No nos engañemos. Después de 16 años de carrera y un
número considerable de álbumes de estudio sabemos de sobra a qué va a sonar la
próxima obra de Airbourne. Estos australianos han optado por no cambiar nunca
su estilo, al igual que otros conjuntos grandiosos hicieron en el pasado
(seguramente con mejor resultado) como AC/DC o Motörhead. Y es que a veces no
es necesario cambiar de fórmula cuando esta funciona, pero tampoco es de
extrañar que sean muchos los fans (y no tan fans) que reclamen mayor
creatividad. Por tanto, y para ahorrar la lectura a todo detractor de este
grupo, lo resumiré con brevedad: “Boneshaker” no presenta nada nuevo en cuanto
a sonido.
Bajo la producción del afamado Dave Cobb, la banda
liderada por Joel O’Keefee se encerró hace unos meses en unos estudios de
Nashville para grabar una obra que parece el resultado de una sesión de ensayos
en vivo que fue captada por un equipo de sonido. Desde luego, es un gran
trabajo en el plano de la producción. No me cabe la menor duda.
El LP abre bastante bien con la homónima “Boneshaker”,
pieza que rezuma alcohol y mucho Rock y que difícilmente decepcionará al
oyente. Es un tema sencillo (como suele suceder con Airbourne), pero tiene como
mejor momento ese endiablado puente que conduce a un estribillo marca de la
casa que convence (y mucho). Y es que Airbourne siempre abre bien sus discos.
Seguimos con otro gran tema como “Burnout The Nitro”, que también incluiría
entre lo mejor del disco. Vale, no es ni mucho menos un tema diferente al resto
en líneas generales (la estructura es la de siempre), pero tiene un sonido más
crudo que de costumbre, un gran riff y un puente-estribillo asombroso.
Posteriormente vendrán otros grandes números como
“Blood In The Water” o “She Gives Me Hell” que suenan 100% hard-rock
australiano y que justifican que los calificativos que hace una década
recibieron al bautizarlos como los herederos de AC/DC no eran tan
descabellados. Tampoco puedo olvidarme de mencionar con especial alegría la
final “Rock ‘N’ Roll For Life”, un tema con guiños más que notables a “Let
There Be Rock” de Angus Young y compañía.
“This Is Our City”, “Backseat Boogie”, “Switchable
Boogie”, “Sex To Go” (Joel juega un poco con diferentes registros, así como
curiosidad) o “Weapon For War” son canciones buenas, pero no pasan de eso. Está
bien y no desentonan en el trabajo, solo que no tienen nada especial. No nos
engañemos. Casi todos los trabajos de estos señores tienen un par de canciones
de relleno y “Boneshaker” no ha sido excepción de esto.
Buen disco de los australianos, sin sorpresa ni
atisbos de un crecimiento en lo que a creatividad se refiere, pero con la
garantía de que todas estas piezas funcionarán de lo lindo en las furiosas
actuaciones en vivo que estos chavales se marcan. Una obra que sirve para tener
noticias de los australianos y así saber que todavía les queda energía que
derrochar en el futuro.
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