disco de
una banda que sigue sin decepcionar.
Bravo.
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